Compartir:

Los Ángeles vivió en la noche del miércoles protestas con episodios aislados de violencia que condujeron a decenas de arrestos, mientras Ferguson recupera la normalidad tras los disturbios que desató el lunes el no envío a la cárcel del policía que mató a tiros al joven negro Michael Brown.

Las protestas por el fallo judicial, que el martes se extendieron a 170 ciudades de todo el país, se mantuvieron vivas el miércoles en el centro de Los Ángeles, donde la Policía dispersó a centenares de manifestantes y efectuó decenas de detenciones.

En las calles de la ciudad californiana pudo verse cómo manifestantes lanzaban objetos contra los policías, unas imágenes que contrastaron con las del resto del país, con pequeñas y contadas concentraciones que nada tuvieron que ver con los cortes de carreteras y puentes de la jornada anterior.

En Ferguson, epicentro de las protestas, hubo unos pocos manifestantes, mientras la Guardia Nacional vigilaba las zonas comerciales y residenciales.

Las grandes ciudades de todo el país están en alerta cuando se conoció que el agente Darren Wilson seguirá libre y sin cargos después de que un gran jurado concluyera que no existen pruebas suficientes para su imputación.