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Un niño de dos años de edad falleció a las once de la mañana abrasado por las llamas que se generaron en un incendio en el patio de su casa por la probable manipulación inadecuada de una pimpina de gasolina. En el mismo accidente doméstico el padre y un tío del infante resultaron con quemaduras de tercer y segundo grado que hicieron necesaria y urgente su reclusión en la clínica Maicao, donde estaban preparando un traslado para brindarle atención especializada en un pabellón de quemados de otra capital del Caribe.

Luz Mery Epiayú, familiar de las víctimas, explicó que en la casa localizada en la calle 3 con la carrera 11ª del barrio La Unión de Manaure, tienen una camioneta y por eso el tío estaba buscando la pimpina de combustible para tanquear el vehículo. Simultáneamente, el niño de dos años, ahora occiso, juagaba con una pita que metía en el fogón y sacaba encendida, nadie dimensionó el grave peligro, sino hasta cuando la cabuya encendida jalada por el menor, cayó justo sobre el área de la tapa abierta de la pimpina. Se produjo una especie de explosión y el niño y su tío quedaron metidos en una bola de fuego. Ender Martínez Epiayú, padre del niño cuando observa que está indefenso y quemándose, no lo piensa dos veces y se mete al fuego a buscarlo.

El niño es rescatado por el papá, logran apagarlos a ambos, pero las lesiones son muy graves: El menor fallece cuando empezaban a brindarle la atención en el hospital de Manaure. El padre y el tío son atendidos, pero no se cuenta con mucho en este hospital para casos de esta naturaleza y el medico del turno ordena el traslado. Ahora el problema se presenta porque el conductor de la ambulancia no estaba disponible y lo buscaron por todo el pueblo hasta que al final lo encuentran y se hace traslado a Maicao.

Los familiares esperan el traslado de Ender, pero también el de su hermano Edwin Martínez Epiayú. Entre tanto, el cuerpo del niño es velado en la casa del barrio La Unión y probablemente será sepultado este domingo en el cementerio de Manaure.