En video | El último regalo del beisbolista Jorge Ruiz tras morir atropellado en Repelón
Luz Yineth, madre del pelotero de los Tigres que perdió la vida el 31 de enero, recibió el domingo, de las manos de los compañeros de su hijo, dos trofeos de la Copa Recordar de béisbol.
La voz de Luz Yineth Miranda me llega desolada, maltratada. Veinte días han pasado y solo los recuerdos de su hijo Jorge Andrés transitan por la casa. Su sonrisa quedó impregnada en dos pendones que cuelgan de una pared blanca junto al multimueble donde varias veces se sentaba enfrente para escuchar música o ver televisión. No decidió irse, le apresuraron su partida.
El pasado 31 de enero, consumidas las 7 de la noche, Repelón se estremeció. Uno de sus hijos, el beisbolista que soñaba con las Grandes Ligas, el estudiante ejemplar, era atropellado por una camioneta de color blanco que se dio a la huida. En el pavimento, Jorge, quien se dirigía en compañía de su novia Valentina hacia el Polideportivo del municipio, luchaba por su vida.
“Lo más cruel, la injusticia más grande que yo veo es que ese muchacho lo atropella y no lo socorre, me lo deja tirado, como un perro en la carretera (un silencio, de cinco segundos acompañado de un llanto, interrumpe su discurso)... si quizá lo ayuda, se hubiese salvado. No tuvo la intención”, expresa Luz Yineth, quien aquella fatídica noche de viernes se encontraba en Barranquilla cuidando a una adulta mayor.
A las 11 de la noche, el corazón de Jorge dejó de latir en el Hospital Departamental de Sabanalarga, donde finalmente fue trasladado luego del mortal impacto. El primera base de los Tigres de Repelón, equipo de la Copa Recordar, dejaba este mundo y encendía el dolor de una familia donde era el mayor de tres hermanos y el amigo inseparable de su padre, Nilson Enrique.
A las 5:30 de la tarde, Luz Yineth había conversado, como de costumbre, con su primer retoño. “Recuerdo que ese día hablamos y me dijo: ‘Mi guerrera, te amo. Tú eres una mamá ejemplar porque nos apoyas, lo haces con mi hermanito, me apoyas a mí, a mi hermana. Una mamá muy dedicada’. Siempre me decía eso y me llamaba guerrera”, rememora.
El 23 de noviembre del presente año, Jorge Andrés Ruiz Miranda cumplía 19 años. Según Luz, de grandes aspiraciones y actuar bondadoso. Con un futuro claro, si no llegaba a la Gran Carpa, el joven pelotero quería convertirse en profesional. Ser un licenciado en Educación Física era el ‘plan B’ para ayudar a su familia, que en el momento de su inesperado deceso, se solventaba únicamente del salario como guarda de seguridad de su progenitor.

“Todos saben quién fue”
El pasado domingo 16 de febrero, un grupo superior a 100 personas, marchó pacíficamente por las principales calles del municipio pidiendo que la muerte de Jorge Andrés no quedara en la impunidad.
“Todos saben quién fue, pero nadie dice nada porque no se quieren meter en problemas”. Esa es la respuesta que da Luz Yineth cuando se le pregunta por el paradero del conductor.
“El día que ocurrieron los hechos, él huyó. Aquí en Repelón no está. No nos han dado la cara, ni siquiera para decir lo siento. El muchacho fue gerente del acueducto en el municipio y es hijo de un prestigioso profesor. Cuando la gente fue a ver el accidente, iba tomando con dos mujeres. Una de ellas le decía: ‘¡lo mataste, lo mataste!’. Dejó la camioneta tirada en una trocha. Me dijeron que se fue en una moto hasta la entrada de Repelón. Unos dicen que se fue del país y otros dicen que está en Barranquilla. En las calles nos decían que llegáramos a la casa del responsable a tirar piedras, pero yo no soy una persona de hacer el mal y acá la gente nos aprecia mucho. Yo solo le pido a Dios que aclare todo. No hay nada más grande que la justicia divina”, agrega la mujer de 42 años.
Llanto eterno
Sepultado su hijo el 2 de febrero en el Cementerio Municipal de Repelón, Luz Yineth no ha dejado de derramar lágrimas. Es un dolor diario, irreparable. Apenas despierta, al salir de su cuarto, se encuentra con los pendones de fallecido de Jorge, su realidad.
“Mis otros dos hijos (Johana Alejandra y Nilson Junior) me dan fortaleza para seguir adelante, pero nunca voy a dejar de llorar a mi hijo. Lo acostumbrado es que los hijos entierren a sus padres, no que los padres entierren a sus hijos (nuevamente el llanto se hace presente)”.
Por recomendación de su madre y hermana, Luz Yineth ha dejado de asistir a la tumba de Jorge. “Por mí fuera todos los días, pero no me dejan. Eso me perturba más. Yo estuviera encantada de visitar a mi hijo todo el tiempo, pero eso psicológicamente lo friega a uno”.

El último regalo
Los Tigres de Repelón llegaron hasta la final de la Copa Recordar, pero no pudieron ante los Piratas de ‘Pirringo’ Linero, novena que revalidó su título alcanzado en 2019. Sin embargo, el gesto del campeón acaparó la atención. Junto con el trofeo de subcampeón, obtenido por los felinos, enviaron, exclusivamente para Luz Yineth, su galardón.
“Fue un acto muy humilde de sus compañeros traerme ese premio que ellos dicen que gracias a mi hijo, lo obtuvieron. Si él estuviera, hubiesen sido los campeones, eso me decían. Agradecida también con los compañeros de Barranquilla por haberme mandado el de campeones. Fue un lindo gesto”.
Mientras la justicia llega y los responsables asumen sus actos, Luz Yineth y su familia se adaptan abruptamente a su nuevo presente. Así como Jorge Andrés, sin dibujarlo por su mente le regaló esos dos trofeos a su madre, ella comenzó desde el pasado sábado un curso complementario para graduarse como auxiliar en enfermería, promesa que le hizo a su hijo un día antes de que un irresponsable cegara su vida.