El papa Francisco pidió ayer, en su discurso ante el pleno del Parlamento Europeo, que se haga todo para evitar que 'el Mediterráneo se convierta en un cementerio'.
'No se puede tolerar que el mar Mediterráneo se convierta en un gran cementerio. En las barcazas que llegan cotidianamente a las costas europeas hay hombres y mujeres que necesitan acogida y ayuda', dijo el papa Francisco.
El pontífice pidió a los eurodiputados que 'afronten juntos la cuestión migratoria', porque, de no ser así, se corre el riesgo 'de que en Europa se incentiven soluciones particularistas del problema, que no tienen en cuenta la dignidad humana de los inmigrantes, favoreciendo el trabajo esclavo y continuas tensiones sociales'.
Francisco dijo que Europa solo será capaz de hacer frente a 'las problemáticas asociadas a la inmigración' si propone con claridad 'su propia identidad cultural' y las legislaciones adecuadas, 'que sean capaces de tutelar los derechos de los ciudadanos europeos y de garantizar al mismo tiempo la acogida a los inmigrantes'.
Por eso, dijo, hay que 'adoptar políticas correctas, valientes y concretas que ayuden a los países de origen en su desarrollo sociopolítico y a la superación de sus conflictos internos'.
'Es necesario actuar sobre las causas y no solamente sobre los efectos', dijo el papa en la parte de su discurso sobre inmigración, una de las más aplaudidas por los eurodiputados.
El pasado mes de octubre, finalizó la denominada operación ‘Mare Nostrum’, puesta en marcha por el Gobierno italiano y que se saldó, según sus cifras, con 150.000 inmigrantes rescatados y 330 traficantes arrestados en un año.
Por último, Francisco I instó a Europa a no desfallecer en el camino de la igualdad y el perdón.