
Por un pelo, el aguacero que cayó el sábado en Bogotá casi estropea la inauguración del XIII Festival Iberoamericano de Teatro. La ‘lluvia’ de chamanes que contrató Ana Martha de Pizarro, directora de esa vitrina creativa y cultural, para que no lloviera ese día, se pífió contra todos los pronósticos.
Por esas coincidencias de la vida, Ana Martha quedó tan enchumbada en plena calle como le ocurrió en 2007 a Fanny Mikey, fundadora y alma de Festival, cuando vio con frustración que por culpa de un aguacero tuvo que postergar para el día siguiente el desfile inaugural.
Desde la muerte de la famosa pelirroja (2008), Ana Marta no solamente recibió como legado la dirección del Iberoamericano sino que le siguió sus pasos tiñéndose el pelo de azul, no porque la una fuera liberal y la otra conservadora (aunque Fanny siempre fue una mujer liberada), sino tal vez para marcar la diferencia.
Ana Martha también continuó utilizando los servicios de Jorge Elías González, el mismo chamán al que apelaba Fanny para que el mal tiempo no afectara sus eventos al aire libre. Como se recuerda, fue el mismo campesino, conocido como ‘El Señor de la lluvia’, que fue citado en la Fiscalía para que explicara cómo lo contrató el Instituto de Recreación y Deporte para la clausura del Sub 20 celebrada en agosto en Bogotá, montaje del que se encargó la organización del Iberoamericano de Teatro.
La actual directora del Festival, en cambio, fue más ambiciosa. Desde hace dos semanas, venían vociferado muy confiada en todos los medios de comunicación: “¡Vamos a desfilar no con uno, sino con 30 chamanes de distintas etnias de Colombia! Es un homenaje a las culturas tradicionales”. Pero de nada sirvieron los preparativos de estos líderes espirituales pertenecientes a etnias muiscas de Bacatá y de los Chibchas. Y mucho menos, la “concentración” que hizo con su péndulo en un “campo magnético” Jorge Elías González.
A Fanny, el chamán González sí le había “funcionado” hasta 2007. Porque la había logrado convencer que esos estímulos electromagnéticos que hacía este hombre eran para controlar la lluvia. Pero ese mismo año decidió borrarlo del mapa.
“¡Estoy que lo ahorco!!” gritaba visiblemente molesta. Y con toda razón. Porque por culpa de ese chamán, el aguacero que cayó ese año en la inauguración del Festival, (cuyo lema fue ‘Bogotá, ciudad teatro del mundo’), tuvo que ser aplazado. Actores, músicos, bailarines y zanqueros, lo mismo que el público que esperaba ansioso ver el desfile, buscaron desesperados dónde protegerse. Ni los paraguas sirvieron esa vez.
La que más sufrió fue Fanny, quien sin importarle pescar un fuerte resfriado llegó hasta el sitio de concentración para decirles a todos que el desfile se cancelaba. A ella la llevaron enseguida a la casa del actor Diego León Hoyos, donde le dieron una bata de baño mientras su enchumbado vestido lo escurrían, al tiempo que una de sus amigas le secaba con un blower su alborotada cabellera rojiza. Y después hasta brindaron con vino tinto por la continuidad de la más grande fiesta de las artes escénicas que en 1988 se inventó la actriz colombo-argentina como “un acto de buena fe”.
El sábado, Pizarro corrió con mejor suerte. Contra viento y marea el programa callejero no se canceló, pero el mal tiempo le quitó brillo y también público.
Con lo ocurrido, seguramente a la directora del Festival no le quedarán más ganas de contratar chamanes, y mucho menos a González, quien en 2007 se salvó de ser ahorcado por Fanny Mikey, cuya muerte sorprendió a todos el año siguiente.
Por Zoraida Noriega C.
Especial para EL HERALDO