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Las aguas de este cauce quedaron putrefactas. Nadie podía bañarse, nadie podía pescar en ellas, nadie podía beberla'. Así recuerda *Jairo las acciones que diferentes grupos armados ejercieron durante los años 2001 y 2005, a lo largo del Canal del Dique, donde las autoridades presumen que más de 900 cuerpos fueron arrojados y la navegabilidad fue utilizada para un desplazamiento 'más rápido' de esos actores del conflicto que ejercían presión en las comunidades ribereñas.

Pero no solo esta área de la región fue víctima directa del conflicto armado. Los Montes de María (Bolívar), la Sierra Nevada de Santa Marta, así como diversos cuerpos de agua y terrenos del Atlántico, César, Sucre y Córdoba recibieron los impactos directos de la guerra.

*José, un campesino de Córdoba, recuerda cómo a mediados de la década de los 90 'los hombres con camuflado' llegaron y destruyeron parte del ecosistema del río San Jorge para desviar o extraer el agua para sus beneficios en grandes solares de Montelíbano.

Estos antecedentes fueron dos de los tenidos en cuenta para que la Unidad de Investigación de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) reconociera como 'víctima silenciosa' al medioambiente en el país, además este escenario tendrá un capítulo especial dentro del informe que presentará la Comisión de la Verdad el próximo 28 de junio.

Esos dos escenarios fueron tomados en cuenta luego de los diferentes estudios independientes e informes de representantes de víctimas que, a lo largo de los últimos años, realizaron diversos ambientalistas e ingenieros que los ha llevado a calificar como 'devastador' los impactos del conflicto en los ecosistemas del país. También resaltan que en la actualidad no ha habido una medición objetiva de esos estragos, pues 'existe un vacío jurídico' que impide ordenar un estudio de dichos estragos. (Ver recuadro)