
En 1989, Francisco Maturana tomó una de las decisiones más importantes como director técnico de la Selección Colombia al anunciar que disputaría en Barranquilla la eliminatoria al Mundial de Italia 90. En ese entonces, Maturana señaló que la amplitud del terreno de juego del estadio Metropolitano y el calor humano de los aficionados barranquilleros iban a ser de mucha ayuda para la escuadra nacional.
Maturana no se equivocó y en esta plaza la Selección no solo se sintió en casa, sino que alcanzó la clasificación a la Copa del Mundo de Italia. La historia se repitió para los siguientes mundiales de Estados Unidos 94 y Francia 98.
El año anterior, el técnico argentino José Pékerman, en medio de múltiples presiones para que se llevara la sede para Bogotá, respaldó la decisión que había tomado su antecesor, Leonel Álvarez, y confirmó a Barranquilla como sede para los partidos ante Uruguay y Paraguay.
Luego de los dos triunfos convincentes sobre estos dos rivales (4-0 sobre Uruguay) y 2-0 sobre Paraguay), con una excelente respuesta del público en las tribunas, nadie puso en tela de juicio la permanencia del equipo tricolor en esta plaza, siendo ratificada para el juego ante Bolivia, consiguiendo otro triunfo categórico (5-0) que lo acercó aún más a la clasificación al Mundial de Brasil 2014.
El éxito deportivo que ha tenido la Selección Colombia en Barranquilla tienen a nuestra ciudad a las puertas de acrecentar su leyenda como la plaza de las grandes gestas del combinado patrio. Aquí ya ha clasificado tres veces a los mundiales y aquí, en 2001, inició el camino que lo llevó a ganar la Copa América, el único título internacional que a nivel de selecciones mayores ha cosechado nuestro país.
Los números en materia de asistencia de público también respaldan a Barranquilla que, según un informe presentado por la Confederación Sudamericana de Fútbol, es la plaza que ha registrado el mejor promedio de aficionados en las eliminatorias. En 5 partidos jugados, ingresaron al estadio Metropolitano Roberto Meléndez 238.553 espectadores, para un promedio de 47.710 por juego.
Argentina quedó segunda con un promedio de 42.296 en 6 partidos y Uruguay tercera con 41.883, también en 6 partidos.
Antes de conocerse este informe, y antes del encuentro ante los bolivianos, el propio presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Luis Bedoya, había manifestado que no era lógico hablar de otra ciudad diferente a Barranquilla como sede de la Selección, por lo que se da por descontado que el equipo orientado por Pékerman jugará en el Metropolitano los partidos ante Ecuador, Perú y Chile, en los cuales estará en juego la clasificación.
Lo que ha ocurrido en esta eliminatoria ha sido la ratificación de que en el país no hay mejor plaza que La Arenosa para la Selección. De todo aquello a lo que se referían históricos de nuestro fútbol como el Pibe Valderrama, Faustino Asprilla, Chicho Serna, Freddy Rincón, Óscar Córdoba y Leonel Álvarez y de una época más reciente como Mario Alberto Yepes o Fabián Vargas, no era un capricho. Aquí es donde mejor se siente la Selección y donde los rivales se sienten realmente visitantes.
“Jugar a las 3 de la tarde en Barranquilla es bien bravo. No es solo el calor que te entra por arriba, sino el que se mete por los guayos. A los rivales los desgasta muchísimo y por eso le tienen más temor al calor de Barranquilla que a la altura de Bogotá”, reveló el exvolante antioqueño Mauricio Chicho Serna.
Con una gran Selección, como la que tenemos, y en una gran plaza, como la nuestra, no cabe la menor duda de que aquí nadie nos gana.
Por Manuel Ortega Ponce