Las victorias de una médico que lucha contra la obesidad

La obesidad, definida por la Organización Mundial de la Salud como la acumulación de grasa excesiva que puede ser perjudicial para la salud, amenaza a un gran número de personas en el mundo. La misma entidad estima que cada año mueren —como mínimo— 2,8 millones de personas a causa del trastorno.

Hace 17 años la médico Victoria Escalante entendió el grado de complejidad del asunto. Bastó con vivirlo de cerca, presentando un diagnóstico de sobrepeso. Esa realidad, que la llevó a tener días tortuosos en busca del peso ideal —hasta arrastrarla a cuidados intensivos— finalmente la impulsó a encontrar la salida para cambiar su estilo de vida.

Al recuperarse viajó a Cuba en busca de soluciones para su salud. Allá encontró el doctorado en Medicina Biológica y Ortomolecular que, luego de terminarlo y graduarse, pudo poner en práctica los conocimientos adquiridos en ella misma, convirtiéndose así en su primer paciente.

Especifica que la Medicina Ortomolecular comprende los nutrientes propios del ser humano, es decir, a través de la alimentación se encarga de que los nutrientes 'se eleven y se produzcan en calidad para la regeneración del organismo de adentro hacia afuera, mientras la biológica trata los productos de laboratorios reconocidos que se inyectan vía intravenosa para regenerar los órganos'.

'Después de que la gente vio mis resultados, que había bajado muchas medidas —hace ocho años— empezaron a consultarme. Inicié con mis amigos y luego con los amigos de mis amigos; ya hoy día trato a 2.100 pacientes en mi consultorio Vae Medicina y Bienestar S.A.S. Entre esos están los famosos Carlos Calero, César Escola, Laura Tobón, Carolina Cruz, Ana Karina Soto y Juan Alfonso Baptista el ‘gato’, entre otros. Cada uno de ellos ha tenido su tratamiento especial, tanto en lo biológico como en lo ortomolecular. También han sido orientados en la parte nutricional'.

Su experiencia de vida, más los cambios que ha logrado en las personas a través de su especialidad, le causan 'regocijo'. Ver el éxito de la gente que 'había intentado todo por su salud, pero que no lo lograban', le resulta sorprendente. Como ser humano ve 'el poder de cambiar el chip nutricional de gente que no tenía esperanzas'.

Para esta profesional en la salud las dietas restrictivas perjudican. Agrega que aunque el ser humano está diseñado para copiar lo que hacen sus pares como, por ejemplo, adoptar la dieta cetogénica que le funcionó a otro, sin tener en cuenta cómo está su hígado y su páncreas, puede ser bastante riesgoso. Explica que quien lo haga, quizás logrará eliminar los kilos de más a corto plazo, pero al cabo de un tiempo 'el organismo hará una protesta y los órganos resultarán afectados'.

Explica que se debe prestar atención a aquellos productos que prometen bajar de peso en corto tiempo y que son comercializados desmesuradamente en el mercado porque, a su juicio, el medicamento milagroso no existe. Plantea que la solución siempre estará al transformar los hábitos nutricionales que generen cambios a largo plazo y que sean sostenibles en el tiempo.

'Yo soy fiel a la afirmación: —en tu nevera está el médico que necesitas— porque literalmente somos lo que comemos. Si comes, por ejemplo, hamburguesas saturadas de grasa y empanadas en la calle lo que vas a ganar son enfermedades (...) El principal ingrediente para cualquier programa de pérdida de peso o de bienestar integral es la nutrición'.

En estos momentos, cuando la covid-19 afecta la vida de las personas, señala que la alimentación cumple un papel crucial. Sustenta que un organismo bien nutrido será resistente ante cualquier enfermedad o virus, de modo que resulta vital incrementar el consumo de las frutas ricas en vitamina C.

Victoria, desde su experiencia, explica que para adoptar una alimentación saludable, lo primero que se debe analizar es si se come por ansiedad. De ser así su recomendación es detectar lo que genera ese estado, si es por el estrés, la familia o el entorno. Luego —dice— no se debe perder de vista la importancia de la pirámide nutricional, ya que esta establece que se deben ingerir carbohidratos, proteína y vegetales. También deben existir los cinco momentos de comida con las tres comidas importantes, olvidando la moda que insta a aguantar hambre porque 'esto no es sinónimo de estar saludable'. A su vez manifiesta que después de las 2:00 de la tarde se debe restringir el consumo de harinas, de carbohidratos y de frutas.

'Un desayuno saludable debe tener fruta, un batido verde (opcional), un carbohidrato (una galleta, una tostada o una arepa), una bebida caliente y una proteína (queso, huevo o jamón). En la media mañana se recomienda una fruta que proporciona fibra y un nivel calórico que hace que el organismo funcione con energía. Un almuerzo ideal tiene una proteína (pollo, pescado, res, huevo) del tamaño de la palma de la mano, verduras en gran cantidad y carbohidratos (arroz, papa o plátano). Para acompañar no se recomiendan jugos, sino agua o una aromática'.

Hoy día su consultorio Vae, que se inició en Barranquilla, sigue teniendo presencia en la capital atlanticense y en Bogotá. Desde allí le ha apostado a brindar sus servicios a distancia, haciendo uso de la virtualidad. Adicionalmente se ha enfocado a consolidar su Vae Car, que es el encargado de llegar a la casa de la gente para brindar algunos de sus servicios como la aplicación de sueros inmunológicos o la hemoterapia mayor.

En su tiempo libre la médico disfruta compartir con sus hijos: la ingeniera química Camila, de 23 años; el estudiante de Cine y producción Felipe, de 18; y Valentina, que tiene 16; los tres —asegura— son aficionados a montar bicicleta.

Seguir preparándose es su objetivo, así que actualmente cursa una maestría en Nutrición Biológica y Modulación Orgánica. Paralelamente realiza tres diplomados en Medicina Biológica y Ortomolecular.

Victoria es visionaria. Uno de sus sueños más grandes es ayudar a quienes como ella padecieron de sobrepeso, que fueron maltratados o señalados por la sociedad e incluso por médicos que no tuvieron conciencia del daño que se da en el organismo del que padece el trastorno. Resalta que el cambio siempre es posible, solo basta creer que sí se puede.

Además de su doctorado en Medicina Biológica y Ortomolecular, es especialista en Medicina Ortomolecular y Nutrición. Cuenta con una maestría en Ozonoterapia y otra en Nutrición y Dietética. También es especialista en Terapias Alternativas, y es miembro de Funccomed y del centro de investigación científica de La Habana (Cuba).