Una música tropical de distintos géneros que escapaba de los almacenes, compitiendo entre sí en las aceras, nos recibe condimentando la mañana, animadores de voces impostadas por doquier intentando estimular el apetito del viandante por los artículos que ofrece el centro comercial de turno.
Sol, calor, velocidad, movimiento. Un río de personas aglomeradas entre el poco espacio que ofrece la calle y la acera en búsqueda de lo mismo, sobre estimulados por el impulso dictatorial del consumo en masa que se camufla bajo las consignas de la celebración de las fiestas de fin de año.
“¡Todo a mil, a mil, a mil, pilas que se acaba el año!”. La proliferación del rebusque, del agáchate y cógelo. El bembé de los estrenos, porque Año Nuevo sin pinta nueva trae tristezas.
“¡Lo que pille le vale cinco lucas, a cinco lucas, las gafas las carteras, los gorros que agarran la vuelta pa' que la jeba no use más ganchos !”, anuncia el pregonero improvisado, mientras Javier Vargas, un ingeniero industrial que asegura que en el Centro es el único lugar de la ciudad donde se puede encontrar de todo. Yo traigo de todo, señores yo trago de todo, traigo ron, traigo cerveza...
“Yo hago mis compras en el Centro porque es el único sitio donde puedes encontrar lo que estás buscando, aquí hay ofertas, variedad, buenos precios”, indicó Javier mientras se desenvolvía en una marejada de personas que como él, faltando 4 días para fin de año se vinieron para el Centro en busca de los artículos con los que piensan despedir el año viejo y recibir el nuevo.
Tal como pregonaba en pleno Paseo Bolívar un vendedor de sombreros y gorras “¡Vea todo a 10, pa' que lo cojan los pitos bien lilí mi hermano, todo a 10 luquitas!”. Para Javier, este año el tema de seguridad a mejorado considerablemente. “Por lo que he visto hay buena seguridad este año, policías en todas las manzanas y eso genera una sensación de seguridad y tranquilidad”, anotó.
No obstante, Yesid Cuartas, un vendedor de chichas que asegura que se camina el Centro todos los días desde la A, hasta la Z, es de los que opina que, “la vaina esta pesada, demasiado cosquilleo, mucho tráfico, no se puede ni caminar”.
Para uno de los agentes de policía que custodian esta parte de la ciudad, en términos generales, el movimiento que trae esta época de fin de año ha estado normal, el índice de delincuencia ha estado bajo control y aseguró que el raponeo se ha podido disminuir.
Para Dina Luz Pardo, directora Ejecutiva de Asocentro, los barranquilleros continuaron siendo fieles al Centro. “ Hasta el momento el comportamiento ha sido bueno, en términos generales a nivel de ventas ha estado muy bien, el Centro ha sido muy visitado, como se puede ver sus calles atiborradas, repletas de personas que han hecho uso de los centros comerciales. Hoy, el Centro es visitado a diario por unas 600 mil personas, entre compradores y comerciantes, incluyendo el personal de los municipios y ciudades aledañas”.
El Centro para las grandes ciudades es por donde se le toma el pulso y el palpitar del gran corazón de la urbe. a pesar del caos y las calles atiborradas de compradores y vendedores compulsivos, podríamos asegurar que nuestra Quilla goza hasta el momento de una buena salud cardiovascular.
Por Carlos Polo