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“Nena, mi jefe me acaba de decir: te me estás engordando…”. Esta es una frase que permanece hoy en la red social Tik Tok y que lanzó Carolina Isabel Marenco Laurens, la joven cosmetóloga de 28 años, que murió en medio de un procedimiento estético secreto que se pactó entre ella y una compañera de trabajo.

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Aquel trágico episodio ocurrió el pasado 24 de abril, cuando Marenco se realizaba una liposucción con ayuda de su compañera Johana Anaya Acosta, en el consultorio médico donde trabajaban, llamado Centro Médico Dermatológico Doctora Lily, ubicado en la carrera 49C con calle 92, barrio El Poblado, localidad Riomar de Barranquilla.

El reloj marcaba las 12:00 cuando Marenco y Anaya presuntamente se pusieron manos a la obra con su plan, aprovechando la falta de supervisión de sus superiores para realizar la delicada cirugía.

Al parecer, Marenco le habría confiado el procedimiento a Anaya, quien laboraba en el recinto como instrumentadora quirúrgica y, aprovechando sus facultades y conocimiento, habrían comenzado con la intervención.

Se conoció por medio de una fuente judicial que el sitio donde iba a ser operada Marenco era un cubículo donde se hacían limpiezas y masajes de Skincare, siendo el sitio menos adecuado para algo tan cuidadoso y, de riesgo, como un procedimiento invasivo.

A su vez, esta casa editorial tuvo conocimiento de que, los instrumentos con los que se iba a realizar la operación pertenecían al centro médico y, al parecer, habrían sido tomados sin previo aviso de las dos mujeres.

De acuerdo con los registros del caso, solo habían pasado 30 minutos desde el inicio de la cirugía cuando Anaya, al aplicarle un medicamento (lidocaína) a Marenco, esta empezó a convulsionar luego de que su organismo rechazara el farmacéutico, complicando su ritmo cardiaco y varios órganos internos, lo que derivó minutos después a su fallecimiento.

Al notar que su compañera no respondía a su llamado y que poco a poco empalidecía, Anaya tomó la decisión de avisar a compañeros y de ahí se hizo la llamada telefónica a la línea de emergencia de la compañía Asistencia Médica Inmediata, AMI, solicitando desesperadamente una ambulancia para que atendieran la novedad.

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Pasaron varios minutos hasta que una ambulancia llegó al consultorio médico. Al ingresar al cubículo revisaron rápidamente al cuerpo de Marenco y le tomaron el pulso, observando que esta no registraba signos vitales. Acto seguido, el incidente se notificó a la Policía Metropolitana de Barranquilla para que se adelantaran los actos urgentes.

Luego de la presencia policial y de que unos agentes del CTI de la Fiscalía se trasladaran hasta el sitio, estos le solicitaron a la instrumentadora que abandonara el cubículo y que permaneciera en la parte del lobby.

A partir de ese momento, lo que había empezado como un procedimiento estético pactado entre compañeras se había convertido en la inspección de una escena de homicidio.

Informe pericial

EL HERALDO tuvo acceso a un informe pericial de necropsia del cadáver de Marenco Laurens, realizado por el Instituto de Medicina Legal, en el que se hace un resumen del caso, se establece causa de muerte, pero también se relacionan algunos aspectos sobre lo encontrado en el lugar de los hechos.

En el documento se confirma el procedimiento de liposucción como la situación que llevó a la muerte de la joven:

“Carolina Isabel, quien labora en dicha institución como cosmetóloga, permitió que su compañera Johana Anaya Acosta, instrumentadora quirúrgica, le realizara una liposucción aplicando en su cuerpo Xilocaína al 2 % sin epinefrina y al 2 % con epinefrina. Al poco tiempo la víctima se desmaya, los funcionarios del centro dermatológico le prestan los primeros auxilios, llaman al servicio de Ami, pero estos al llegar la encuentran sin signos vitales... En el acta se describe el hallazgo del cuerpo en una cabina SENSILIS, (para masajes faciales) cubierta en su parte superior con bata azul desechable y abajo con pantalón sudadera de color negro y un par de medias de color gris así como el hallazgo de una bolsa de color rojo en cuyo interior hay un frasco de vidrio con una etiqueta de Roxiaína al 2 %, otro frasco de vidrio con etiqueta de Pisacaína al 2 %, otro frasco con etiqueta de Bupivacaína Clorhidrato al 5 %, dos jeringas desechables, mangos de bisturí, y un kit de cánulas, entre otros elementos”.

