El Heraldo
Francisco Palmieri es el responsable de negocios de la Embajada de EE. UU. en Bogotá. Luis Rodríguez
Colombia

“Que el sometimiento sea un proceso de justicia en el que no haya impunidad”

El embajador encargado de Estados Unidos en Colombia, Francisco Palmieri, en visita a EL HERALDO, habló sobre narcotráfico, ley de sometimiento, Venezuela, migración y la evolución de Barranquilla.

Desde junio de 2022, el experimentado diplomático Francisco Palmieri se desempeña como embajador encargado de Estados Unidos en Colombia. Su llegada coincidió con el ascenso al poder del primer gobierno de izquierda en la historia del país, el de Gustavo Petro, del que dice tienen más coincidencias que diferencias en su intensa agenda común. 

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Tan directo como franco, señala que la relación bilateral hoy es más fuerte que nunca, pero no oculta su preocupación sobre asuntos relacionados con la expansión de las áreas cultivadas con coca, la complejidad de la paz total, el impacto en las víctimas del proyecto de sometimiento de las mafias de narcotráfico y el futuro de Monómeros.

P.

Tras la décima ronda del Diálogo de Alto Nivel entre Estados Unidos y Colombia en Washington, la primera en el gobierno de Gustavo Petro, ¿en qué punto se encuentra la relación bilateral?

R.

Es más fuerte que nunca. Aunque es un gobierno histórico en la representación de la izquierda en el poder ejecutivo del país, compartimos mucho con él. La lucha para proteger el medio ambiente, el esfuerzo por más justicia en la inclusión de comunidades marginadas y dejadas atrás es sumamente importante para el presidente Biden, como para el presidente Petro. Se abrieron muchos caminos de cooperación a través de diferentes grupos de trabajo y hemos avanzado mucho.

P.

Frente a la lucha contra el narcotráfico, por ejemplo, ¿cuáles son nuestras diferencias y coincidencias?

R.

Siempre hay más coincidencias entre gobiernos democráticos en la lucha contra el crimen internacional. Eso, primero. Pero también hay diferencias porque el presidente Petro ha expresado claramente su preocupación con los resultados de este esfuerzo. No solamente dentro de Colombia, también en Estados Unidos, donde el consumo de drogas es gran parte del problema. Reconocemos eso. Tenemos una nueva estrategia holística que trata el narcotráfico no solamente en cuanto a las drogas, sino también en la explotación del medio ambiente y la violencia en las zonas rurales. Entendemos que Colombia busca no solo castigar el cultivo. Eso requiere un esfuerzo conjunto para tratar las raíces de la situación, reconociendo que los territorios han asumido buena parte del costo de la lucha y por eso se debe enfocar más en cómo atacar a los capos y a los líderes criminales. 

P.

¿Cómo sería esa estrategia, teniendo en cuenta que además existen extensas zonas de cultivos ilícitos que si no se erradican darán pie a más producción de cocaína?

R.

La erradicación siempre ha sido una herramienta importante en el esfuerzo contra el narcotráfico. Esas cantidades de hectáreas que nos preocupan también deben ser motivo de preocupación para Colombia, porque con tanto cultivo de coca enfrentará problemas. Compartimos la visión de crear oportunidades lícitas para que el campesino tenga alternativas. Las necesitan. Entendemos que se quieren preservar sus comunidades. Pero, si no se va a erradicar, se tiene que aumentar la interdicción. En eso enfocamos gran parte del diálogo en Washington: en cómo los Estados Unidos puede trabajar de cerca con el Ejecutivo en sus esfuerzos. Hemos dicho que somos amigos, tenemos relaciones muy maduras y podemos discutir este tema de manera directa porque la erradicación será un reto para el Gobierno si siguen creciendo los cultivos de droga en el país. 

P.

¿Se corre el riesgo de descertificación?

R.

No hemos llegado a ese punto. Eso vendrá en el futuro. Lo que yo he visto es que en Colombia todavía tenemos un socio comprometido para enfrentar el narcotráfico, con otro énfasis frente a gobiernos anteriores, y tenemos también una nueva estrategia holística. Por tanto, debemos buscar la manera de juntar esfuerzos para ser más eficaces contra el narcotráfico. 

