El Heraldo
Ficha 1: Breider Mercado, capturado. 2. Jorge Daza Barriga, asesinado. 3. Apolinar Betancour, capturado. 4. Imagen de video de Betancour. 5. Hyundai usado en el crimen.
Judicial

Testigos del asesinato de Daza reciben amenazas

Les han enviado panfletos con mensajes como “muerte a los sapos” y con listas de direcciones de sus familiares. El automóvil usado en el crimen costó $6 millones y estuvo guardado hasta el día del atentado contra el médico.

Las piezas del rompecabezas que para las autoridades representa el homicidio del neurólogo guajiro Jorge Santiago Daza Barriga, registrado el pasado 24 de enero en el barrio Ciudad Jardín, empiezan a encajar.

Si bien aún no hay pronunciamientos oficiales sobre la autoría intelectual, las pistas están direccionadas hacia la posibilidad de que una banda criminal estuviese detrás de la contratación del crimen y, consecuente con esto, la Fiscalía analiza la versión que apunta hacia el señalado capo del narcotráfico Marcos Figueroa, supuestamente relacionado con el exgobernador de La Guajira Francisco Gómez.

¿Quién dio la orden?, ¿quién contrató a los sicarios? y ¿por qué lo hizo?, son los interrogantes que buscan responder la Fiscalía y la Policía con la investigación que adelantan y que ya dio sus primeros frutos: la captura de quien adquirió el automóvil Hyundai Elantra de placa QGX 474 de Barranquilla utilizado para cometer el asesinato y de la persona que lo condujo, un soldado procesado por abandono del servicio.

El carro costó $6 millones. Con base en lo que han documentado las autoridades, el 11 de enero de 2014 Breider Alexander Mercado Sarmiento (y no Breiner como se publicó inicialmente), un mecánico de motos dueño de un pequeño negocio en el barrio Las Moras, fue junto a dos personas al encuentro de Nadin Yaver (padre) y Nadir Yaver (hijo) para negociar el carro. Los dos últimos sirvieron de intermediarios con el último propietario del Hyundai, Leonardo Del Barré.

Entre los compradores estaba un sujeto de acento paisa que se sacó una pistola de la pretina para guardarla en un bolso. Pagaron 6 millones de pesos y se lo llevaron.

El 12 de enero fue la última vez, antes del día del crimen, que las cámaras de seguridad de la ciudad registraron el automóvil circulando, en la calle Murillo con Circunvalar. Para la Fiscalía es probable que lo hubiesen guardado para esperar el momento ideal.

Al enterarse de las noticias de la muerte del doctor Daza y de la utilización del vehículo, los Yaver se impresionaron, según lo revelaron al ente investigador, por lo que decidieron buscar a Breider -conocido como Parapeto-. Cuando lo encontraron les dijo “que no se preocuparan, que de parte de él no iba a pasar nada”.

Luego, como figura en la investigación, le envió a uno de ellos 500 mil pesos para que “buscaran un abogado”, lo que esta persona asumió como una indicación para no hablar ante las autoridades.

Tanto Del Barré como los Yaver decidieron ponerle el frente a la situación y rindieron testimonio. Igualmente acudieron a la Fiscalía el primer dueño del carro, residente en Barrancas, y un abogado penalista que lo tuvo por tres años.

Para la Fiscalía 10 Especializada contra Bandas Criminales, “el de Breider fue un aporte fundamental y trascendental en el plan” y destacó que en su ejecución participó “un número plural de personas”.

Por eso, en la audiencia del 19 de marzo en el Centro de Servicios Judiciales, en la que fue enviado a prisión junto con Betancour, el ente acusador le imputó el homicidio agravado en calidad de coautor al considerar que -al igual que el soldado- representa peligro.

El sicario reclinó la silla para esperar. El 24 de enero, los asesinos (conductor y sicario) estuvieron en el vehículo rondando el sector donde cometieron el crimen.

Ambos estaban armados.  Estacionaron el carro en la zona de parqueo de un restaurante sobre la carrera 42H con calle 85. Allí se bajó Apolinar Betancour, el soldado que reconoció su participación. Entró al restaurante, tomó un menú del mostrador que de repente abandonó al recibir una llamada en su celular.

