Cumplidos hoy dos días del sepelio de Osnáider Gutiérrez Ortiz, el niño que fue degollado en una casa abandonada del balneario de Punta Roca, en Puerto Colombia, su padre, Julio Gutiérrez, sospecha que el crimen fue cometido por un hombre tatuado en gran parte de su cuerpo, tal como se lo describió un amigo del menor.
El misterioso individuo, al parecer, abordó a Osnáider la noche del sábado 17 de marzo en una calle cercana a su domicilio, donde había una multitud esperando a que funcionarios de la Alcaldía de Barranquilla inauguraran una vía recién pavimentada.
En plena calle, el hombre, con un enorme dragón grabado en su espalda, el cual se notaba con facilidad porque en ese momento usaba una camisilla ajustada, cruzó algunas palabras con el pequeño y luego desapareció entre la gente. Osnáider, acompañado por su hermano menor, regresó de inmediato a la casa.
Hoy, Julio Gutiérrez sabe que este mismo individuo lidera en Bella Arena y en otros barrios cercanos a un grupo de jóvenes con comportamientos misteriosos, que por lo general suele reunirse en los alrededores del Estadio Metropolitano. El padre señala que los menores de edad no hacen nada bueno allí.
“Sabemos de este grupo porque mi hijo lo tenía agregado en sus dos cuentas de Facebook. En las imágenes, los muchachos aparecen con el rostro cubierto con trapos oscuros. Yo creo que el niño apenas lo estaba conociendo, por eso no usaba ropa negra”, cuenta el dolido padre, quien seguido advierte que un hermano suyo ya está tras la pista de la mencionada congregación.
—¿Supo usted que Osnáider dejó de asistir a clases al menos seis veces en un mes y que, la mayoría de veces, fueron los viernes?
“Sé que mi hijo perdió el primero de bachillerato por inasistencia, pero esto último solo se lo dijeron a la mamá (Everilde Ortiz), el miércoles pasado, un día después que se perdió de la casa”, respondió Gutiérrez.
Con el uniforme del colegio puesto, el niño hacía ver en su casa que se iba juiciosamente a la institución Reuven Feuerstein, donde estudiaba, pero en realidad tomaba otro rumbo desde las 6:30 de la mañana.
Miguel Díaz, rector encargado del plantel educativo donde el pequeño cursaba su séptimo grado, sostuvo que, en lo poco que lo trató, el niño mostró siempre un comportamiento sano. Incluso —añadió— su relación con los compañeros de curso fue cordial a pesar de que había entrado a estudiar en este sitio en el pasado mes de enero.
“El muchacho era bastante decente. Con los compañeros de curso se la llevaba bien, consiguió amistades rápidamente. No tuvo problemas de adaptación. La directora de su curso nos comunicó que él nunca presentó problemas, excepto por sus reiteradas faltas a clases”, informó el académico.
Por su parte, Fernando Solano Martínez, coordinador del plantel, asegura que el grupo de docentes del Reuven Feuerstein nunca se enteró de que el estudiante engañaba a sus padres con la asistencia a las clases. Él admite que nunca le prestaron atención al caso porque “eso es común que suceda en instituciones educativas populares”.
“Los niños faltan porque a veces se enferman o no tienen dinero para tomar un bus o, más allá, para comprar la merienda”, agregó Solano Martínez.
El día en que Osnáider fue hallado sin vida, los peritos del CTI encargados de la diligencia de levantamiento, además de establecer la posible causa de muerte, informaron que el cadáver tenía puestos una camisa y un par de zapatos negros de colegio. Se conoció que estas prendas fueron enviadas al Instituto de Medicina Legal para su análisis.
Todo parece indicar que el menor llevaba una doble vida y se llevó a la tumba el secreto que serviría para esclarecer rápidamente el crimen.
La investigación continúa, es lo único que indican los investigadores del CTI y la Sijín.
Ofrecen $10 millones
En un comunicado de prensa, la alcaldesa de Barranquilla, Elsa Noguera, anunció una recompensa de hasta 10 millones de pesos a quienes suministren información eficaz sobre los móviles y autores del atroz crimen de Osnáider Gutiérrez. Por su parte, la teniente Sandra Garay, Comandante de la Unidad de Infancia y Adolescencia de la Policía Metropolitana de Barranquilla, indicó que investigadores de este grupo ya trabajan sobre el testimonio que entregó el padre del menor.
Por Kenji Doku
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