P.

En esa estrategia holística, ¿cómo es ese trabajo interno en Estados Unidos?

R.

Es nuestro esfuerzo para combatir la adicción y el consumo. El gobierno del presidente Biden ha invertido más que ninguna otra administración en la historia: casi 20 mil millones de dólares dentro del país para tratar de reducir el consumo y la demanda. 

P.

En relación con los capos, ¿cómo perciben la reconfiguración criminal en Colombia alrededor de nuevas figuras que producen, trafican y sacan droga hacia Estados Unidos?

R.

Estamos monitoreando eso muy de cerca. Hasta ahora, los grupos colombianos siguen totalmente en control del mercado y el negocio. Por supuesto que nos preocupa la influencia de carteles de otros países. Muchos hablan de los mexicanos, pero la realidad es que todavía enfrentamos un problema que es colombiano y hay que enfocarse en los líderes de sus diferentes organizaciones criminales. 

El embajador disfruta visitar las ciudades de la Costa, en la que explica que su país tiene mucho para aportar en transición energética. Luis Rodríguez
Entendemos que el sometimiento es una importante herramienta para el Gobierno, pero también nos preocupan las víctimas
P.

Muchos de esos grupos criminales están llamados a ser parte de la paz total: disidencias de Farc o Clan del Golfo, por ejemplo. Han expresado interés, pero siguen adelantando acciones criminales. ¿Cómo lo analizan?

R.

Es difícil para todos entender el esfuerzo de lograr la paz con grupos dedicados a niveles de violencia que perjudican a la sociedad. Estados Unidos está siempre del lado de la paz. Hemos invertido casi mil millones de dólares en la implementación del Acuerdo de Paz de 2016, en octubre de 2022 fuimos los primeros en firmar el acompañamiento al capítulo étnico y nuestro compromiso es claro. La integralidad de la paz total del Gobierno toca a grupos criminales y a otros políticos, históricamente. He tenido pláticas privadas con Danilo Rueda (alto comisionado para la Paz), con el senador Iván Cepeda y diferentes miembros del equipo de negociadores. Queremos apoyar, estamos monitoreando, pero hasta que entendamos totalmente la hoja de ruta en el marco no participaremos de manera formal. 

P.

Habla del marco normativo, como el proyecto de ley de sometimiento. ¿Eso es lo que evalúan antes de dar el siguiente paso?

R.

Entendemos que el sometimiento es una importante herramienta para el Gobierno, pero también creo que, como parte de la comunidad internacional, nos preocupan las víctimas. Que no haya impunidad en el país y que lo alcanzado con el sometimiento sea un proceso de justicia que la sociedad entera apoye. Estamos viendo cómo avanza la legislación del sometimiento para ofrecer nuestra ayuda si el Gobierno nos la pide. 

P.

¿Cree que es posible que puedan evolucionar las condiciones para que se aclimate un diálogo integral con tantos actores en sus distintos escenarios?

R.

Los históricos grupos guerrilleros que ha enfrentado el Gobierno es una cosa. Las bandas criminales u organizaciones transnacionales con vínculos en otros países, pues creo que será difícil lograr algo con ellos. Pero la intención del Gobierno tiene lógica: no se puede alcanzar la paz en el país sin que sea integral. El reto es que son criminales. Algunos líderes querrían retirarse de la ilegalidad, pero, ¿cómo van a controlar a los que están debajo? Será una pregunta que deberá responder la paz total. 

P.

El proyecto de sometimiento propone incentivos, como dejarles un porcentaje de sus rentas ilícitas, ¿qué tan atractivo podría ser?

R.

No sé qué será atractivo para los grupos criminales. Pero lo que tiene que asegurar este proceso, para que muchos creamos en él, es la aplicación de una justicia restaurativa que requerirá compromiso del lado de los criminales de reconocer el daño que han hecho a sus víctimas y que paguen con sus recursos la reparación a la gente que ha sufrido.

Quiero destacar lo que hace el alcalde Jaime Pumarejo, que ha tratado de reorientar la ciudad hacia el río, protegiendo la Ciénaga de Mallorquín
P.

