
“¿Cómo vienen a hablar de paz quienes siembran la guerra?”: Duque a Rusia
Gobierno recibió un respaldo de sus miembros, pero hubo críticas por la ola de violencia en el país.
El presidente Iván Duque defendió ante el Consejo de Seguridad de la ONU el proceso de paz y destacó el “respaldo casi unánime” de sus miembros, aunque abundaron entre las intervenciones las expresiones de preocupación por los numerosos actos de violencia cometidos contra activistas de derechos humanos o líderes sociales.
Duque, que había solicitado intervenir personalmente ante el Consejo, expuso algunos de los que consideró principales logros nacidos del proceso de paz, que cumplió cinco años a fines de 2021: el principal, la reducción de la violencia durante el último cuatrienio, a niveles –aseguró– nunca vistos en los pasados cuarenta años, tanto en asesinatos como en secuestros.
Reconoció, sin embargo, que no puede “cantar victoria” cuando persisten abundantes atentados que en los últimos años están ensañándose contra líderes sociales, indígenas como afroamericanos, que fueron recordados por prácticamente todos los oradores que tomaron la palabra en el Consejo de Seguridad y que exigieron a Colombia un mayor esfuerzo para proteger a todos los activistas amenazados.
Como ya es habitual, el presidente atribuyó esta violencia a grupos armados del narcotráfico, cuya existencia es también atribuible a dos factores externos: uno, el apoyo que reciben en la región de Arauca de “un país limítrofe” –en alusión a Venezuela, que no nombró– “que da protección, santuario y patrocinio a estos grupos terroristas”.
Pero, además, extendió también la responsabilidad a los países donde se registra un elevado consumo de cocaína, un consumo que no es otras cosa sino “combustible para el narcotráfico” y por el cual pidió un esfuerzo de “corresponsabilidad” para ayudar a Colombia a vencer esa plaga.
Aseguró que bajo su mandato Colombia ha batido récords de erradicación de plantaciones de coca y también de incautaciones, con 670 toneladas solo el pasado año, pero pese a ello “el consumo mundial sigue creciendo”, lamentó.
En cuanto a las denuncias sobre abusos de las fuerzas de seguridad en sus operaciones contra los grupos armados, que con frecuencia acaba pagando la población civil, Duque quiso exonerarlas de responsabilidad.
“La fuerza pública se gana a diario el afecto de la ciudadanía”, sostuvo, y añadió que existen suficientes “mecanismos de control” que garantizan “cero tolerancia con las violaciones de derechos humanos”.
Víctimas en el Congreso
Carlos Ruiz Massieu, jefe de la Misión de la ONU y representante especial del Secretario General en Colombia, presentó ante el Consejo de Seguridad de ONU el Informe Trimestral del Secretario General del organismo sobre la implementación del Acuerdo de Paz.
En su intervención el funcionario destacó que el actual ciclo electoral ilustra “algunos dividendos de la paz”, por lo que afirmó que “la democracia colombiana se verá enriquecida por el aumento de la voz de las víctimas en el congreso”, palabras con las que el jefe de la Misión confío en que el nuevo Congreso trabajará en asuntos pendientes de agenda legislativa del Acuerdo.
“A pesar de los desafíos, incluyendo la situación de seguridad, los ex miembros de las Farc-EP y los miembros del Partido Comunes lograron participar en la campaña y votar en las elecciones al Congreso por segunda vez desde la firma del Acuerdo”, dijo Ruiz Massieu.
Para el funcionario, la paz de Colombia “es invaluable”. “En un mundo de divisiones geopolíticas, guerras interminables y multiplicación de conflictos, Colombia envía un mensaje claro: es hora de invertir en la paz”, dijo.
En su intervención, el representante Especial del Secretario resaltó el legado de Comisión de la Verdad, pues este será “más que una narrativa unívoca sobre el pasado”, y consistirá en traducir esa pluralidad de experiencias en recomendaciones e iniciativas concretas que contribuyan a superar dinámicas que impulsaron y prolongaron el conflicto.
Dentro del Consejo de Seguridad, Duque se encontró con una sorpresa: Rusia, que en las anteriores sesiones referentes a Colombia se había alineado en lo fundamental con los otros miembros del Consejo, marcó claramente distancias en esta ocasión, evidenciando una vez más sus discrepancias geopolíticas con las otras potencias, exacerbadas tras la invasión de Ucrania por fuerzas rusas.
El embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, advirtió al tomar la palabra: “Otros les van a decir bonitas palabras y evitar cuestiones peliagudas, pero nosotros decimos la verdad y no vamos a disimular nuestra cada vez mayor inquietud con el proceso de paz”.
Nebenzia dijo que los problemas son crecientes, y que el Gobierno de Bogotá no es capaz de vencer el descontrol del narcotráfico, la influencia de grupos criminales, los ataques contra los participantes en el proceso de paz.
“Se está destruyendo lo que el pueblo colombiano logró con tantos esfuerzos”, dijo Nebenzia, quien habló de “fracasos importantes”.
Ante las críticas rusas, Duque solicitó de nuevo la palabra y recordó que aceptaría “comentarios constructivos”, pero no toleraría que “quienes hoy laceran a un pueblo inerte nos manden mensajes mientras cometen hechos fratricidas (...). ¿Cómo vienen a hablar de paz quienes siembran la guerra y la desolación?”, dijo.