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El pasado 5 de agosto, la estudiante universitaria Sandra Judith Polo Polo, de 31 años, acudió a una institución prestadora de salud (IPS) llamada Prevention, en la calle 64 con carrera 53, barrio América, para que le aplicaran una vacuna contra la hepatitis B y una de triple viral. Estas eran requeridas por la Universidad Simón Bolívar para el comienzo de sus prácticas laborales de Enfermería, pero luego del procedimiento comenzó a sentirse mal y a tener un dolor en su brazo derecho, donde le fue inoculada la vacuna. Unas 32 horas después falleció.

Sus familiares tuvieron que enfrentar la repentina muerte, que hoy es objeto de estudio por parte de Medicina Legal, pero además lidiaron con un hecho que aún les impide tener tranquilidad. El 8 de agosto, día del sepelio, el cadáver de Sandra Polo fue enterrado sin que sus familiares y allegados pudieran verlo y velarlo. Además, argumentan que les entregaron tapabocas para la rápida sepultura.

Un mes y dos días después de la improvisada ceremonia, siguen sin conocer las razones por las cuales esto sucedió. Alegan que les vulneraron el derecho a la información, a darle un entierro digno a Sandra e incluso temen que su cuerpo no esté allí, pues ni siquiera pudieron abrir la tapa de vidrio del ataúd para ver su rostro.

Nicolasa Polo Sanjuanelo, tía de la fallecida, instauró el pasado 10 de agosto un derecho de petición en la Secretaría de Salud del Distrito, otro en Medicina Legal y otro en la Funeraria Jardines de la Eternidad, exigiendo una 'explicación clara y concisa' de los hechos. Sin embargo, las respuestas de las dos instituciones y la empresa no han esclarecido los interrogantes.

Respuestas

La Secretaría de Salud distrital respondió la solicitud el 19 de agosto. En el documento, la jefa de la dependencia, Alma Solano, manifestó que el ente territorial 'no dio la orden del uso de tapabocas para las personas asistentes al sepelio (…), así como tampoco emitió directriz alguna referente al impedimento de verla al interior del ataúd'.

Indicó que como el cementerio se encuentra en jurisdicción del departamento del Atlántico, dio traslado de la petición a la Secretaría de Salud departamental para que verifiquen los hechos.

La funeraria Jardines de la Eternidad, del Grupo Recordar, respondió el primero de septiembre. Libia Palacio Ulloque, representante legal de la empresa, manifestó en la contestación que 'en la funeraria no había ningún familiar realizando dicho trámite (contactar a la funeraria para recoger el cuerpo en Medicina Legal), sino otro amigo de la fallecida, a quien se le pone en conocimiento de manera inmediata de las recomendaciones que da de manera verbal Medicina Legal a la amiga que está recibiendo el cuerpo de la joven fallecida, a quien se le explica que cuando un cuerpo tiene ese tipo de recomendaciones no podemos realizar la preparación del cuerpo para su preservación, y si no se preserva no puede ser velado...'.

El escrito no específica las recomendaciones y puntualiza que 'la razón por la cual no se veló el cuerpo no fue una determinación de la compañía, sino que pusimos en conocimiento lo que sucedía y de las recomendaciones verbales de Medicina Legal y entendimos que las personas encargadas de realizar todo el trámite, tanto de recoger el cuerpo como de solicitar el servicio, hablaron con la familia y ellos entendieron lo delicado de la situación y accedieron a las recomendaciones dadas...'.

Pero la familia de Sandra afirma que jamás accedió a ninguna recomendación. Dicen que jamás estuvieron de acuerdo con no ver el cuerpo, velarlo y tener que usar tapabocas durante el entierro.

'Esto es falso ya que mi hermana Nicolasa, una vez le informan de tal decisión, se traslada de Medicina Legal al cementerio, discute con los funcionarios de la funeraria y exige la sala de velación y la misa. Reclama la supuesta orden de no velar y no ver el cuerpo. Eso debió demostrarles que la familia no estaba de acuerdo con esa decisión', afirmó Imera Polo, otra tía de la fallecida.

Asimismo, la respuesta de Medicina Legal, efectuada el 23 de agosto, refuta la réplica de la funeraria, en lo concerniente a las 'recomendaciones verbales' aparentemente dadas por este instituto, argumentando que entre sus funciones no está el manejo de velacion, ni honras fúnebres.

El documento, respondido por Marjorie Cervantes Herrera, coordinadora del grupo de patología, antropología e identificación forense de Medicina Legal, aclara que 'en nuestro portafolio de servicio no se encuentra establecido el manejo de traslado de cadáveres y condiciones de velación u/honras fúnebres, ya que nuestra misión institucional es relacionada a servicios forenses'.

Añade que 'acatando lo ordenado por la autoridad, incluyendo la entrega del cuerpo a los familiares, a fin de que pudieran darle cristiana sepultura , sin otra intervención', lo hicieron.

