'Yo no puedo ahorita dar nada, ni me puedo comprometer porque la situación está tremenda. No ganamos ni para los trabajadores, mucho menos para colaborarles', este relato es retrato de lo que sufre Carlos*, uno de los muchos comerciantes y trabajadores del Centro de Barranquilla que se encuentran acorralados por los delincuentes que los extorsionan sin importarles el esfuerzo que hacen para volver prósperos sus negocios.
Detalles criminales
A unas cuantas cuadras de donde explotó la granada el pasado martes se encuentra ubicado el establecimiento comercial de Carlos, quien relató que es una víctima más de extorsión y que cada llamada que recibe por parte de 'los bandidos' es peor que la anterior.
'Me amenazaron y me dijeron que ellos dan o dan. Que mire que por San Roque ya han herido a tenderos y que eso no es mentira, que no quieren que uno corra la misma suerte', contó el hombre, quien en cada palabra que decía demostraba la angustia y preocupación por el 'infierno' en que está sumergido. 'La situación es grave', aseguró, y según otros comerciantes que son sus amigos, 'de cada diez locales públicos en el sector, seis estarían pagando extorsiones'.
El hombre afirmó que en ocasiones lo intimidan con asesinatos perpetrados por ellos (delincuentes) en días, semanas o meses pasados. Los crímenes los especifican de una forma detallada y al final le dicen que no es una 'mamadera de gallo', que tiene que pagar o si no le harán lo mismo.
Vivir a cambio de dólares
Carlos relató que no es la primera vez que lo extorsionan, pues hace más de 15 años también le pidieron dinero, pero en dólares. 'Que les diera primero 300 mil, y si no daba el dinero entonces que les comprara una pistola y que también me iban a mandar la lista de las municiones y todo. Entonces yo les dije que dónde iba a conseguir el armamento y la munición, a lo que me respondieron que no me preocupara, que ellos la conseguían', recordó el propietario.
'En ese entonces tenía un familiar del Gaula en Pereira y lo llamé porque mi familia ya sabía de eso y estábamos asustados. Cuando me llamaron, mi pariente (el funcionario) se hizo pasar por un hijo mío y le habló por varios minutos, yo no sé qué fue lo que hizo, pero a los días me llamó mi familiar y me dijo que investigaron al tipo y hallaron que llamaba de la cárcel El Bosque', contó el comerciante.
El hombre afirmó que desde ese momento se acabaron los problemas, pero esta vez 'es totalmente diferente', ya que, a raíz de la granada estallada por el no pago de una extorsión, siente mucho temor. 'La cosa es en serio', dijo. 'Uno ha visto de todo, a veces uno se imagina que esto pasa lejos y que a uno nunca le llega, hasta que me llamaron', recordó.