Ya no sabemos a quién recurrir en busca de justicia, pero es evidente que nadie hace nada, y los que hacen, solo nos perjudican. En este tipo de mercados debe haber un tope, sobre todo cuando tus costos son tan bajos porque dependen de San Pedro (las lluvias); mientras los usuarios ya no sabemos ni a quien rezarle.
Se ha vuelto más importante para el gobierno ganar todas las batallas políticas que abordar las necesidades reales de esos adultos mayores que con su trabajo desde cualquier escenario han construido este país y a los cuales con esta reforma se les cambiaría la vida por completo.
No nos confundamos. El propóstio de este evento no es hacer oposición, ni para decir que estamos en favor o en contra de x o y. Es para gritar bien alto que estamos hartos, hastiados y con miedo. Marchar es nuestra forma de recordarle al poder que estamos aquí, que tenemos voz y que queremos que nos escuchen. Ya no importa si eres de derecha, izquierda o si ni siquiera sabes dónde estás parado políticamente.
Tenemos que encontrar un balance, y más aún, cuando la construcción se ha estancado por medidas nacionales, no ayudemos a que la debacle sea mayor. Siempre habrá margen de mejora, pero creo que Barranquilla en los últimos años ha logrado tener un buen equilibrio: se ha generado empleo, la gente tiene más oportunidad de vivir dignamente, la expansión en tierras se ha contenido a zonas aptas para este fin.