Por dónde se lo mire, la situación lleva a Natalie al borde del abismo. Y eso que ella tiene un trabajo formal, donde le pagan cumplidamente el mínimo. Qué será de las millones de Natalies que enfrentan iguales costos, pero viven del rebusque haciendo 15 o 20 mil pesos al día, y no los 36 mil que recibe Natalie.
Creemos una Colombia en armonía consigo misma. Donde nos conozcamos, respetemos la dignidad de los demás, y cambiemos la cultura de hablar mal de todo, por la de hablar bien de nosotros. Cuidemos a nuestros animales, bosques y sabanas; a nuestro suelo y subsuelo. Hagamos lo que hagamos, quitemos el dilema de “esto O lo otro". Podemos hacer “esto Y lo otro”, siempre que sea con plena consciencia de las consecuencias; sin sacrificar el futuro por el presente.
En sólo tres meses, los hechos de Ucrania cambiaron las estrategias energéticas de Europa, con repercusiones duraderas y profundas en el mundo entero. Si no se puede depender confiablemente del gas y petróleo rusos, eso implica redibujar el mapa mundial de los hidrocarburos, e inclusive del carbón y la energía nuclear, que habían sido relegados al descrédito por las estrategias de cambio climático. En adelante, por cruciales y urgentes que éstas sean, se las debe compatibilizar con los riesgos geopolíticos y de suministro energético confiable.
Ahora se debe revertir la migración de talento, relevancia y negocios desde Bogotá hacia las regiones y abordar las demás tareas, que imponen unirnos, y dejar el predicamento simplista y gris de “parar a Petro”. La campaña política actual es el mejor momento para “ponernos a hacer algo” en común, serio, relevante y efectivo, que nos permita derrotar a los enemigos comunes. Siento que eso es lo que debemos oír de los candidatos.