Otro de los retos que compartimos es el de atender los flujos de migración irregular. Cada vez más personas se arriesgan a recorrer la peligrosa travesía por el Tapón del Darién. ¿Cómo encarar esta crisis humanitaria?

R.

Como colombo-americano, siento orgullo de ver cómo Colombia ha tratado a miles de migrantes venezolanos. Ha otorgado más de dos millones de permisos por protección temporal (PPT) y es un ejemplo para la región y el mundo. Además, ha hecho grandes esfuerzos para integrarlos, pero aún podemos hacer más. A través de nuestra embajada en Panamá y en Bogotá, organizamos en el Darién una reunión trilateral entre los Estados Unidos, Colombia y Panamá para ayudar a las fuerzas públicas de cada país a identificar y realizar operaciones contra quienes explotan este flujo migratorio. También tenemos programas de cooperación internacional en Necoclí para atender a esta población. 

P.

Si Venezuela no recupera sus condiciones democráticas, políticas y socioeconómicas, el éxodo no se detendrá. El presidente Petro anuncia una conferencia internacional para promover el diálogo con Caracas. ¿Confirman su participación?

R.

Sí. Es una convocatoria para países democráticos en el hemisferio y Europa que quieran promover una solución democrática para Venezuela, apoyando a ambos lados en sus negociaciones en México. Respaldamos este esfuerzo del presidente Petro y del canciller Leyva. También el presidente Petro quiere invitar a la oposición venezolana a Colombia a hablar con él para que pueda entender de primera mano su perspectiva. Esas reuniones serán una contribución muy importante de Colombia para ayudar a Venezuela a buscar una salida a su crisis e impulsaría la relación bilateral. 

P.

¿Ahí cómo podría Estados Unidos sumar esfuerzos? Porque siguen sin reconocer el gobierno de Nicolás Maduro.

R.

Solo le puedo decir que esta es una situación sensible y que todos los colombianos, como Estados Unidos, quieren una mejor situación en Venezuela

P.

En Barranquilla se encuentra Monómenos, una empresa 100 % venezolana, que está a la espera de renovar la licencia de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que vence el próximo 30 de junio. ¿Sabe en qué estado se encuentra ese trámite?

R.

Monómeros es una compañía muy importante en la economía de Colombia y el Gobierno colombiano debe pensar en cómo manejar su situación para asegurar la estabilidad no solo de los empleados vinculados a ella, sino también el impacto de lo que produce para el sector agricultura del país y en otras áreas. Solo diré que el Gobierno debe considerar su manejo. 

P.

Lo vimos disfrutando en Carnavales. ¿Le gusta Barranquilla?

R.

Yo vengo de un pueblo costeño de Estados Unidos, en Nueva Inglaterra, y me encuentro muy cómodo en la Costa. En Barranquilla, Santa Marta, Cartagena, siempre encuentro una vida con mucha actividad y esperanza para el futuro. Siento más la conexión entre los pueblos, por eso cada vez que puedo visitar Barranquilla, en la región Caribe, es un día alegre. Muchas gracias por recibirme en EL HERALDO

P.

Estamos conmemorando 210 años. Lo hacemos mirando al futuro convencidos de que hay que acelerar nuestros motores de desarrollo sostenible para asegurar progreso social y económico. ¿Cómo seguir creciendo?

R.

Fue uno de los temas del Diálogo de Alto Nivel en Washington. Por ejemplo, cómo puede Estados Unidos aportar para mejorar la conectividad del país en las zonas rurales para que esos territorios puedan integrarse mejor con las ciudades. O cómo podemos promover la transición energética, porque hay muchas posibilidades en la Costa con el sol o el viento, que pueden contribuir a reducir el costo de la electricidad. En definitiva, la sostenibilidad es sumamente importante. Quiero destacar lo que hace el alcalde Jaime Pumarejo, que ha tratado de reorientar la ciudad hacia el río, protegiendo la Ciénaga de Mallorquín, pero a la vez transformando la inversión en esa zona para dar un impulso económico a la ciudad, posicionando su perfil a nivel nacional. Por tanto, el río debe ser un recurso para la ciudad, que históricamente ha estado detrás de ella, y creo que Pumarejo ha señalado una importante oportunidad para Barranquilla.

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