Alejandro Char, alcalde anfitrión del Foro de Desarrollo Local de la Ocde, no oculta su emoción, tampoco su satisfacción, por el excepcional momento que vive la Arenosa al ser por estos días la capital del diálogo más importante sobre transformación urbana del mundo. Asume con rotundo optimismo la poderosa transferencia de conocimientos, experiencias e ideas que se está produciendo en los salones del Centro de Eventos Puerta de Oro, al igual que en las calles, empresas, museos, espacio público y sitios emblemáticos de la ciudad, como el Gran Malecón y Puerto Mocho.
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Siente que una luz divina cubre la ciudad, a manera de portentosa epifanía, alumbrando el futuro de los barranquilleros en términos de empleo de calidad, generación de ingresos, nuevos proyectos de sostenibilidad ambiental, de inclusión social o diversificación económica. Insiste en que el camino que nos abre la Ocde con este relevante encuentro, que ha puesto a la ciudad en boca de grandes expertos, dinamizará la atracción de inversión para lo que hará falta seguir formando a los jóvenes.
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¿Cómo valora este momento tan relevante para la ciudad, como sede del Foro de Desarrollo Local de la Ocde?
Este foro nunca había salido de Europa, en la selección le ganamos a Melbourne, Florencia y Lisboa. Fuimos escogidos por la gobernanza que la ciudad ha tenido los últimos 20 años, porque algo bueno está pasando aquí. Lo reconocen los 38 países que hacen parte de la organización que trajo a sus expertos a transferir su conocimiento en desarrollo sostenible, innovación, tecnología, cambio climático y demás desafíos que nos impone el mundo. Ellos nos vieron, analizaron y saben que sus enseñanzas pueden impactar mucho. Barranquilla se luce, se mostrará al mundo y va a aprender. Los colegios, universidades, nuestros profesores están aquí, también el ciudadano de pie, porque si gana Barranquilla, ganamos todos. Estamos orgullosos de tener el foro de la Ocde.
La Ocde dice que Barranquilla tiene una historia brillante que contar porque es un ejemplo poderoso de transformación local que quieren compartir con el mundo. ¿Cuál es nuestra historia?
Nadie mejor que un barranquillero, que sufrió tanto en el pasado, para mostrarle al mundo lo que fue su ciudad y lo que es ahora. Hace 30, 20 años, usted levantaba un teléfono y debía esperar una hora para que le diera tono o tenía que construir una alberca para guardar agua. Era la Barranquilla de los arroyos que lo arrasaban todo, que no tenía un metro cuadrado de zona verde ni de espacio público, con calles reventadas. En menos de dos décadas, la ciudad logró resolver sus problemas coyunturales, enfocándose en lo fundamental de forma metódica. Los pasos dados son importantes.
Hicimos el Malecón, Puerto Mocho y el Ecoparque, pero antes solucionamos las cuestiones de salud pública. No solo con la construcción de 50 hospitales, sino con un modelo exitoso, y pese a que el país se debate en que si hay reforma o no la hay, aquí se acabó el paseo de la muerte. Ni hablar de los colegios públicos. Hoy son instalaciones modernas, con bilingüismo, desarrollo de software e inteligencia articial. Los muchachos se gradúan con dos y tres diplomas. Ya son doce sedes del Sena en barrios. La Universidad de Barranquilla pasó de tener 2.500 estudiantes a 17 mil que terminarán este año. El basurero Los Pocitos es un generador de energías limpias, las 72 mil luminarias de la ciudad se encenderán con 30 mil paneles que se están instalando en Juan Mina y se está renovando el parque automotor de Transmetro con vehículos que usan combustible amigable con el ambiente.

¿Qué tanto podrá ganar Barranquilla en su proyecto de desarrollo con las lecciones del foro?
Tenemos a los mejores economistas del mundo hablando con nosotros, discutiendo sobre lo que saben de Barranquilla para proponernos nuevos enfoques. Eso ya es una victoria muy importante, una ventaja frente a otras ciudades Nos costaría una fortuna salir a buscar esa información en el mundo y, además, no estamos para perder tiempo. Serán horas de diálogo, de compartir, de talleres, de análisis, también los expertos recorrerán la ciudad para ponerse a su servicio y ofrecer sus recomendaciones sobre el terreno. Es realmente la transferencia de conocimiento la que agregará valor a la vida de los barranquilleros hacia adelante.
Hablemos de temas a debatir en el foro del Ocde. Uno de ellos, economía del cuidado como fuente de inclusión social, empleo y bienestar para las comunidades. ¿En qué estamos?
Barranquilla tiene listo un censo de población con discapacidad que se hizo casa a casa, en los barrios. Establecimos que son casi 43 mil personas en esa condición, cuidadas por más de 22 mil, de las que el 87 % son mujeres. Con esos datos podemos focalizar la inversión porque ya sabemos dónde tenemos que darle la mano a esa familia, tanto a la persona en condición de discapacidad como a su cuidador o cuidadora. Mil trabajan actualmente con nosotros y otras están siendo formadas y acompañadas.
La inclusión le genera mucho valor agregado a la ciudad. En este proceso, el sector privado ha sido fundamental. Con los empresarios tenemos mesas permanentes, a ellos les damos los por les de las personas en condición de discapacidad para que las enrolen. Entendimos que una ciudad, en la que sus espacios públicos, sus mejoramientos de vivienda, su educación son inclusivos acrecienta su economía de forma impresionante. La Ocde valoró mucho esa fortaleza de Barranquilla.
Otro tema que impulsa la Ocde e interesa a la ciudad es el turismo de grandes eventos. ¿Cómo seguir creciendo en una industria que solo en 2024 generó 28 millones de dólares?