De inmediato salió sin dejar de hablar por el teléfono. Caminó hacia el carro donde se le acercó un vigilante a pedirle “la liga” por cuidar el vehículo, pero se percató de que adentro estaba otro hombre, sentado en el puesto del copiloto con la silla reclinada hacia atrás. Betancour le dije: “pilas, pilas, vamos, la vuelta ya está, todo listo”. Enseguida sacó el carro por la carrera 42H en dirección hacia la calle 84.

Los dos hombres no contaron con que el establecimiento de comidas tiene por lo menos 16 cámaras de seguridad, además de que hay otras instaladas en empresas y casas aledañas.

“Son muchas las horas de videos que quedaron grabadas que muestran el posible recorrido que hizo el vehículo el día de los hechos”, dijo el fiscal en la audiencia.

La llamada recibida por Betancour da cuenta de otro elemento: utilizaron un teléfono especialmente para la operación delictiva. El número, que fue rastreado, solo registra unas tres comunicaciones. En ese momento, al parecer, le avisaron que el médico estaba llegando a su casa. Previamente lo habían seguido por varios días con el propósito de establecer sus recorridos.

Los asesinos acuden hasta el punto del crimen (haga clic para ver infografía: Posibles rutas de los sicarios). El que iba de copiloto, se baja del carro para propinarle siete balazos al doctor Daza antes de que pudiera bajarse del automotor, justo en la entrada a su vivienda. El sicario vuelve al vehículo y emprende la huida con el soldado. Muy cerca, dos policías asignados a la vigilancia del concejal Juan José Vergara, quien resultó gravemente herido en un atentado reciente, advierten la situación y se enfrentan a tiros con los asesinos, pero estos logran huir. Una patrulla auxilia al médico para trasladarlo hasta el hospital Metropolitano, donde confirman su deceso.

Testigos informaron a la Fiscalía que por el crimen pagaron 300 millones de pesos.

“Muerte a los sapos”. La entrega de los videos, solicitados por los investigadores a los establecimientos que los grabaron, derivó en amenazas que ya son conocidas por las autoridades. Durante la audiencia la Fiscalía reveló la circulación de panfletos con mensajes como “muerte a los sapos”, al lado de la fotografía del médico asesinado. Una persona recibió incluso un listado de las direcciones de sus familiares en el que desconocidos le advierten que debe callar.

Con todas estas pruebas Mercado y Betancour fueron capturados el 18 de marzo. El primero en Las Moras, de Soledad, y el segundo en el barrio La Paz, de Riohacha. El soldado Betancour intentó despistar a la Dijín presentando una cédula de ciudadanía que aunque incluía su foto mostraba el nombre de Julio César García Paredes, de Magangué. Igualmente le encontraron en esa casa un revólver calibre 38 largo con los números borrados. El detenido negó que el arma fuera suya.

Cuando dio a conocer las capturas, el comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, el general José Vicente Segura, expresó que ahora sí empezaba en firme el proceso para ubicar a los cerebros del homicidio. Quienes conocieron a Daza y han expresado su repudio por su muerte esperan que así sea.

“Exigimos justicia y prontos resultados”: Jorge Luis Daza

Para Jorge Luis Daza, hijo mayor del médico Jorge Santiago Daza Barriga, las dos capturas por el crimen confirman la convicción de su familia en las autoridades de este país. En diálogo con EL HERALDO, recordó que “desde el día del asesinato de nuestro padre hemos estado exigiendo resultados por parte de las autoridades colombianas. Los medios de comunicación han publicado suficiente material probatorio para implicarlos y condenarlos”.

A la pregunta de si cree que habrá justicia por el caso, Daza responde que la divina ya se hizo , por eso “exijo que se haga justicia terrenal”. Por esta razón dijo que manos del fiscal general, del comandante de la Policía de Barranquilla y de director general de la misma institución está “seguirle demostrando a los colombianos que sí podemos confiar un nuestras instituciones”.

Luego agregó: “No dejen solamente en manos de nuestros periodistas las labores de investigación y denuncia. Sigan trabajando y haciendo trabajar a los suyos para que se continúen viendo resultados”. Daza recalcó además que no solo los autores materiales deben ser capturados y judicializados, sino los intelectuales.

Sobre el drama que vive junto a sus familiares contó que están “dejando salir este dolor poco a poco, porque así seguimos manteniendo a nuestro padre vivo“, que han permanecido tristes muchos días, pero no desesperanzados. “Otros días -continuó-, felices al escuchar su hermoso canto, al recordar su bulliciosa carcajada la cual ‘re-energetiza’ positivamente nuestros corazones y da fuerzas para vivir en paz y sin rencores”.

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