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El abatido jefe del ‘Clan del Golfo’, segundo en esa organización narco paramilitar, Roberto Vargas Gutiérrez, alias ‘Gavilán’, según las autoridades era también el terror de las menores vírgenes, a quienes pretendía a través de presión armada contra los padres, con el ‘premio’ de una finca o el castigo de asesinarlos de no conseguir su morboso propósito sexual, en las áreas rurales de Chocó y Antioquia.

Asimismo, las autoridades indicaron que ‘Gavilán’ era 'uno de los capos más excéntricos del ‘Clan' y que 'se caracterizaba por comportamientos sexuales con niñas entre los 14 y 17 años, a quienes ordenaba tatuarse con su imagen; pagaba entre 10 y 15 millones de pesos por niña virgen, y adecuaba viviendas en plena manigua con excelsos productos importados, como whisky, pescado, caviar y quesos'.

De allí surgió su remoquete como ‘Gavilán’ en las organizaciones al margen de la ley de las cuales hizo parte, primero, del extinto EPL, luego las autodefensas en Córdoba, donde recibió órdenes del extraditado Salvatore Mancuso, y de allí pasó a las filas de las ‘Águilas Negras’, ‘los Urabeños’ y ahora ‘Clan del Golfo’.

Alias ‘Gavilán’ fue hombre de confianza de alias ‘Don Mario’, capturado el 15 de abril de 2009, también en zona rural del Urabá. A partir de allí empezó su ascenso en la organización criminal ‘Clan del Golfo’, por su sanguinaria personalidad y astucia para el negocio del envío de coca hacia otros países.

‘Gavilán’ tenía 22 órdenes de captura en su contra, por los delitos de homicidio y concierto para delinquir, narcotráfico, desplazamiento forzado, pero además su nombre figuraba en la lista azul de la Interpol.