Desde hace cuatro años, el nombre de Rita Virginia García Montes dejó de existir de las listas de la Notaría Primera de Soledad. Al no sentirse conforme, esta riohachera de 37 años tomó la decisión de cambiárselo y llamarse Ámbar García Montes.
La comunicadora social - periodista narró que desde su niñez sentía que su nombre no era el correcto para ella y que su sueño siempre fue llamarse Ámbar.
'Yo me llamé Rita Virginia y a mí no me gustaba ese nombre. Es un nombre familiar, se repite de las abuelas. Entonces desde niña yo quería llamarme Ámbar. ¿Por qué? No sé, siempre fue un nombre que me estuvo persiguiendo desde muy pequeña', sostuvo García.
Asimismo, relató que a lo largo del camino se desencadenaron muchas historias y significados sobre el nombre Ámbar. Situación que la llevó a tomar la decisión que cambiaría su vida en todos los sentidos.
Al principio, según lo relató, fue extraño para sus allegados llamarla por el nombre que actualmente lleva y aseguró que fue un proceso que tuvo un final feliz.
'Los primeros que me apoyaron fueron mis compañeros de trabajo. Para mi familia fue difícil asimilarlo pero terminaron aceptándolo. Empecé a mostrar mi nombre por las redes sociales y se regó por todas partes, ahora para todo el mundo me llamo Ámbar', relató.
Para Ámbar García Montes, el cambio de nombre transformó su vida.
'Desde que me llamé Ámbar sentí que mi vida fue diferente. Yo era una muchacha muy tímida, callada, y era una de las que esperaba que sucedieran las cosas. Cuando cambié mi nombre, me convertí en la mujer que siempre quería ser. Ahora soy muy proactiva, comunicativa y expresiva'.