
Habitantes de Salamina alertan por nueva erosión
En el sector El Carito, el río Magdalena se muestra amenazante. Los pobladores de Guáimaro dicen que es un nuevo proceso erosivo.
Los habitantes del corregimiento de Guaimaro, municipio de Salamina, alertaron por el acelerado proceso erosivo que se presenta en el sector El Carito, a la entrada del poblado, situación que según afirman "amerita la atención del gobierno".
Los habitantes sostienen que se trata de un nuevo problema que se suma al existente de hace muchos años y que tiene en jaque la plaza de la iglesia.
El personero de Salamina Carlos Mario de la Cruz manifestó que "la Alcaldía asignó recursos pero parecen ser insuficientes por tanto para atender este punto".
Indicó que este corregimiento es sujeto de reparación colectiva debido a la violencia generada años atrás por grupos armados ilegales.
En total son 1200 familias reconocidas como víctimas.
Los habitantes sostienen que la situación está grave y que la erosión –no de ahora sino de muchos años atrás– se ha ‘comido’ varias calles y que, como van las cosas, si no se toman los correctivos, partirá en dos a Guáimaro.
Dijeron a EL HERALDO que en la parte frente a la iglesia lo que hoy es río, antes eran calles y señalan que estaba el colegio de las monjas, la cárcel y las casas de Pedro Charris, Marily Mozo y Gregorio Rodríguez, entre otras familias.
"Habían frondosos trupillos, almendros y mangos", precisan.
La comunidad de Guaimaro teme que por la erosión haya un nuevo desplazamiento, quizás peor que el que ocurrió a finales de los 90 y comienzos del 2000, cuando paramilitares los obligaron a irse.
En el pueblo recuerdan los asesinatos a manos de grupos ilegales de Lovigildo Charris y su hijo Elmer; de Alcides Rada y Never Sierra, del tendero Leonel Polo, de Samuel Charris y del concejal Humberto De la Rosa.
Esa violencia forzó el desplazamiento, ese que hoy también se vislumbra pero con la diferencia de que el ‘enemigo’ hoy no es el paramilitar, sino la naturaleza.