Hace siete años Corpacero partió en dos su vida empresarial con el traslado de Bogotá a Barranquilla de su planta de producción. El cambio tuvo el espaldarazo de USD100 millones aprobado por los socios, que permitió aumentar la capacidad instalada cuatro veces más. Esta empresa, de tamaño mediano y con 560 empleos directos, pasó de producir 60.000 toneladas al año a 300.000 toneladas anuales.
'Después del traslado de la planta en 2011 estamos invirtiendo en conocimiento, capacitando a nuestros ingenieros y operarios con el asesoramiento de expertos en diferentes procesos para llevarlos a un nivel mundial, que nos permita tener una eficiencia y ser competitivos en el mundo. Ese es el reto', explica Rafael Bonett Valenzuela, vicepresidente de operaciones.
Esa inversión es el listón alto para cumplir metas y mantener su crecimiento de 30% que lograron en 2017 con respecto a 2016. 'Tenemos que lograr las metas que, con la inversión realizada, no se han logrado. ¿Y hoy dónde estamos? Tenemos un plan de crecimiento y los accionistas le apuestan a que se dupliquen o se tripliquen las ventas', agrega Bonett Valenzuela.