Polo Sanjuanelo había manifestado el pasado 6 de septiembre a EL HERALDO que la misma funcionaria le había dicho verbalmente que en ningún momento ordenaron el uso de tapabocas o de no velar el cuerpo.

Registro

Pero esclarecer los hechos del día del sepelio no es el único problema que enfrentan los familiares de Sandra Polo. Medicina Legal señaló en el certificado de defunción que la 'probable manera de muerte' de la estudiante universitaria fue 'natural'. Ante esto, la familia radicó un segundo derecho de petición en la institución, en el que le solicitan se precise que la muerte es 'indeterminada' porque aún son investigadas las causas del deceso. La familia debe esperar, por los menos tres meses para que les entreguen los resultados de la necropsia.

En la respuesta de la segunda solicitud, expedida el 29 de agosto, Cervantes Herrera afirmó que 'en relación con la manera de muerte natural no es factible corregirla, debido a que en la necropsia médico legal se encontraron hallazgos de enfermedad macroscópica (que se ve a simple vista sin ayuda del microscopio) capaz de explicar la muerte, y se excluyó el trauma, luego del análisis exhaustivo'.

No obstante, en la respuesta de la primera solicitud el instituto respondió que el 'informe de necropsia en cuanto a la causa de muerte se encuentra en estudio; una vez se concluya será enviado a la autoridad que avocó dicha investigación'. Es ese el ítem de ‘muerte en estudio’ o ‘indeterminada’ que requiere la familia en el registro de defunción para un seguro estudiantil que tomó Sandra Polo en la Universidad Simón Bolívar.

La muerte de Sandra Polo no fue diagnosticada en la clínica La Asunción, donde fue atendida y falleció, y la Fiscalía ordenó necropsia y abrió investigación por las denuncias presentadas por la familia y la Secretaría de Salud.

Cierres

El mismo día del sepelio esta dependencia del Distrito anunció el cierre temporal de la sede de la IPS Prevention, donde a Sandra le inocularon las vacunas, 'por incumplimiento de las normas de habilitación', dentro de la investigación del caso. Alma Solano, jefe del despacho, explicó que encontraron fallas en los estándares de dotación y mantenimiento, como el cuidado a las neveras donde guardan las vacunas; fallas en los procesos asistenciales, como la ruta de eliminación de los residuos; la ruta de seguridad del paciente, y en las técnicas de asepsia y antisepsia.

El martes 9 de agosto la autoridad distrital también selló temporalmente la IPS Sermedifarm Ltda. por no estar inscrita en el Registro Especial de Prestadores de Servicios de Salud del Ministerio de Salud. Ofrecía el servicio de vacunación en la sede administrativa de la Universidad Simón Bolívar (cra. 59 con calle 59 -65), donde estudiaba la fallecida. Solano señaló que la visita también se dio como parte de la investigación que realiza la dependencia en torno al caso, ya que era la única IPS con servicios de vacunación que funcionaba dentro de la institución.

Justicia

Sandra Judith Polo Polo fue la hija menor del matrimonio entre Benilda Rosa Polo y Pedro Polo. Sus familiares y allegados la recuerdan como una mujer carismática, reservada y excelente hija. Sus estudios los pagaba con las ganancias que obtenía como comerciante de ropa y zapatos, labor que también ayudaba para el sustento diario de sus padres, quienes están separados desde hace unos 10 años. Convivía en el corregimiento La Playa con su madre, su única compañía cercana, ya que su hermana, Isabel Polo, vive en Salgar con su familia.

'La última vez que hablamos me dijo que cuando fuera profesional yo dejaría de trabajar porque le decía que me sentía cansado. Me dijo ‘papi no te preocupes que cuando yo sea profesional no vas a tener que trabajar más', evocó por teléfono Pedro Polo González, de 64 años, padre de Sandra y quien vende revistas y periódicos en el Centro. Pidió a las autoridades que se haga 'justicia, se investigue y se llegue a la verdad'.

Fuentes de la Secretaría de Salud aseguraron a EL HERALDO que esta semana la dependencia se reuniría con la familia Polo Polo y podría entregar un parte sobre la investigación del caso.

Posible Bacteria

Una fuente del sector Salud de la ciudad contó a este diario que Sandra Polo, al parecer, desarrolló una fuerte bacteria anaerobia que empeoró de forma progresiva su salud. 'En vista de que la roncha generada en su brazo derecho (donde le inyectaron la vacuna) se extendió hasta el codo, fue necesario el uso de antibióticos más fuertes para estabilizarla en la clínica La Asunción, donde estuvo internada', pormenorizó. El domingo en la madrugada, luego de que Polo falleciera el sábado, en la clínica se realizaron procedimientos de asepsia 'para evitar una contaminación por el posible microbio', agregó la fuente. 'Cuando terminemos la investigación, daremos a conocer los resultados; mientras tanto, todo es especulación', advirtió Solano.