El Heraldo
Banca en la que Levith se sentaba a diario. Jhony Olivares
Judicial

“Vivíamos con el peligro y no lo sabíamos”

Vecinos de Levith Rúa temen que le hagan un daño al barrio. 

Las cortinas están cerradas y el Papa Noel de la bota de Navidad que adorna la puerta de entrada se mueve en ocasiones por las brisas de mediodía. La casa azul de rejas blancas, de una de las calles del barrio Las Gaviotas, vestida para las festividades, está desocupada. “Ahí no quedó nadie, ellos se fueron apenas lo metieron preso. Creo que se fueron para su pueblo, Ponedera”, dicen aterrorizados los vecinos de Levith Rúa Rodríguez, el presunto asesino de Gabriela Romero.

La casa es de dos plantas y la habitaban dos familias, una aun permanece arrendada en el segundo piso, ajena a la situación que viven los Rúa Rodríguez, y los otros se marcharon porque “la desgracia llegó a su hogar”. 

“La señora Beatriz es muy amable. Es doloroso que ella esté viviendo esta situación, no tiene la culpa de nada. Mejor mamá y más trabajadora no ha podido ser”, se lamentan dos vecinas de la madre del posible homicida, al que también se le acusa de haber violado a trece mujeres en distintas partes de la Región.

En el barrio hay temor y no se habla de otro tema por estos días. “Cómo es posible que hayamos estado viviendo todo este tiempo frente a una bestia como esa. No tiene nombre, él estuvo siempre cerca de nosotros, de nuestros niños. ¡Qué peligro!”, dice sentado en una esquina del barrio un pensionado de una empresa de correos que ahora se dedica al mototaxismo. “Yo tengo 31 años viviendo aquí y algo así nunca había pasado. Y pensar que siempre lo veía por ahí”, agrega.

De acuerdo con otros moradores, de los cuales algunos se reúnen todos los días en un punto donde llegan personas a solicitar el servicio de mototaxis, cerca de la casa donde vive la familia de Levith hace 14 años, él acostumbraba a sentarse en una esquina, frente a una tienda, a mirar lejos. “Por aquí sabíamos que había estado en la cárcel, pero lo que nos dijeron era que se había metido con una menor de edad y que la familia sabía que habían estado juntos, por eso lo denunciaron. Fue lo que nos hicieron creer, no que era un violador”.

Siempre vestía con un suéter de color verde, una gorra y un morral cruzado. Se sentaba en una banca de cemento deteriorada frente a la calle, como ido, con la visera tapándole los ojos. “Él estuvo abierto del combo, por lo general andaba solo, pero parecía una persona normal. Estamos consternados, todavía no lo podemos creer”.

Uno de los vecinos de Rúa Rodríguez, que afirma conocerlo desde cuando vivía unas calles más arriba, dice que le había pedido prestada su moto para ir a buscar a una muchacha. “Hace como tres semanas me lo encontré a las 5 de la tarde y me dijo que le alquilara la moto para recoger a una amiga que venía del pueblo, pero yo no se la di porque él la necesitaba para la noche y yo debía hacer unas diligencias.

Le dije: Si la fueras a coger ahora, te la prestara, pero en la noche no puedo. Qué tal que yo le hubiese prestado la moto, me mete en un lío a mí”. 

Al otro lado de la vía, una mujer dice que pareciera que él tuviese doble personalidad, porque “en la calle era otra persona, muy atento y saludable. Nunca se termina de conocer a la gente”.

En Las Gaviotas los moradores tienen miedo de que suceda lo que dicen los rumores. “A mí me dieron hasta ganas de mudarme porque me han dicho que a esa casa le van a tirar una bomba o que la van a incendiar en represalia por la joven que mató. Tenemos mucho susto, en las noches no dormimos tranquilos. Pedimos que las autoridades nos colaboren para que no salgamos perjudicados”, agrega.

El día anterior de que lo aprehendieran, la ‘Bestia del matadero’ estaba parado en la esquina frente al parqueadero de la Virgencita, mirando lejos, como todos los días. “No parecía sospechoso de nada, incluso acá vinieron los del CTI y no se lo llevaron porque no estaba, revisaron la casa y, como no encontraron nada, se fueron”.  

La personalidad del presunto asesino y violador serial, de acuerdo con la Fiscalía, nunca mostró nada raro, aunque según los vecinos de su generación, a él “jamás le gustó andar con nosotros. Qué pesar con esa familia, les desgració la vida”, añaden.

Habló la mamá

Beatriz Rodríguez, madre de Levith, pidió perdón por su hijo. “Él está enfermo, voy a hacer todo lo posible por curarlo y sacarlo adelante; perdónenlo por tanto daño que ha hecho”, dijo. Así mismo, indicó que él salió de la cárcel porque ya había pagado la condena y  por su buen comportamiento. 

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