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Fue la noche de este miércoles cuando el caos se apoderó de algunas zonas de Barranquilla. Varios vándalos, infiltrados en las marchas pacíficas, esperaron que estas culminaran y se dispusieron a saquear, robar y dañar. Organizaron grupos, se coordinaron y, cuando tuvieron la oportunidad, no dudaron, entraron y destrozaron varios establecimientos comerciales ubicados en diferentes sectores de la ciudad.

Una de las zonas que resultó más afectada fue la calle 79, donde un grupo de desconocidos irrumpió en varios locales del sector y saqueó todo a su paso. La mañana de este jueves se veían a los trabajadores recoger con escobas y palas los vidrios y escombros. Además, el monto de los elementos robados y destruidos, de acuerdo con la Policía, es una cifra cuantiosa.

No conformes, se dirigieron hacia la carrera 43, donde llegaron a estaciones de gasolina y partieron vitrinas, para luego llevarse varios repuestos de carros.

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Pero la tormenta de vandalismo no terminó ahí, pues a su paso por la Avenida Murillo, a la altura de la carrera 41, los encapuchados irrumpieron en un casino y también sacaron lo que pudieron. Siguieron avanzando por esa arteria y mientras avanzaban causaban daños a locales e incluso se reportaron varios atracos con armas blancas.

Uno de los propietarios de los negocios que resultaron afectados le indicó a este medio que los vándalos utilizaron un ‘modus operandi’ que consistió en dividirse en tres partes. La primera, que estaba conformada por cuatro personas, era la encargada de romper los vidrios o paredes de los almacenes. La segunda, que eran alrededor de 15 personas, era la que entraba y saqueaba. Y la tercera y última, era según el denunciante, se quedaba de ‘campanera’, pues les daba aviso a los demás si las autoridades ya estaban cerca.

Fue tal la faena de destrucción que los encapuchados la tuvieron fácil para atacar y causar daños al CAI Electrificadora, sumando dos instalaciones policiales afectadas durante el octavo día de manifestaciones en la ciudad.