No hay excusas. Los menores de 18 años podrán disfrutar del encuentro futbolero entre los seleccionados de Colombia y Ecuador y antes de once de la noche tendrán que irse a sus casas porque la fiesta del fútbol no será excusa para susdender ‘Hora calabaza’.
Así lo aseguró la secretaria de Gobierno del Distrito, Josefa Cassiani, al señalar que los jovencitos que no logren ingresar al estadio Metropolitano, podrán ver el partido a través de cinco pantallas que serán ubicadas en distintos puntos de la ciudad.
La funcionaria señaló que los ‘estadios virtuales’ como han sido denominado estos puntos, estarán ubicados en la calle 84 entre carreras 46 y 50, de 3 de la tarde a 10 de la noche.
En la cancha Sourdis, diagonal 70C carrera 9J1; en el bulevar de Simón Bolívar (calle 19 carrera 5), en la Murillo (carrera 5B con calle 45 a la 45 A) y en la cancha del barrio La Paz, de 3 a 6 de la tarde.
La alcaldesa Elsa Noguera destacó que el propósito es que todos los barranquilleros apoyen desde distintos puntos al seleccionado patrio.
“Todo indica que ese día podemos lograr la clasificación y una vez se consiga ese propósito la euforia es tal que muchas veces la gente no sabe a dónde ir, pero con estos escenarios virtuales, la celebración podrá ser de manera organizada ya que estos sitios contarán con toda la logística y la seguridad del caso”, expresó la mandataria distrital.
A partir de las once de la mañana podrán ingresar a estos puntos que ha dispuesto la administración distrital tanto para que se vean el partido, como para la celebración.
La alcaldesa Elsa Noguera también señaló que ese día será cerrado un carril de la calle Murillo.
La 'Hora Calabaza’. El toque de queda, el programa pedagógico y de protección a los menores en Barranquilla, ha tenido gran aceptación entre los padres, por los logros obtenidos, es que la administración no lo va a suspender. La secretaria de Gobierno, Josefa Cassiani, reiteró que la medida busca proteger a la niñez, que al transitar solos en altas horas de la noche o madrugada se ven expuestos y son muy vulnerables.
Por Alexandra De la Hoz