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Familia y amistades se reunieron en la tarde de este lunes 16 de junio en la terraza del domicilio del médico epidemiólogo Roberto Vásquez Camargo y su esposa enfermera Porfiria Isabel Escorcia Villalba, víctimas fatales de un posible caso de hurto registrado el pasado viernes 13 de junio en el mismo lugar del barrio Altos de Riomar, en el norte de Barranquilla.

Jhony Olivares

Con veladoras, flores y fotografías, los asistentes elevaron oraciones y plegarias por la memoria de la pareja muerta.

Jhony Olivares

La convocatoria a la vigilia fue realizada por colectivos de la comunidad LGBTI y otras organizaciones que trabajaron de la mano del médico y de su inseparable esposa para atender pacientes con VIH en Barranquilla y el departamento del Atlántico.

“Durante décadas ofrecieron su conocimiento, cuidado y amor a quienes más lo necesitaban. Su legado de humanidad y compromiso no será olvidado. Su partida violenta no solo nos duele: nos convoca”, destacaron asistentes a este acto lleno de mensajes por la vida, la memoria y la justicia.

Jhony Olivares

Hay que señalar que la comunidad médica barranquillera y distintos sectores del Atlántico se mantienen sumidos en el dolor por la trágica muerte de estas dos personas adultas mayores, pues el médico tenía 88 años de edad y su pareja 80.

Ese viernes Néstor Escorcia, un sobrino de la pareja de esposos, alertó a la Policía Metropolitana, pasadas las 6:30 p. m., una vez se hallaron los cuerpos sin vida y con signos de violencia dentro de su inmueble, localizado en la calle 94 N° 56-58.

Según su relato a las autoridades este abrió la puerta de la residencia de las víctimas y notó “rastros de sangre” a su ingreso, por lo que inspeccionó el lugar apresurado y halló los cuerpos de sus tíos en una de las habitaciones. Los dos estaban tendidos sobre una cama y ensangrentados.

Luego de esta situación, el allegado llamó al CAI de Plaza del Parque y los uniformados acudieron hasta el sitio.

Tras una labor de peritos de la Sijín se determinó que la muerte de los esposos fue ocasionada por golpes con “objeto contundente”, pero, hasta el momento, no se ha revelado con qué tipo de elemento se les atacó.

No obstante, en un reporte judicial conocido por este medio se detalló que las víctimas tenían graves lesiones en sus rostros y fractura craneal por el ataque.

En diálogo con EL HERALDO, Escorcia manifestó que este acudió hasta la vivienda de sus tíos luego de una alerta de allegados que se extrañaron por la ausencia temporal del médico y de su esposa.

Además, Escorcia especificó que sus tíos habían llegado desde Washington, Estados Unidos, desde el lunes anterior y que ese viaje al extranjero era frecuente, pues sus hijos están radicados en el exterior.

Seguidamente expresó que fue su padre quien llevó las llaves para que se pudiera acceder a la vivienda del médico y reveló que los dos y otro allegado, también médico especialista, entraron al mismo tiempo al domicilio.

“Entramos los tres. Y cuando subimos al segundo piso, la puerta estaba cerrada con llave. Cuando la abrimos, vimos los cuerpos sobre la cama. El segundo piso estaba todo revuelto. El primer piso no tanto, pero el segundo piso sí. Estaban las gavetas revueltas, los clósets y todo”, comunicó el allegado.

Aquello consolidó la teoría del hurto que hoy mantienen las autoridades policiales y por las que rastrean información en todo el sector donde se registró el hecho.

Este medio conoció que un primer paso dado por los investigadores ha sido la búsqueda de videos de cámaras de seguridad de la zona que podrían dar luces sobre los autores del doble homicidio.

Otra línea de investigación es la de los últimos movimientos que hicieron las víctimas y a quiénes contactaron luego de su regreso a Barranquilla después de un viaje a los Estados Unidos, tal y como lo reportó la Policía y su allegado.