Gobierno y Eln, a acelerar el paso en el proceso de diálogo
El senador Iván Cepeda dijo que ya se han surtido los trámites jurídicos para llevar a cabo las negociaciones con esa guerrilla. Expertos analizan las últimas movidas.
Los acercamientos entre el gobierno y el Eln para el inicio de unas negociaciones han recortado distancia. La aceptación de Venezuela para ser garante del proceso, el viaje de la delegación de esa guerrilla al vecino país para reunirse con el Comando Central (Coce) y el surtimiento de los trámites jurídicos para iniciar los diálogos dejan claro el acelerador que se le ha metido al asunto.
Hace un mes, ambas partes se vieron las caras en Cuba y desde entonces los equipos han hecho lo pertinente para el reinicio de las conversaciones.
El senador Iván Márquez aseguró que lo anterior es muestra de “toda la voluntad” que tiene el Gobierno de iniciar pronto los diálogos con esa guerrilla.
En diálogo con Caracol Radio, el congresista dijo que los resultados que se han mostrado indican que el Gobierno se está “aproximando a ese objetivo”.
EL HERALDO consultó a varios expertos en seguridad para analizar las últimas movidas en esta materia e indicaron que lo que se busca es cumplir con el diseño que tenía la mesa de negociación antes de que se presentara la ruptura en enero de 2019 y donde Venezuela ya era garante.
Tatiana Prada, investigadora de Conflicto y Violencia organizada de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), indicó que en la actualidad el Gobierno reconoce que no es un reto fácil en términos de tiempo todo lo relacionado con esta negociación, teniendo en cuenta el antecedente con las Farc que terminó siendo un proceso que se extendió entre seis y ocho años.
“Petro hoy tiene cuatro años por delante y sabe que si se quiere llegar a algún logro o algún tipo de acuerdo tiene que tener a su favor la carta del tiempo, y por eso desde el día uno que fue electo empezó a dejar claras sus posturas, a retomar el contacto con el Eln porque se necesita tener el tiempo a favor”, dijo la analista.
Por otra parte, Prada destacó que el Gobierno ha sido insistente en que se van a retomar las cosas en el punto en que se dejaron con el gobierno Santos y que se va a retomar la agenda que ya estaba establecida. “En ese sentido hay cosas que se facilitan”, pues “eso evita hacer ciertos pasos desde cero, teniendo en cuenta que ya hay una agenda diseñada y hay una delegación nombrada por el Eln”.
Para la analista el tema de Venezuela es “clave” no solo porque el Eln haya solicitado muchas veces la participación de este país, sino que hay dos elementos clave en el conflicto con esa guerrilla: Uno es que la parte más fuerte del Eln hoy está en la frontera con Venezuela y el otro elemento tiene que ver con la población que habita en la zona de frontera.
“Hay una población colombiana y venezolana que reside en la frontera y que se está viendo profundamente afectada por la violencia del Eln y por su confrontación con otros grupos armados y en ese sentido pues este tema también convoca a Venezuela”, dijo Prada.
Reynell Badillo, investigador del Centro de Pensamiento UNCaribe, consideró el hecho de que el gobierno esté apresurado por negociar puede jugar en contra de sus propios intereses, debido a que sus primeras declaraciones, aunque fueron acertadas en términos estratégicos, “son pésimos” mensajes que envía a un grupo en armas con el que quieres negociar.
“El gobierno está haciendo varias concesiones sin haber ni siquiera iniciado un diálogo formal con ningún grupo armado. Eso puede incentivarlos a mostrar mayor capacidad de fuerza para llegar fuertes a las negociaciones y exigir todavía más”, consideró el experto.
Badillo destacó que los gestos de buena voluntad tienden a crear confianza entre las partes, pero pueden incentivar también escaladas temporales de violencia. “Las declaraciones recientes del Eln (cuestionando la “paz total” y diciendo que la guerra es necesaria) son muestras de que la guerrilla puede no estar tan apresurada para una negociación como lo está el gobierno. Eso puede jugarle en contra a un gobierno que parece tener las mejores intenciones, pero pocas estrategias para conseguirlas”, dijo.
Las negociaciones de paz son costosas en términos de personal, recursos económicos y, principalmente, de tiempo. El académico acotó que los diálogos de La Habana con las Farc tomaron cuatro años (sin incluir aquí la fase exploratoria, que fueron otros dos años), por lo que cree que “no hay razones para pensar que con el Eln vaya a ser más fácil”.
Bajo esa lógica, ambos expertos convergen en que tiene “mucho sentido” el hecho de que el Gobierno esté dedicando tantos recursos a esta negociación desde muy temprano, pues creen que esa sería la única forma que tiene de cumplir con su promesa de campaña en este aspecto.
