Abel Bautista Cervantes Coronel asegura que su canción favorita es Mi primera cana de Diomedes Díaz, pues en una de sus estrofas, aquella en la que El Cacique habla sobre las veces que le ha golpeado la vida, le recuerdan las veces en que se ha visto involucrado en difíciles momentos, pero no de amor como hace énfasis el cantante sino en unos relacionados con líos judiciales.
El más reciente enredo de este polonuevero de 52 años de edad y dedicado al oficio de la sastrería, ocurrió el pasado 26 de julio tras su aparición en el cartel de los más buscados por la Policía en Barranquilla, por el presunto delito de concierto para delinquir. Cervantes Coronel hizo parte del listado de 48 delincuentes, en el que fueron incluidas tres mujeres, dado a conocer por el comandante de la institución armada, general José Vicente Segura.
Ayer, sentando frente a una máquina de coser Pfaff eléctrica, y junto a decenas de carretes de hilos multicolores, contó el porqué de sus líos con la justicia y sobre este nuevo ‘golpe’ que le dio la vida, pese a que un fallo judicial lo absolvió meses atrás.
En 2005, cuando trabajaba para la Armada Nacional en la Escuela ARC Barranquilla, Abel Bautista Cervantes fue implicado en una investigación de la Fiscalía General por un supuesto vínculo con el Bloque Norte de las Autodefensas, hecho que fue revelado por un desmovilizado que se acogió al proceso de Justicia y Paz.
En una versión libre, el exmilitante del grupo ilegal habló sobre un hombre que trabajaba en Barranquilla, llamado Abel Bautista y conocido con el alias de El Sastre, quien era el encargado de surtir parte del Bloque Norte de las AUC con uniformes camuflados y otros elementos de guerra.
Coincidencialmente, Abel Bautista Cervantes trabajaba en ese momento para la Armada y también era apodado El Sastre, remoquete que se ganó de cariño por remendar los uniformes que los soldados rasgaban en los combates y en las prácticas.
“A mí era el único que me decían El Sastre en la Base Naval, oficiales y militares de bajo rango me conocían con ese apodo porque yo era el que arreglaba los uniformes rotos. Allí tenía cinco años haciendo lo mismo y me sacaron porque el paraco me confundió”, explicó Abel Bautista, sin dejar de mirar el blue jean que arreglaba en la sastrería para la que hoy trabaja, situada en la calle 72 con carrera 49.
Seguido, el polonuevero mencionó que el verdadero alias El Sastre era un individuo completamente diferente a sus características físicas. Luego señaló que esta persona era propietaria de un taller de confecciones que, junto a un grupo de sujetos, actuaba como enlace de las AUC en Barranquilla. “A ese nunca lo cogieron”, añadió el hombre.
El 23 de mayo del presente año, en medio de un día trabajo, Cervantes fue notificado por la Fiscalía Quinta Especializada de la preclusión del proceso que cursaba en su contra por el delito de concierto para delinquir. “Fue un alivio que tuve, pero me duró poco porque dos meses después vinieron y me metieron en el cartel de los delincuentes más buscados por la Policía”.
Al respecto, el sastre sostiene que se trata de un grave error de los investigadores de la Policía ya que no verifican los datos con otras autoridades y, además, se los entregan a la prensa para que sean difundidos masivamente. Asimismo, indica que el cartel sacó otros errores tan graves como el de un hombre que murió en 2005.
“Espero que me resuelvan esto pronto, yo quiero ser el sastre más buscado, pero por mi trabajo. Mi especialidad son la confección de camisas con bordado y los arreglos en general”.
Por Kenji Doku
@JudicialesEH

