Cuando me siento ahí en la puerta tengo la sensación de que los carros se me vienen encima'. Así empieza su relato Mercedes Álvarez, una mujer de 80 años con una lucidez que impresiona y que ha pasado un poco más de la mitad de su vida a unos escasos cinco metros de la Vía Oriental, a la altura del barrio Colombia, en Malambo.
La polución, el ruido constante de los motores, la vibración, que con la nueva doble calzada ha disminuido, son apenas algunos de las situaciones que enumera Álvarez para referirse a lo que deben someterse a diario, ella y otros tantos que en viven a orillas de la carretera.
A unos 20 metros de la casa de Mercedes, sus vecinos están en pleno duelo por el fallecimiento de tres hermanos que resultaron ser víctimas fatales de un trágico accidente. El pasado fin de semana el conductor de un bus de servicio especial, en un aparente microsueño, perdió el control del vehículo, embistió a los jóvenes que estaban sentados en la puerta de su casa y afectó dos viviendas que también están construidas al margen de esta vía.
Lo que resulta inquietante es que la Ley 1228 de julio 16 de 2008 regula y determina las fajas mínimas de retiro obligatorio para las carreteras del sistema vial nacional. En el caso de la Oriental que cumple las especificaciones de una carretera de primer orden, que da accesos a capitales de departamento, estaríamos hablando de 60 metros de retiro obligatorio. Esta distancia determinada se toma desde la mitad a cada lado del eje de la vía.