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Son las 11:30 de la mañana del miércoles 5 de septiembre de 2018. Cerca de 900 estudiantes del megacolegio Denzil Escolar de Riohacha en La Guajira salen de sus salones de clases directo al comedor escolar a recibir el almuerzo que ofrece el Gobierno a través del Programa de Alimentación Escolar (PAE). Es un menú casero y balanceado: arroz, lenteja, carne y tomate. El salón de eventos se vuelve comedor y los primeros en ser atendidos son los menores entre seis y ocho años de los primeros cursos de primaria. Entre su algarabía, los niños esperan los platos de comida en sus sillas.

'Todos los días es un menú diferente, pero siempre incluye todos los grupos de alimentos: proteínas, frutas, verduras y cereales', señala la coordinadora del PAE en el plantel educativo, Lily del Carmen Cabrera Brito. Ella es también la coordinadora de Convivencia y resalta que el servicio mejoró mucho este año porque fue asumido por el Plan Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas, en el contexto de la intervención que el gobierno de Juan Manuel Santos planteó desde febrero de 2017 para los servicios de educación, salud, y agua potable en el departamento de La Guajira.

Pero lo que no sabe la coordinadora, es que el tomate que se comieron los niños y jóvenes del Denzil Escolar de Riohacha hace parte de los 800 kilos de verdura que el PMA, desde mayo de este año, le está comprando a los excombatientes de las Farc que están asentados en la granja Nueva Colombia, situada en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) que se creó en la vereda Pondores, corregimiento de Conejo, municipio de Fonseca. Y que ahora son 220 integrantes del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común en desarrollo de proyectos productivos en la tardía empresa de implementación del proceso de paz de 2016.

'¿En serio?, no sabía', responde Lily del Carmen y añade: 'Me parece una gran idea, porque cambiaron sus armas por los cultivos, y además tienen cómo subsistir y sostener a sus familias'. 

Así como ella, Diomedes Antonio Ordóñez de La Cruz , único rector que ha tenido el megacolegio Denzil Escolar desde su fundación hace 20 años, tampoco sabía de dónde venía el tomate de los almuerzos, pero aclara que las cuatro sedes de la institución suman 3.500 niños y jóvenes que reciben esa ración en su alimentación cotidiana. 

'El agro se ha olvidado de este país. Me parece bien que los excombatientes hagan uso de las tierras productivas', dijo.

El PMA llegó a La Guajira en julio de 2017 para operar el Programa de Alimentación Escolar. Su representante en Colombia es Deborah Hines, quien recalca que 'el propósito de la organización es dinamizar la economía de la región, brindar asistencia técnica a pequeños productores agrícolas y apoyar al gobierno de Colombia en sus esfuerzos por construir un futuro sostenible y en paz'. Revela que a la granja Nueva Colombia también le compran 5.000 unidades de banano semanales para incluir en la alimentación de 40.000 niños y niñas de 13 de los 15 municipios del departamento.

Deborah Hines insiste que el PAE, a cargo de PMA en La Guajira, se basa en el impulso de la economía local para garantizar ingresos entre los grupos más vulnerables al hambre y la pobreza: las familias rurales. Su comentario resalta lo importante que es la estadística que señala que del primero de enero a finales de octubre de 2018 han fallecido por desnutrición o causas asociadas a esta tragedia e irresponsabilidad social en La Guajira unos 39 menores. 

La tierra fértil del posconflicto

 El tomate y el banano que diariamente llegan a los colegios guajiros se cultivan en las tierras fértiles de Conejo, donde la economía principal de sus 2.000 habitantes es la ganadería y la agricultura. En la región se cultiva también café, plátano, yuca, guineo, malanga, maíz y árboles frutales.  

En el proyecto se desarrolla la granja Nueva Colombia del ETCR de Pondores. Trabajan unidos 30 excombatientes de las Farc y 12 personas de la comunidad que diversifican su producción.

Wilfran Martínez Rodríguez es representante legal de la Cooperativa Multiactiva para la Paz de Colombia (Coompazcol), que apoya este y otros proyectos productivos en Pondores.

Primero aclara que son 25 hectáreas en las que cosechan tomate, plátano, pimentón y algunos experimentos para sembrar fríjol, yuca y maíz. 'Se hace para fortalecer la granja y vincular más personas', expresa que habla desde el presente que construye porque 'no le gusta hablar del pasado'. Es indígena kankuamo, de las estribaciones de la Sierra Nevada, en el Cesar, y allá hizo parte del frente 59 de las Farc.