Johana Anaya Acosta le inyectó a Marenco Lidocaína al 2%, un anestésico local que, al parece, derivó su muerte.

En la necropsia se documenta además que el cuerpo de la joven tenía “signos de manipulación quirúrgica invasiva”, representados por hematomas faciales y toracoabdominales anteroposteriores, con otros hallazgos que podrían “explicar su muerte”. “No se descarta la conjugación de estos hallazgos, con efectos secundarios/adversos por uso de dosis excesiva de anestésico local recuperados en la escena y descritos en el acta de inspección técnica a cadáver”.

En síntesis, de acuerdo con la revisión y con la información aportada hasta el momento por la autoridad y los hallazgos de la necropsia, “la muerte se conceptúa como de manera accidental en el contexto de complicación durante procedimiento quirúrgico estético, siendo su causa el trauma vascular temporal y facial izquierdos”.

Vinculación de la mujer

Una fuente de la Fiscalía confirmó a este medio de comunicación que, hasta ahora, se revisan los elementos materiales probatorios dentro de este caso y que la instrumentadora Johana Anaya Acosta, ya interrogada, no tendría una judicialización o una captura porque se trataría de un homicidio culposo y en este no procede una medida privativa de la libertad.

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Sin embargo, el ente investigador, así como las autoridades administrativas, se centrarían en resolver algunos interrogantes relacionados con los procedimientos estéticos de la clínica en donde se produjo el deceso de la empleada. “Tratamos de indagar si en el lugar ya se habían hecho otras liposucciones de esa forma. Miramos qué hacían los elementos usados para practicar un procedimiento invasivo si es una clínica dermatológica, entre otros aspectos”, detalló la fuente.

Acciones legales

A través de una entrevista radial, el abogado penalista Bryan Torres, apoderado de la familia de Carolina Marenco, comunicó que se emprenderían “acciones legales contra el centro de estética”.

Centro Médico Dermatológico Doctora Lily, ubicado en la carrera 49C con calle 92, El Poblado, establecimiento donde Carolina Marenco se realizó la intervención quirúrgica.

“He asumido la representación de la familia Marenco Laurens como víctima y presentaremos acciones legales en contra de personas naturales y personas jurídicas dentro de este asunto. Asimismo, acompañaremos a la Fiscalía General de la Nación para que haya una debida indagación e investigación y se esclarezcan los hechos”, mencionó el abogado.

Hay que recordar que Barranquilla y el Atlántico ya han tenido casos similares de muertes por procedimientos estéticos y algunos de estos han terminado con condenas de los involucrados. Uno de los casos más sonados fue el de Angie Carolina Mendoza Cera, una joven que hace 10 años atrás se sometió al procedimiento para aumentar sus glúteos y terminó muerta en medio de ese tratamiento estético irregular.

En aquel momento, expertos de la Sociedad de Cirugía Plástica colombiana afirmaron que la práctica irregular de procedimientos estéticos estaba fuera de control. Ahora habría un poco más de controles en los establecimientos.

Según el informe de estadísticas globales de cirugía estética del año 2022, en el mundo se realizaron casi 15 millones de procedimientos estéticos, siendo los más frecuentes la liposucción, la mamoplastia, la blefaroplastia y la abdominoplastia.

De ese número global, Colombia ocupó el décimo lugar con un total de 466.453 procedimientos quirúrgicos estéticos, siendo los más frecuentes la liposucción, mamoplastia de aumento, aumento glúteo, abdominoplastia y mastopexia.

Por otro lado, un informe del Instituto Nacional de Medicina Legal señaló que en la década de 2013 a 2023 en Colombia fallecieron 71 pacientes que murieron en medio de un procedimiento quirúrgico estético.

Los años que más registraron decesos de pacientes en esa década fueron 2016 y 2017, con diez muertes respectivamente.

Entre las causas básicas de muerte se evidenció que los pacientes murieron por infección del sitio operatorio, intervenciones quirúrgicas múltiples, inyección glútea de biopolímeros, lipoescultura y lipoinyección glútea.

Como conclusión, el informe detalló que si bien las cirugías estéticas son procedimientos seguros, son las implicaciones jurídicas y las obligaciones de resultado en la cirugía estética lo que convierte cualquier deceso dentro de esta disciplina en un problema de interés general en salud.