Treinta años después de la llegada de Juan Pablo II a Ecuador, los ecuatorianos se preparan para recibir a Francisco, una visita que suma más adeptos que detractores en un país mayoritariamente católico y que se prevé movilizará a miles de fieles en Quito y Guayaquil.
Juan Pablo II, el papa viajero, llegó a Ecuador, un Estado laico, en 1985, cuando el país andino estaba administrado por el conservador León Febres Cordero, del Partido Social Cristiano.
Desde aquella visita, dos presidentes más terminaron su período presidencial de cuatro años y otros siete se sucedieron en una década, en medio de una situación de inestabilidad política que, en 2006, se frenó con el triunfo de Rafael Correa, que se catapultó a la arena política alejado de los partidos tradicionales.
Correa, que era presidente de la asociación estudiantil de la Facultad de Economía de la Universidad Católica de Guayaquil cuando Juan Pablo II visitó Ecuador, recibirá en julio próximo en calidad de jefe de Estado a Francisco, quien será huesped por cuatro días .Efe