Iván Duque Márquez, candidato del Centro Democrático, fue el gran ganador de la jornada electoral de ayer. Con su holgada victoria, el joven abogado no solo dio una demostración de fuerza de cara a la primera vuelta de las presidenciales, a realizarse el próximo 27 de mayo, sino que despejó cualquier duda sobre la unidad y el respaldo del uribismo en torno a su nombre.

Mucho se había especulado, previo a las elecciones, sobre fracturas en el seno del Centro Democrático, pero el resultado de Duque confirma tanto que sus ideas han calado en un amplio sector de la población que comparte sus posturas de derecha, como que el expresidente Uribe continúa siendo uno de los grandes electores del país. No son solo los cuatro millones de votos obtenidos en la consulta, sino la posibilidad de aumentar ese caudal con las alianzas que podrían comenzar a fraguarse con sectores afines al uribismo en las próximas semanas, que robustecerían –aún más– su candidatura.

Por los lados de la consulta de izquierda, la victoria del exalcalde de Bogotá Gustavo Petro era prácticamente un trámite. Así lo indicaban todas las encuestas, y el resultado terminó por comprobarlo. Para su contendor, el exalcalde de Santa Marta Carlos Caicedo, presentarse a las urnas con una figura de relevancia nacional como el exintegrante del M-19 le permitió dar a conocer su nombre en todo el país y posicionarse como una opción para futuras contiendas. En cuanto a Petro, la cifra alcanzada, casi tres millones de votos, no le garantiza el paso a la segunda vuelta, por lo que tendrá que trabajar para sumar alianzas si quiere llegar a la recta final por la Casa de Nariño.

Aunque la elección de ambos candidatos no dejó dudas, uno de los lunares de la jornada fue la escasez de tarjetones para votar la denominada ‘Gran consulta por Colombia’, que agrupaba a los candidatos Duque, Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez. En Barranquilla, esta situación se vivió, según las denuncias de la comunidad, en el colegio Biffi La Salle, Don Bosco y otros puestos de votación.

No deja de llamar la atención que para estas consultas se imprimieron 30 millones de tarjetones, 15 millones por cada una, es decir, no se garantizaba un papel por cada colombiano apto para votar según el censo de la Registraduría, que era de 36,02 millones. Esta situación deberá ser explicada con claridad y rapidez por la entidad, ya que podrían presentarse demandas por la legitimidad del resultado.

La de ayer pasará a la historia como la primera elección en la que la exguerrilla de las Farc participó como actor político, y también como una de las más pacíficas de los años recientes, ya que el Eln, al que nada hay que agradecerle, se abstuvo de violar el cese al fuego unilateral que había anunciado.