Compartir:
Michael Probst/ASSOCIATED PRESSEuropa%20Economia%20Euro.jpg

Desde sus inicios el proyecto de unificación monetaria de Europa dejó en el aire muchas dudas para los economistas. La heterogeneidad en las estructuras económicas y fiscales de los países miembros abrió el debate sobre su viabilidad. Hoy, la actual crisis financiera que atraviesa la Eurozona ha puesto al mundo a pensar en un posible escenario de rompimiento de la Unión Europea, y todas esas dudas del comienzo son ahora una realidad.

Si bien la unión hizo posible que estos países se vieran favorecidos en sus niveles de desarrollo, el exceso de gasto originado en la conformación del llamado Estado de Bienestar no se pudo sostener debido a la caída en el crecimiento económico.

Sumado a esto, la desfavorable coyuntura económica que comenzó en Estados Unidos en 2007 y golpeó al sistema financiero mundial, llevó a los países de Europa a incrementar aún más los niveles de endeudamiento, dadas las necesidades de gasto para responder a las expectativas sociales.

Entonces las deudas se hicieron insostenibles, mientras que el hecho de someterse a las normas de la zona euro y la eliminación de la política cambiaria independiente, cortó las maniobras locales de política monetaria y fiscal para contrarrestar los efectos de la crisis económica. Al tener una divisa única los problemas de un país llevan a que los efectos sobre el poder adquisitivo de la moneda y su cotización en mercados internacionales los afecte a todos como bloque.

'Todos los países son conscientes de que la Unión es necesaria porque los favorece y eso los ha llevado a hacer esfuerzos conjuntos que han resultado más costosos de lo esperado, mientras que los países en problemas, por irresponsabilidad o por incapacidad, se han convertido en una pesada carga que hace cada vez más difícil mantener la comunidad', dice César Corredor, director del IEEC de Uninorte.

Actualmente están aflorando los problemas que no se creían posibles hace una década. Los países más prósperos, como Francia y Alemania, al optar por el Euro, consideraron que los demás eran responsables a nivel fiscal o que en poco tiempo podían acogerse a los estándares impuestos; cosa que no sucedió. Ahora son estos dos los llamados a hacer todo lo necesario para salvar a países como Grecia y Portugal, y rezar porque Italia y España no quiebren, puesto que el monto de su salvamento es inviable.

Las opciones para salir de la actual situación no son fáciles. Para Corredor, incluyen el rompimiento de la unión, la creación de una nueva comunidad europea conformada por grupos cerrados de países y el uso o no de los fondos de cobertura existentes o la necesidad de recursos adicionales.

'No hay unidad en torno a estas soluciones. Para Alemania seguir ayudando a Grecia y los demás países en problemas resulta inconveniente para su economía; Francia se ha convertido en un mediador en vista de que también ha sufrido los efectos de la crisis; y los del medio como Italia o España no tienen mucho qué decir porque están en la lista de próximos pacientes en cuidados intensivos', señala.

Si la crisis se agrava y algún país grande hace default, la inestabilidad de los mercados puede llevar a que se tome la decisión de restringir la Eurozona o desmontarla. Su costo hoy es inmensurable y en el mejor de los casos podría significar una inestabilidad económica peor que la causada por la crisis estadounidense de 2007.

¿Caerá el sueño de unidad?. Ni Alemania ni Francia han optado abiertamente por el rompimiento de la Unión, pero tampoco están dispuestos a asumir bilateralmente la responsabilidad. Además, sus ciudadanos cuestionan por qué con sus impuestos deben salvar a países irresponsables en términos fiscales.

Para Antonino Vidal, director del departamento de Historia y Ciencias Sociales de Uninorte, el desmonte del euro y una posible disolución de la Unión Europea traerían consigo una fragmentación política y económica del continente, despertando los miedos a los fantasmas de las viejas tensiones nacionalistas.

'No en vano el euro y su unión comercial han supuesto el periodo más largo de paz y prosperidad del continente europeo en los dos últimos siglos. Si se mira atrás, estos últimos 50 años han sido un éxito', agrega Vidal.

Por ahora, la solución que más se contempla es la salida de Grecia del euro, lo cual en medio de la situación de crisis podría generar un efecto dominó con otros países que en el largo plazo no tienen viabilidad para mantenerse con la divisa de la unidad. La falta de liderazgo político de las instituciones de la Unión ha puesto en duda el proyecto euro tal como está concebido en la actualidad. Se necesitan cambios financieros y compromiso político.

¿Qué pasa si cae la Zona Euro?

Un rompimiento tendría costos económicos y políticos para el mundo y los países miembros. Por un lado, según Corredor, nadie quiere quedar en la historia como el verdugo del sueño de una sola Europa, ni tampoco echar a perder un mercado de 500 millones de personas que ha probado ser exitoso. 'El desmoronamiento de la Unión Europea podría ser la señal de arranque de una verdadera crisis mundial', agrega.

De ahí la preocupación de los mercados y los gobernantes de todo el mundo ante lo que pueda pasar.