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Al tiempo que el número de muertes por el nuevo coronavirus en China superó la barrera de 1.600, después de la muerte de 139 personas en la provincia de Hubei, epicentro de la epidemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que es 'imposible' predecir la dirección que tomará el Covid-19.

El titular de la Organización Mundial de la salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, sostuvo que 'en la OMS estamos preocupados por la crisis potencial que este coronavirus podría provocar en países con sistemas sanitarios más débiles'.

Aseguró además, que esa entidad ha pedido a China detalles sobre cómo se hicieron los diagnósticos y que 'preocupa' el número de muertes.

En su balance diario, la comisión de salud de la provincia de Hubei informó ayer también de 1.843 nuevos casos, que suponen una caída del número de nuevos casos anunciados el sábado.

La provincia agregó más de 14.000 casos confirmados de contaminación en un solo día esta semana después de que los funcionarios cambiaron los criterios utilizados en el conteo.

Por la nueva normativa, los médicos consideran como positivos a pacientes diagnosticados clínicamente a través de radiografías de pulmón, sin tener que aguardar por los resultados de los complejos exámenes de laboratorio.

Por lo menos 1.662 personas han muerto por el brote que surgió en diciembre en la capital de Hubei, Wuhan, y se convirtió en una epidemia en todo el país.

Más de 68.000 personas han sido infectadas, y la mayoría de las muertes ocurrieron en Hubei.

El coronavirus dejó ayer un muerto en Francia, el primero fuera de Asia. La ministra francesa de Salud, Agnès Buzyn, anunció el fallecimiento el viernes por la noche de un turista chino de 80 años, infectado por el virus y hospitalizado en Francia desde finales de enero.

La muerte de este hombre es 'la primera fuera de Asia, la primera en Europa', subrayó la ministra. Hasta ahora se habían registrado solo tres decesos fuera de China continental: en Filipinas, Hong Kong y Japón.

China continental concentra, con 1.523 decesos, el 99,9% de las muertes registradas en el mundo por el nuevo coronavirus, y más de 66.000 personas han sido además infectadas.

Las autoridades de Pekín exigieron a quienes volvían a la capital tras sus vacaciones que se impusieran una cuarentena de 14 días, para frenar la expansión de la enfermedad, sin pena de sanciones, según los medios oficiales. Se ignora cómo las autoridades podrán hacer respetar la medida.

En la expansión de la epidemia, que emergió en la provincia de Hubei (centro de China), contribuyó el hecho de que millones de personas se desplazaron a fines de enero por las vacaciones del Año Nuevo lunar.

Las vacaciones en China fueron ampliadas para impedir mayores contagios pero, poco a poco, en las últimas dos semanas la gente volvía a sus trabajos --muchos en teletrabajo desde sus hogares--, mientras que las escuelas siguen cerradas.

Cerca de 283 millones de viajes se han realizado en el interior de China entre el 25 de enero y el viernes, según el viceministro de Transportes, Liu Xiaoming.

Este sábado, durante una histórica reunión en Múnich con su homólogo del Vaticano, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi aseguró, según la agencia oficial Xinhua, que la epidemia ha sido 'efectivamente controlada'.

Sin embargo, afirmó que el Vaticano puede desempeñar un papel constructivo para alentar a la comunidad internacional a apoyar los esfuerzos de China para combatir la epidemia 'de manera objetiva, racional y científica', según Xinhua.

Esta semana, China decidió adoptar nuevos criterios para el conteo de personas contaminadas, lo que disparó en varios miles el número de contagiados. El gobierno chino mantiene a Hubei, con sus casi 56 millones de habitantes, en una gigantesca cuarentena desde hace casi un mes.