La oposición venezolana se movilizó nuevamente este lunes en Caracas, su quinta protesta contra el gobierno de Nicolás Maduro en lo que va de abril, una estrategia que eleva la tensión social y volvió a generar violencia.
La jornada reunió temprano a miles en la plaza Brión (este), desde donde marcharon hacia la principal autopista de la ciudad hasta que la policía los detuvo con gases, y los desvió a otros sectores, como el de Altamira, donde en la noche continuaban los enfrentamientos entre los más radicales, que respondían con piedras a las bombas de las autoridades.
Varias personas, incluido un recién nacido, fueron evacuadas de una clínica del barrio Las Mercedes, hasta donde llegó otro foco de protesta, impactada por dos bombas lacrimógenas.
El ministro del Interior, Néstor Reverol, anunció que 18 personas fueron detenidas, mientras que el alcalde de Chacao, donde queda Altamira, contabilizó 12 heridos. Una diputada denunció haber sido impactada con una lacrimógena en el pecho.
'Mantengo comunicación con máximas autoridades para EVITAR el uso excesivo de la fuerza en control de las manifestaciones públicas', escribió el defensor del Pueblo, Tarek Saab, en Twiiter, donde rechazó igualmente el 'lanzamiento desde el aire de objetos contundentes para dispersar manifestaciones'.
La oposición denunció que se lanzaron bombas de gas desde helicópteros y edificios gubernamentales.
Desde su inicio, el 1 de abril, la oposición pretende llevar las marchas al centro, bastión del chavismo y donde están las sedes de los poderes públicos. El oficialismo realizó allí una jornada deportiva.
'Es una lucha de resistencia: ver quién se cansa primero, si nosotros de luchar o ellos de reprimir', dijo a la AFP Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento, de mayoría opositora.
La oposición volverá a las calles el 19 de abril, fecha patria, para realizar lo que, según Guevara, será la 'madre de todas las marchas'. Para ese día, el chavismo convocó a una 'gran movilización' hacia el centro de Caracas.