El Heraldo
Un hombre privado de la libertad permanece sentado en una de las ventanas que da hacia los patios de la Cárcel Modelo de Barranquilla. Josefina Villareal
Judicial

La extorsión detrás de los barrotes: ¿cómo está el Atlántico?

EL HERALDO conoció que reclusos amplían bases de datos con  números telefónicos que aparecen grabados en empaques que ingresan a centros carcelarios.

La extorsión en Barranquilla es un delito que las autoridades han tratado de contener los últimos meses en diferentes sectores de la ciudad. Este fenómeno, según las autoridades, se registra con mayor frecuencia en el suroriente y la zona céntrica de la capital del Atlántico, donde los comerciantes han sido los principales afectados.

En medio de las labores investigativas que han realizado los integrantes del Gaula de la Policía han podido establecer que la mayoría de los responsables de estos cobros extorsivos se encuentran recluidos en establecimientos carcelarios, no solo del Atlántico sino de otras zonas del país.

Son diferentes los ‘modus operandi’ que ponen en práctica los delincuentes para poder realizar estas exigencias económicas a sus víctimas.

EL HERALDO conoció un audio en el que un recluso de una cárcel de Barranquilla se contactó con una familia. El interno les decía que tenía a su hija retenida y para liberarla debían pagarle $ 50 millones:

  • Extorsionista: –Si ustedes llegan a acudir a las autoridades téngalo por seguro que se declaran objetivos militares de nuestra organización a partir de ese momento.
  • Víctima: –Yo soy un albañil y no tengo para pagarle todo ese dinero
  • E: –Como ustedes vayan a la Fuerza Pública les colocamos una bomba cerquita de su casa. La liberación de su hija se hará, pero sin armar ningún tipo de escándalo.
  • V: –Listo y se lo agradezco
  • E: –Como ustedes vayan a las autoridades nosotros nos vamos a enterar, porque siempre tenemos infiltrado al Estado.
  • V: –No hay problema, por eso nosotros le hacemos caso...
El suroriente de Barranquilla es uno de los sectores más afectados.

En otra interceptación telefónica se escucha el mensaje intimidatorio de un hombre que se encuentra recluido en la cárcel La Tramacúa, de Valledupar, y que sigue delinquiendo.

“Usted no me ha entendido. Ya no son $ 30 millones, sino $ 50 millones que se le habían pedido inicialmente y si me sigue mariqueando la hp** vida no verá ni a su papá, ni a su mamá. Hágame el favor y busque ese dinero, porque no me importa que la gente de la Policía esté con ustedes en su casa, porque también los exploto”, dice el delincuente.

El mayor Diego Molina, comandante del Gaula de la Policía en Barranquilla, sostuvo que en lo que va de 2021 han determinado que cuatro casos de los que han atendido salieron de la cárcel Modelo, ubicada en la Vía 40.

“Los casos de extorsiones que atendemos desde esta especialidad de la Policía, en su mayoría, provienen de establecimientos carcelarios situados en Boyacá y Cesar, pero afectan a los comerciantes y empresarios del Atlántico”, dijo el oficial en diálogo con este medio.

De igual manera, afirmó que actualmente en la capital del Atlántico han podido establecer que aparte de la extorsión desde prisión, la modalidad conocida como “falso servicio” está entre las más comunes.

“En este falso servicio, los delincuentes contactan a las víctimas a través de los teléfonos celulares de la empresa o el negocio que es de su propiedad y solicitan un servicio que puede ser de mudanza, decoración o hasta la venta de lotes en las zonas rurales de Barranquilla y Soledad”, sostuvo Molina.

El 70 % de las extorsiones del país ocurren desde el interior de las cárceles del país.

Fuentes judiciales le dijeron a este medio, que en las labores de investigación, han podido establecer que los privados de libertad, muchas veces, robustecen sus bases de datos obteniendo números de teléfonos celulares que se encuentran en los empaques de productos donde los familiares les llevan varios de sus alimentos

De igual forma, esos números los consiguen de empleados o prestadores de servicios que ingresan a los centro penitenciarios.

