Los pescados y mariscos se convierten en esta temporada en el alimento predilecto de las familias, su venta y consumo aumentan vertiginosamente desde la cuaresma. Sin embargo, adquirir o consumir una mojarra –por ejemplo– en un lugar poco confiable podría ser riesgoso para su salud.
Por ello, para prevenir que los consumidores se expongan a intoxicaciones, la Secretaría Distrital de Salud ha aumentado los controles sanitarios y reforzó desde hace un mes la vigilancia en sitios dedicados a la venta de estos alimentos como el mercado, las pescaderías, los almacenes de cadena y restaurantes de la ciudad.
Estas medidas incluyeron vigilancia al almacenamiento y refrigeración de los productos de pesca, a las condiciones higiénico-sanitarias del establecimiento, manejo adecuado de aguas y residuos sólidos y que el personal que se encarga de vender o manipular los alimentos tenga uniforme o bata. Además, revisaron que, si son productos procedentes del exterior y empacados, que tuvieran el registro sanitario de importación.
Asimismo, los técnicos de Salud Ambiental trabajaron en la toma de muestras de pescado y mariscos para evitar enfermedades transmitidas por alimentos, y desplegaron operativos en las entradas y salidas de la ciudad para vigilar la llegada de alimentos crudos y procesados.
Si bien la gran mayoría de los establecimientos y restaurantes visitados (60 la semana anterior) se encontraron en condiciones sanitarias óptimas y no se han impuesto sanciones por parte de la autoridad, la Secretaría de Salud insta tanto a vendedores como a consumidores de pescados y mariscos a que mantengan la cadena de frío de los alimentos, que cumplan con las normas higiénicas y, en cuanto a los productos enlatados, es importante que se verifique que tengan registro sanitario y fechas de vencimiento vigentes.
Un grupo de funcionarios de la Oficina de Salud Ambiental del Distrito mantiene la vigilancia y está atento a cualquier reporte de almacenamiento indebido de pescados y mariscos durante estos días santos. Recuerde que para reportar una emergencia por intoxicación alimentaria u otro tipo debe comunicarse a los teléfonos del Centro de Regulación de Urgencias (Crue): 3793333, 3791171, 3720011, 3399510.
Alerta amarilla La Secretaría de Salud Distrital declaró la alerta amarilla desde el viernes pasado, día del partido de la Selección Colombia en Barranquilla hasta el término de la Semana Santa en todos los centros de salud de la ciudad, “con el fin de garantizar la oportuna y adecuada prestación de los servicios de salud durante los días santos”.
En el desarrollo del plan de contingencia, la red pública (Pasos y Caminos)y las IPS privadas trabajarán de manera articulada con el Crue para garantizar el sistema de referencia y contrarreferencia de pacientes, ante cualquier eventualidad.
¡Ojo a esto!
*Si va a comprar pescado crudo, tenga en cuenta que este alimento en estado fresco se distingue por sus ojos salientes y transparentes.
*La calidad del pescado fresco también se reconoce por su olor. No puede ser fuerte ni desagradable, debe estar sin vísceras.
*La carne debe ser resistente a la presión, firme, piel brillante y con sus escamas bien pegadas al cuerpo.
*Al levantar la aleta dorsal con el dedo, esta debe ejercer una presión contraria.
*No debe presentar espinas sobresalientes.
*Los pescados frescos deben mantenerse en refrigeración hasta el momento de su cocción.
*Desconfíe de los que ofrecen vendedores ambulantes.
¿Qué hacer ante una intoxicación?
Si después de consumir pescado o mariscos presenta síntomas de intoxicación como diarrea, vómito, dolor abdominal, calambres o malestar general, debe consumir bastante agua y acudir inmediatamente al centro asistencial más cercano para ser atendido por un médico. Además, debe informar al personal médico si otras personas consumieron el mismo producto, así como el sitio donde se compró o se consumió el alimento, para que las autoridades sanitarias tomen acciones frente a este tipo de eventos. Recuerde que los niños, mujeres embarazadas y personas de la tercera edad están en mayor riesgo, y las complicaciones pueden ser severas.
Por Liz Held Casalins