La reciente confirmación del segundo uniformado de la Policía fallecido por COVID-19 en Barranquilla trajo nuevamente a colación la preocupación por los cuidados y medidas de prevención que las autoridades armadas en el departamento y el país han asumido durante la pandemia del nuevo coronavirus.
EL 6 de abril de este año, el Ministerio de Defensa colombiano emitió un decreto en el que se adoptan medidas de bioseguridad para evitar, en lo posible, que los uniformados de la Policía Nacional resulten contagiados por el nuevo coronavirus, toda vez que, de entrada, se determinó que el servicio de Policía no podía ser interrumpido o suspendido de ninguna manera.
En la Policía de Atlántico, desde que los ciudadanos empezaron a resguardarse de la pandemia en sus casas, los uniformados empezaron a adoptar medidas de seguridad como el lavado de manos frecuente y el uso de tapabocas. Sin embargo, con la expansión del número de contagios y la confirmación de casos positivos de COVID-19 en la institución, los controles se hicieron más estrictos, tanto por iniciativa propia como en atención a los lineamientos de Mindefensa.
De brindar elementos de bioseguridad a los uniformados se pasó a hacer desinfección de las estaciones y CAI de Policía a diario, incluyendo aislamientos obligatorios por ciclos que, por orden del Ministerios, no se cumple en instalaciones de la institución armada, y que permite que en las estaciones solo esté el 20 % del cuerpo policial, mientras que el resto hace teletrabajo.
'Nos mantenemos aislados. Casi nunca o muy poco salimos de las oficinas, a las reuniones asistimos 3 o 4 manteniendo el distanciamiento y para contactarnos con otras unidades lo hacemos a través de videollamadas y videoconferencias. No nos quitamos el tapaboca para nada', explicó un uniformado de la Policía.
Lo que se sabe sobre los contagios
Al momento, son muy pocos los detalles que se conocen sobre los contagios entre los miembros de la Policía de Atlántico y la Metropolitana de Barranquilla.
Hace exactamente un mes. El 4 de mayo, el Instituto Nacional de Salud confirmó que en Barranquilla 27 miembros de la fuerza pública estaban infectados con el coronavirus; pero posteriormente se verificó que eran 31 los positivos para COVID-19, los cuales en su mayoría, según las autoridades, estaban asintomáticos o presentaban síntomas leves y cumplían con el aislamiento. Sin embargo, se desconoce si han aumentado los casos.
Por otro lado, una fuente de la Policía aseguró que, debido al aislamiento, la información de cuántos uniformados de la Deata están contagiados se ha mantenido reservada a los altos mandos, pero 'los chismes de pasillo' dan cuenta de al menos cinco casos de COVID-19.
Lo que sí trascendió a los medios de comunicación es que el pasado 30 de mayo se confirmó la primera muerte de un uniformado de la Policía del Atlántico por COVID-19. Se trató de un patrullero de 37 años, oriundo de Tuluá (Valle del Cauca) y adscrito a la seccional de Tránsito y Transporte de la Deata.
Este uniformado, de quien se reserva el nombre por seguridad de sus familiares, hacía parte de la Policía desde 2020 y había sido condecorado en cinco oportunidades a lo largo de su carrera, la cual entro a su recta final cuando ingresó el 19 de mayo a la Clínica de la Costa, en Barranquilla, donde fue internado por un cuadro respiratorio grave y neumonía. Posteriormente se confirmó que era positivo para COVID-19.
Cinco días más tarde, el 4 de junio, se confirmó a los medios de comunicación la segunda muerte en Barranquilla de un uniformado contagiado por coronavirus. Se conoció que el fallecido es un patrullero de 29 años, adscrito a la Policía Metropolitana de Cartagena (Mecar), que ingresó el 26 de mayo a la Clínica Cartagena del Mar con dificultad respiratoria.
Según confirmaron las mismas autoridades, dos días después el patrullero fue remitido a la Clínica de la Policía en Barranquilla, donde se confirmó que tenía COVID 19 y falleció en la mañana de este jueves.
'¿Qué si estamos asustados?, claro que sí, porque de todas maneras hay ciertos contactos con la gente y uno interactúa con las personas. El aislamiento es un primer paso para no contagiarse, pero de todas maneras hay prevención porque no se sabe quién pueda estar contagiado. Ahora mismo nuestra arma de dotación es el ‘spray’ de alcohol y jabón', dijo la fuente.