“Los detenidos están pendientes de todos esos detalles. Ellos asocian que si un número de teléfono está en una publicidad es porque hay dinero de por medio”, dijo la fuente.

Sin embargo, los radios de acción de estos delincuentes están ubicados en zonas como la Cordialidad con Circunvalar y Murillo con Circunvalar.

“En estos sitios es donde se registran los encuentros de las víctimas con los delincuentes que  posteriormente se los llevan a zonas enmontadas. Luego de estar en esos lugares contactan a los familiares haciendo exigencias que van desde los $ 30 hasta los $ 50 millones”, sostuvo Molina.

Este medio conoció que el 70 % de las extorsiones que se registran a nivel nacional son realizadas de las cárceles de Valledupar y Nariño.

Campañas realizadas por el Gaula en el sector de Barranquillita.
Operativos en cárceles

El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, (Inpec) y la Fiscalía General de la Nación, en la macro operación ‘Demoledor’, efectuada en 19 departamentos del país, desarticularon una red de extorsión que operaba desde distintos centros carcelarios. Dicho operativo ocurrió en diciembre de 2020.

Se efectuaron diligencias de allanamiento en los centros penitenciarios ‘La Modelo’ en Bogotá; ‘La Judicial’ en Cesar; ‘La Vega’, en Sucre; ‘La Ternera’, en Bolívar; ‘Las Mercedes’, en Córdoba; ‘Doña Juana’, en Caldas; ‘La Modelo’ y ‘Palo Gordo’, en Santander; ‘El Barne’ y ‘Cómbita’, en Boyacá; ‘Rogrigo Bastidas’, en Magdalena; ‘Bellavista’ y ‘Pedregal’ en Antioquia; ‘Villavicencio’ y ‘Acacías’, en Meta; ‘La 40’, en Risaralda; ‘Picaleña’, en Tolima; ‘La Pola’, en Cundinamarca; ‘Buchely’, en Nariño; y  en los centros penitenciarios ‘El Bosque’ y ‘La Modelo’, en Atlántico.

Frente al tema de las extorsiones a los comerciantes de Barranquillita, las autoridades informaron de la instalación de un Comando Situacional del Gaula que busca reducir el cobro de estas extorsiones.

Asimismo, hay constantes patrullajes por toda esa zona comercial para crear una vigilancia efectiva y así evitar que se registren atentados como los vividos a principio de año en sector de La Paz.

El Gaula de la Policía instaló un Comando Situacional en el sector de Barranquillita.
Presión psicológica

Un investigador judicial del Gaula de la Policía le dijo a este medio que en muchos de los casos que se han venido registrando, los delincuentes ejercen cierta presión psicológica hasta el punto en el que las víctimas entregan información personal que le permite a los antisociales actuar y lograr su cometido.

“Estas personas que cometen este tipo de extorsiones, nunca saben datos mayores de sus víctimas por lo que en medio de fuertes presiones alegando que pertenecen a grupos armados ilegales logran obtener información personal de sus víctimas”, dijo la fuente.

Asimismo, sostuvo que los reclusos que ejecutan estas extorsiones se encuentran delinquiendo con personas en el exterior de estos lugares que son quienes reclaman el dinero o en casos engañan a conocidos para que presten sus cuentas bancarias o su cédula para realizar giros.

“He tenido casos en el que al rastrear a los destinatarios de los giros y consignaciones nos damos cuenta que esta persona se ganó el 10 % del dinero que le enviaron al delincuente”, puntualizó el investigador.

En 2020, mediante orden judicial por el delito de extorsión fueron capturadas nueve personas y en 2021 van 46, mientras que en flagrancia durante 2020 fueron 13 capturas y 2021 llevan 20 capturados.

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