Pocas cosas y pocas personas logran en un país tan polarizado como lo es Colombia un efecto, un sentimiento, un poderoso mensaje de unión. Y a pesar de que en el caso de este lunes lo produjo una triste noticia, la muerte de doña Nydia Quintero de Balcázar, fundadora de Solidaridad por Colombia y abuela del senador Miguel Uribe Turbay, las reacciones desde distintas orillas políticas y en todos los sectores sociales y económicos de este país solo conducen a concluir que la nación despide a una mujer con un legado inconmensurable.

Así lo demuestran las distintas voces que han lamentado el fallecimiento de la mujer que supo usar su influencia para ayudar a los más desfavorecidos y para impulsar la educación de niños y jóvenes. Son millones las personas que en el país se vieron beneficiadas de alguna forma por las campañas y causas que hizo suyas doña Nydia Quintero y por las que siempre demostró una pasión y un compromiso a toda prueba durante más de cuatro décadas que estuvo al frente de la fundación creada en 1975.

Ni el enorme y profundo dolor que produce la pérdida de un hijo doblegó el noble, pero firme carácter de doña Nydia, a quien la tragedia de perder a su hija la periodista Diana Turbay, secuestrada por el grupo de Los Extraditables comandados por Pablo Escobar en 1990 y asesinada en 1991 en una confusa operación de rescate, no la apartó de la misión que había asumido de ayudar a los más necesitados.

Partida seguramente por el dolor siguió adelante con sus causas, pero sobre todo se convirtió en la madre de sus nietos, María Carolina Hoyos y Miguel Uribe Turbay, ella de 19 años y el solo de cinco cuando perdieron a Diana Turbay.

El senador y precandidato presidencial Miguel Uribe fue víctima de un atentado a bala el pasado 7 de junio mientras presidía una reunión con simpatizantes y miembros de la comunidad del barrio Modelia en la capital del país. Un menor de edad le propinó varios disparos que lo mantienen luchando por su vida en la clínica Fundación Santa Fe de Bogotá desde hace ya 24 días.

Ese día, cuenta su hermana María Carolina, que doña Nydia, sin saber aún lo que había acontecido, pidió que cubrieran la cabeza de su nieto con un “trapito blanco”. ¿Qué habrá visto o presagiado su abuela? ¿Qué significado tendrá finalmente este episodio? ¿Ocurrirá el milagro que toda Colombia espera? Ojalá que sí.

De esas caprichosas e inexplicables coincidencias del destino la familia de Uribe Turbay se ha aferrado hasta hoy para seguir esperando por el milagro de la recuperación del senador. Mientras en una habitación de Cuidados Intensivos el precandidato libraba la batalla contra la muerte, en otro piso de la misma clínica su abuela abandonó este plano terrenal en la madrugada de este lunes festivo a los 93 años.

Encarnando lo que ella siempre simbolizó y representó, su muerte ha desatado toda una ola de solidaridad y sentimientos de pesar por la partida de quien para muchos simplemente fue “Mamá Nydia”, como lo resalta el comunicado de la Fundación Solidaridad por Colombia, en el que destacan también que fue “la mujer que convirtió la solidaridad en camino, causa y destino”.

Que mejor manera de describir la vida y el legado que Nydia Quintero Turbay de Bálcazar le deja a Colombia y que benefició y alcanzó a tantas familias durante los últimos cincuenta años y en los más apartados rincones del país.

Desde ayer en la tarde el cuerpo de doña Nydia es velado en cámara ardiente en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional en un merecido homenaje por “el gran aporte que hizo al país y el legado invaluable desde la Fundación Solidaridad por Colombia que le ha dado bienestar a millones de colombianos”, explicó el presidente del Congreso, Efraín Cepeda.

Los homenajes, reservados para quienes han prestado un gran servicio a la nación, como es el caso de la ex primera dama Nydia Quintero, se mantendrán hasta este miércoles en la tarde.

Colombia, en tanto, espera por la recuperación de su nieto Miguel Uribe. ¡Qué así sea!