Con preocupación un sector de la población de Tasajera, en el municipio de Pueblo Viejo, Magdalena, observa cómo menores entre los 12 y 16 años juegan a los bandidos en los alrededores del parque central, utilizando pistolas hechizas o artesanales, cuyas ‘balas’ no son de plomo, sino tapas plásticas.
Desde la semana anterior, entre las 7 y 9 de la noche, los grupos de diferentes barrios se dan cita en el entorno de la cancha sintética, la iglesia y el colegio de bachillerato, y dan rienda suelta a la que ellos consideran 'diversión'.
Enfrentados en supuestas bandas se buscan en la calle y cuando están frente a frente empieza 'la plomera', como dicen en sentido figurado los moradores del lugar cada vez que escuchan las detonaciones.
La alerta la lanzó el personero de Pueblo Viejo, Jorge Pérez, quien señaló que el arma utilizada es elaborada en madera y tubo PVC, con gasolina y cables eléctricos, que a presión y mediante la activación de un dispositivo (gatillo), expulsan a gran velocidad la tapa plástica, escuchándose un estallido similar al de un artefacto de fuego.
Indicó el funcionario que los protagonistas de este descabellado juego se dispersan cuando las autoridades llegan. 'Es una escena igual a la que observamos por la televisión en esas series en donde se enfrentan policías y delincuentes', dijo.
Comentó que por esta situación ya hay un menor herido en el rostro, a raíz del impacto que recibió con la tapa.
Señaló el personero de Pueblo Viejo que –de acuerdo con versiones de la comunidad– hay un adulto que lidera a estos jóvenes, siendo la persona que los incentiva a llevar a cabo esta clase de tareas inadecuadas por el peligro que representan, no solo para quienes participan, sino para los moradores y residentes de los alrededores del sitio, muchos de los cuales les llaman la atención pero sin conseguir su objetivo.
'Se requiere urgente de la intervención del Estado', aseveró Jorge Pérez, quien manifestó que solicitará al alcalde de Pueblo Viejo la convocatoria de un consejo de seguridad con participación del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, y los profesores.
'Esto es inadmisible. Aquí tiene que sentarse un precedente y para eso necesitamos que el Gobierno local, departamental y nacional, intervenga', añadió.
Enrique Maldonado, líder comunal y gremial de Tasajera, rechazó estas actuaciones de los jóvenes y lanzó una voz de alerta.
'Esto debe convocar a todas las fuerzas vivas del municipio a fin de llevar a cabo tareas conjuntas que nos lleven a solucionar el problema', dijo.
Agregó que 'es importante que aquí haya participación del Bienestar Familiar, también los padres de familia y los maestros, pues en ellos está depositada la formación de estos muchachos'.
Comentó que 'así empezaron muchas pandillas y hoy son dueños de fronteras invisibles en ciudades del Caribe'.
La pregunta que el personero Municipal se hace es: ¿Y dónde están los padres de estos niños?.
¡Pónganle atención!
El sociólogo Carlos Payares González sostiene que este enfrentamiento simulado –como si fueren bandas delincuenciales– se explica en buena medida por la marginalidad, lo cual establece unos modelos de referencia en la actuación social, que no están signados por ningún tipo de respeto a las normas y a la convivencia.
'La única manera de evitar que este supuesto juego se convierta en realidad en un futuro, es que los padres y las familias actúen de manera formativa, también las escuelas, en donde el papel del docente es fundamental, pero igualmente las autoridades del municipio', anotó.
Consideró que 'esto no puede ser un elemento de distracción porque se va interiorizando esta forma de divertirse'. 'El modelo que se reproduce a través de una intención que posiblemente puede ser el juego, termina perpetuando figuras, que a la postre convierten a estos jóvenes en delincuentes', precisó Carlos Payares.