Hemos crecido muchísimo. Es un sector que se disparó porque hemos acertado en las decisiones de inversiones públicas, pensamos en sostenibilidad ambiental, en un mundo global e innovador. En el Ecoparque de Mallorquín, 155 especies de aves diferentes vienen de Estados Unidos, de Canadá, para buscar abrigo del frío, y tenemos 500 hectáreas de cuatro de las cinco especies de mangle conocidas. Era un tesoro desaprovechado, convertido en el basurero oficial de la ciudad.
Así que Barranquilla se llenó de eventos todos los fines de semana, por eso levanté la medida de pico y placa para los taxis. El Centro de Eventos Puerta de Oro no existía hasta hace poco y ahora tenemos reservas con año y medio de antelación. Algo que también tuvo en cuenta la Ocde.

Otro aspecto que la Ocde valoró de Barranquilla fueron sus alianzas público-privadas que hacen parte esencial del foro. ¿Cómo elevar esa relación para hacerla más provechosa?
Yo solo tengo agradecimiento con el sector privado de Barranquilla. Hemos sido familia, un trinomio perfecto: Estado, sector privado y academia. Todas las semanas nos reunimos a planear la ciudad. Las 12 sedes del Sena fueron escogidas por el sector productivo para satisfacer la demanda de empleos de calidad, como soldadores, personal del sector servicios, de hotelería, turismo, finanzas.
Lo digo con la boca llena, si no es por la Cámara de Comercio de Barranquilla nunca se hubiera construido el Centro de Eventos Puerta de Oro. Luis Castro, su director en 2015, me dijo: “Alejandro, tenemos 10 mil millones de la Cámara para el proyecto”. Le respondí: “Listo, el Distrito acompaña, también el Gobierno nacional lo hizo y sacamos adelante la iniciativa”. En 2025 es la sede del foro.
Su radiografía retrata el presente de Barranquilla. ¿Cómo ve Alejandro Char el futuro de la ciudad?
Soy muy positivo, muy optimista. No lo digo como si fuera un sueño porque ya lo estamos viviendo. Tener este evento, que hace de Barranquilla la capital mundial del desarrollo local, es muy poderoso. Aquí solo se hablaba de Carnaval, del Junior, y ahora Barranquilla es verde, sostenible, es economía diversificada, es global. Tenemos playa, río, ciénaga y manglares. También espacio público y un mercado que le da la cara a los caños, porque somos agua y le rendimos homenaje.
Cuando hicimos el Malecón, no solo fue para que la gente caminara en él, sino para que contemplara ese río Grande de la Magdalena por donde todo entró, y también es una forma de cuidarlo y preservarlo. Cada niño que ve que se tira una basura ahí no lo tolera. Así que lo que veo es una luz divina que ilumina a Barranquilla cada día, con más fuerza. Y es apenas el comienzo, el preámbulo. Un anuncio importante es la ampliación del estadio Metropolitano, que está en fase de diseño porque tenemos la aspiración de ver finales de futbol de equipos suramericanos con 60 mil hinchas.
¿Qué tal si pensamos en 30 mil argentinos y 30 mil brasileños? Y también conciertos. Imaginemos uno de Taylor Swift, de Karol G, de Bad Bunny, con quienes estamos intentando acercamientos.
¿Y ya conversó sobre el tema con el máximo accionista del Junior?
Por supuesto. Estamos acercando posiciones. Hay que hacer un esfuerzo entre todos para que el estadio crezca, como lo están demandando los grandes eventos mundiales. Los dos conciertos de Shakira mostraron una línea impresionante de lo que significan en términos de turismo, ocupación hotelera, gastronomía y de economía popular. Tenemos que asegurar cada semana eventos de todo tipo en Barranquilla que generen ingresos cada vez más significativos para la gente.
¿Cómo diversificar aún más nuestra economía para ser más competitivos y crear empleo?
El principal motor de desarrollo económico local es la educación. Debemos persistir en formar a los niños, desde pequeños, en las escuelas públicas en una segunda lengua como el inglés. También en competencias digitales, de la mano de la cultura y el deporte. Estamos sembrando e invirtiendo en lo más precioso de un pueblo que es su capital humano.
Si nuestros jóvenes están formados para cualquier desafío, el sector privado invertirá aquí, pondrá sus huevitos en nuestra ciudad. Pensemos en nearshoring, es decir, en relocalización de empresas, en Barranquilla ahora que Estados Unidos y China se pelean el comercio mundial para atraer capital extranjero. Eso es posible si tenemos gente formada, preparada, bilingüe o trilingüe para atender los retos mundiales.
Muchos barranquilleros perciben distante, lejano a ellos, un evento de dimensión global como este. ¿Qué les diría?
A simple vista es el comentario de cualquier persona en la calle. Pero estamos sembrando. Barranquilla, gracias al foro de la Ocde, se ha puesto en la boca, en la mira de los poseedores de la información económica más grande e importante del mundo. Y situarse allí, obtener información de ellos, de sus expertos, tiene un valor muy profundo para nuestra ciudad en el presente y en el futuro. Esto traerá demasiada inversión en el mediano y largo plazo. Los hijos de los barranquilleros que forjaron nuestra ciudad en estos momentos serán los grandes protagonistas mañana y, por supuesto, llevarán a esta tierra a mejor puerto.
Ante la realidad local, hay que seguir trabajando para acabar con desigualdad social, pobreza e inseguridad, pero este es un gran paso en la dirección correcta…
Este es el camino para evitar que un joven termine en una banda criminal, en la delincuencia. No vamos a negar nuestros problemas, la inseguridad se está tomando las grandes capitales de Colombia. Pero es nuestra obligación mostrarles un nuevo camino, uno diferente, y ese es la formación, su educación. En ello está la inversión futura de esta ciudad.