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Es uno de los miles de inmigrantes que se han plantado en Barranquilla. Un día como hoy, pero en 2017, llegó a la capital del Atlántico en busca de un futuro próspero, lejos del caos político y el hambre. Pese a que practicaba el atletismo en Maracaibo, su tierra de origen, no pensó hacerlo en Colombia.

'Cuando llegamos yo no tenía pensado entrenar. Quería ayudar a mi familia, pero haciendo otras cosas. Mi mamá (Naira Sánchez) me motivó a entrenar, averiguó que en el estadio Metropolitano se podía correr y me motivó a ir', expresa Neiker Abello, velocista venezolano del registro del Atlántico y medallista de bronce en los Juegos Nacionales de Bolívar en la modalidad 4x100, junto a Gustavo Barrios, Raúl Mena y Luis David Saltarín.

'Soy un atleta alegre. Me gusta ayudar a los que están comenzando. También compito en los 200 metros y espero mejorar mis marcas el año que viene'.

Cinco años de experiencia en la Unidad Educativa Talento del Deportivos (UETD) en su ciudad natal fue la carta de presentación para que entrara al selecto grupo de atletas atlanticenses. Primero estuvo bajo las órdenes del entrenador Carlos Cantillo y luego pasó a recibir las enseñanzas de Aymer Castillo, su actual orientador.

'En Venezuela estudiaba como en un colegio deportivo. Yo entré allí por el fútbol, me hicieron pruebas y pasé, pero luego me sacaron de la lista. Me pusieron a elegir entre el taekwondo y el atletismo. Pensé que entrando en el atletismo iba a mejorar mi velocidad y resistencia para volver a jugar al fútbol, pero esto no pasó. Duré dos años así, pero nunca se me dio y le agarré fue amor al atletismo', expresa Neiker, residente con su familia en el barrio Villa San Pablo.

Lucha a gran velocidad

Neiker tiene dos hermanos: uno llamado Néider, también atleta, y Naimar, una joven de 23 años. Sus padres, Naira, labora como estilista y Delmiro, hace poco encontró un trabajo en un restaurante.

'Hemos tenido momentos muy duros siempre. El estar aquí, lejos de nuestro país es uno de ellos. Vivimos en arriendo y pagar servicios es muy duro. Los pasajes para venir a entrenar no los tenemos todos los días y llegamos trotando. Si venimos en bus, pero no tenemos para devolvernos, pedimos prestado a los compañeros. Gracias a Dios con las tres comidas sí la tenemos al día, poquito, pero a veces se nos da. Todo es por el sacrificio de ser alguien en la vida y ser reconocido en este deporte', expresa Neiker, nacido el 30 de marzo del año 2000 (19 años).

Sus espejos

Anthony Zambrano, subcampepón mundial en los 400 metros planos y el sudafricano Wayde van Niekerk, campeón olímpico y dueño del record en esta modalidad con un sello de 43.03 (registrado en Río de Janeiro 2016) son los dos referentes que lo impulsan en esta trabajada carrera.

Al ser Zambrano el hombre de la casa y el ejemplo de muchos atletas profesionales o en formación, Neiker siente admiración.

'Como corredor es el que me motiva a estar cerca de él, romper el record y superarlo. Veo como modelo también a gente de afuera como Van Niekerk. Se trata también de mirar otros grandes deportistas que hacen y han hecho historia para seguir evolucionando'.

Correr por otro país, besar otro escudo y celebrar por una bandera diferente hacen sentir raro al joven atleta. Sin embargo es consciente que la oportunidad que ha tenido en Barranquilla quizá jamás se le hubiese cruzado en Venezuela.

'Es raro. Yo viví toda mi vida en Venezuela. Es raro, pero es una satisfacción representar a una selección. Se me venía negando con Venezuela, pero aquí me abrieron los brazos y me sienten como una más', expresa con firmeza.

Con ese mismo ímpetu, Neiker espera que su nombre en 2020 retumbe como el de Anthony Zambrano.

Especialista en vallas

El menor de los Abello. Néider, de 17 años y con 1.76 metros de estatura, también compite por el Atlántico, pero en los 400 y en los 110 metros vallas. 'Yo tengo una historia bastante particular. Duré dos años, aún entrenando atletismo en Venezuela, querer pasarme al esgrima, pero aquí en Barranquilla, cuando fui al sub-18 y quedé de tercero, me enamoré de las vallas. En los Juegos Supérate fui mejorando, lo dudaba mucho en quedarme en el atletismo, pero este año fue fundamental para elegirlo. Quedé de segundo, quería el primer puesto porque quería la beca. Mejoré mis marcas pese a ir con unos zapatos dañados y lesionado', comenta el atleta venezolano que se pone a bailar antes de correr para 'quitarse los nervios'. Néider espera estudiar Cultura Física, Deportes y Recreación, Diseño Gráfico o Administración de Empresas.