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Cuando el camino te conduce a zonas peligrosas, incluso a calles sin salida, la perseverancia hace posible que el carro de tu vida llegue a su destino. Así le sucedió a Iván Andrés Fonseca, quien encontró en el taxi una oportunidad para salir adelante e ir cumpliendo sus metas.

Nacido en Bogotá, hace 30 años, Iván es ejemplo de superación y constancia en el trabajo. Desde hace tres años maneja un taxi, que es propiedad de una de sus vecinas del barrio El Silencio de Barranquilla. El rolo trabajaba como mensajero y aquella mujer vio en su trabajo disciplina y carácter para afrontar nuevos retos. 'Llegué a esta ciudad cuando tenía 21 años, invitado a trabajar como mensajero de una tienda.

Mensajero es un gran título para quien hace los domicilios en la tienda del barrio. No me arrepiento, porque gracias a ese trabajo vieron en mí la disciplina que a muchos otros con oportunidades les falta', relató Fonseca.

Hijo de un obrero de mina y una trabajadora campesina, el oriundo de Bogotá fue entendiendo cómo es el negocio de los taxis en Barranquilla; explicando que entró de la siguiente manera: 'a la señora le iban a entregar un dinero de una pensión. Quería invertir en algún negocio y creyó que un taxi sería una buena opción. Ambos éramos inexpertos y juntos aprendimos y seguimos en todo este proceso'.

Desde 1995, con el Decreto 140, en barranquilla se estableció que su parque automotor de vehículos taxis era suficiente para atender la demanda y desde esa fecha se fijó que tendría un máximo de 8.000 taxis, congelando el ingreso de los nuevos carros. Si un carro nuevo quería entrar al mercado se debería chatarrizar un carro antiguo, el nuevo utilizaría el cupo del taxi anterior. De esta manera se garantiza la estabilización de la oferta de taxis. 'El problema de los cupos estuvo en que por carro chatarrizado se registraban tres o cuatro carros nuevos. No existe explicación, pero hoy en día y según el último censo de taxis, Barranquilla tiene 12.600 taxis. Los cuales deben competir con los 3.800 taxis que tiene soledad, 191 de Puerto Colombia, los mototaxistas y los carros particulares que prestan servicio informal de transporte', explica Álvaro Forero, presidente de la agremiación de empresarios de taxis, Conaltaxi, capítulo Barranquilla.

'Hace tres años, el taxi que hoy sigo manejando nos costó $25 millones. Creímos que era un buen precio y estaba dentro del presupuesto. Sin embargo, el cupo del taxi nos puso a dudar de entrar o no en el mercado. Por inscribirlo en Soledad nos pedían $23 millones y en Puerto Colombia unos $15 millones.

En últimas, el derecho de reposición para Barranquilla lo negociamos en $30,5 millones, el cual pagamos una parte de inmediato y el restante lo fuimos pagando durante los dos años siguientes', contó Fonseca sobre sus inicios la adquisición del taxi. 'Fue una inversión a largo plazo. Si veíamos que no resultaba el negocio, venderíamos el cupo del taxi y recuperaríamos algo de la inversión', agregó.

Explica que se ajustó rápidamente a los gastos diarios de un taxista: la tarifa que entrega a la propietaria es de $65.000, donde sacaba un porcentaje para pagar la deuda del cupo; en gasolina se gasta alrededor de $60.000 recorriendo alrededor 300 kilómetros, lo afilió a una empresa de taxis, pagando diariamente $8.000 por la frecuencia; $2.000 de parqueo y $5.000 lavando el carro.

'Todos los días tengo que asegurar la base, $140.000, de ahí para adelante tengo que trabajar duro. Hay días buenos donde ahorro para los malos, afortunadamente todos los días he cumplido mis obligaciones', expresó.

Según la encuesta de percepción ciudadana elaborada por Barranquilla Cómo Vamos, 10% de los barranquilleros usa el taxi como el principal medio de transporte. Sin embargo, la satisfacción de los usuarios bajó un 13% con respecto al año anterior, en 2015, 70% se sintieron satisfechos con el servicio.

'La disminución de la calidad del servicio puede explicarse un poco por la tendencia que se ha dado en el mercado. Anteriormente era un lujo ser taxista, el 80% del gremio era propietario y conductor del taxi. Se sentía la profesión y se trabajaba por algo propio. Ahora la tendencia es inversa, el 80% de los conductores no son propietarios, maltratan al carro y solo se enfocan en cumplir con la tarifa', argumentó Forero.

En Barranquilla no se tiene control sobre la persona a quien se le asigna conducir un taxi. A los inversionistas o dueños de vehículos le interesa que cumplan con la tarifa, el hecho de conocer de qué forma lo hicieron y como hacen su trabajo pierde atención. De esta manera, tener una visión capitalista del mercado es a lo que se le atribuye la disminución de la calidad del servicio.

Claro está, esto no se da para todos los casos. Existen taxistas barranquilleros que hacen muy bien su trabajo y aportan a que el gremio continúe. 'La razón de ser del servicio de taxis son los usuarios.

Si todos los barranquilleros decidieran no tomar taxis, nuestro servicio se acaba; por eso debemos garantizar mejoras en el servicio que ofrecemos porque estamos dando terreno a prestadores de servicio ilegales', expresó Jorge Guerrero, presidente del sindicato de conductores de taxis del Área Metropolitana, SinchoTaxis.

'Propietarios que nunca han sido taxistas y no sienten los problemas, solo piensan en la puntualidad de las tarifa. En mi caso es diferente porque la propietaria del vehículo y yo aprendimos del negocio. Tengo mucho que agradecerle a este trabajo que me permitió cambiar mi estilo de vida', concluyó Iván Fonseca, el mayor de una familia de siete hermanos. Cuenta que al segundo de su familia lo trajo a vivir a Barranquilla porque considera que es una ciudad con oportunidades.

En el negocio de los taxis se debe pensar que funciona de igual manera que una empresa tradicional, la cual tiene gastos e inversión, no debe ser visto como la caja menor que sacará de apuros a toda la familia.

Renovación de la licencia. Para los taxistas, la licencia o pase de conducción se debe renovar constantemente. Para los conductores menores de 60 años la renovación se hace cada tres años, y para los mayores de 60 años su renovación es anual. La categoría de la licencia debe ser C1 (categoría 4 público). El trámite se realiza personalmente.