
Del siglo XIV al 2019: los hallazgos Malibú que llegaron a Malambo
En el Muma se encuentran decenas de cajas y canastas que contienen piezas arqueológicas de la comunidad asentada en la depresión momposina y halladas en Magangué..
En la Secretaría de Educación de Malambo, Atlántico se guarda en unas cajas de madera un tesoro histórico para nuestro país. A mano izquierda de la entrada principal la palabra Muma indica que se ha llegado al Museo arqueológico, antropológico e histórico Carlos Angulo Valdés. A un costado otra puerta abre a la historia. Por allá en el siglo XIV quizá no existían los megáfonos con los que los vendedores ambulantes anuncian hoy las ofertas de plátanos por las calles del municipio, pero sí había una comunidad cerca a la depresión momposina que tenía a la yuca y el maíz como parte de su dieta.
Malibú puede trasladarnos a California, en Estados Unidos. Pero también data de una población. Una cercana a los mokaná que tenía una estructura social consolidada, según las investigaciones. De esas, precisamente, fue que se realizó un hallazgo arqueológico ocurrido en el marco de la construcción de la conexión vial Yatí-Bodega y que llegó el pasado 3 de septiembre a las instalaciones del Muma.
En la zona de construcción se hallaron 53 individuos, 106 vasijas, 799 846 fragmentos de cerámica, 22 643 restos de fauna y 775 líticos en un proceso liderado por la arqueóloga Natalia Álvarez Correa. Fernando Montejo, coordinador del grupo de patrimonio del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icahn), explica que este es un sitio que se identificó en 2017 en el marco de un proyecto de arqueología preventiva. Estos son los que están como obligación en la ley general de cultura.
“Se identifica este sitio que corresponde a un contexto funerario y doméstico prehispánico que tiene una cronología alrededor del siglo XIV, fecha del año 1300 más o menos. Tiene evidencia cerámica importante, un gran número de piezas completas, y también hallazgos de restos óseos humanos, de enterramientos. Estos últimos son escasos en la región y son importantes porque los análisis nos van a permitir conocer más”, señala.
Como responsable de las intervenciones sobre estos bienes, la arqueóloga titular del proyecto inició la búsqueda de un espacio idóneo para garantizar la conservación del material encontrado. Fue Malambo el sitio que, tras estudios, se encontró como espacio “para la conservación temporal de las piezas y fragmentos de la colección”, según indica el Icahn.

Hallazgo
En 188 canastas que contenían cerámica, 11 con elementos óseos, 6 de fauna, 2 líticos, 2 de manufactura, 3 de carbón y semillas y 113 cajas de madera en las que están embaladas 106 vasijas y los 8 cráneos mejor conservados llegaron a Malambo los hallazgos realizados en Magangué, Bolívar que después de un amplio estudio encontraron un nuevo hogar.
Este nuevo hogar es precisamente un territorio muy rico en el subsuelo arqueológico. “Antes de que urbanizaran el municipio, uno enterraba una pala y encontraba un objeto arqueológico. En la década del 50 y parte del 60 se hicieron las primeras excavaciones científicas de Malambo, fueron del profesor Carlos Angulo Valdés, que es como se llama el museo”, indica José Serrano, director del museo.
Estos sitios arqueológicos del Bajo San Jorge están relacionados con otros que están en la zona de La Mojana y de la depresión momposina en general. Estuvo ocupada por un tiempo largo. Este sitio puntualmente en la arqueología se conoce como un sitio tardío, es decir muy reciente en el tiempo arqueológico.
Es un hallazgo grande, dice Montejo. Tiene gran cantidad de piezas cerámicas completas, restos óseos humanos que permitirán saber si eran hombres o mujeres o de qué edades hablamos. Es posible, por ejemplo, determinar algunas enfermedades asociadas a la muerte de estas personas.
“Eran poblaciones sedentarias que tenían seguramente una organización social con personajes principales que organizaban las actividades de la vida cotidiana, que aprovecharon muy bien los recursos del medio. Se están encontrando con regularidad en zonas asociadas a la ciénaga, a los cuerpos y espejos de agua, hay unas preferencias por esos lugares. Poblaciones agrícolas que aprovecharon la yuca y el maíz, estos dos fueron identificados en los análisis especializados que se hicieron”.
Los contextos funerarios prehispánicos de esa región con normalidad tienen ajuar funerario. De aquellos enterramientos se puede determinar mucho y es eso lo que justamente se podrá investigar. “Cuando moría la persona lo enterraban con objetos que normalmente son cerámicos o líticos. Es posible hablar de unas prácticas asociadas al enterramiento que incluye una concepción sobre la muerte”.

Importancia
De acuerdo con los datos arqueológicos, nuestra historia comenzó al menos 12 mil años atrás. Esto como un dato importante para resaltar que “nuestra historia no comenzó con la llegada de los españoles sino que es mucho más antigua”, como lo destaca Montejo. Y hallazgos como estos permiten “conocer cómo las poblaciones desde esos años ocuparon esos territorios y cómo se relacionaron con el medio, su organización social, unos interrogantes que se resuelven con este tipo de hallazgos y por eso es importante su preservación”.
“La importancia de este hallazgo nos invita a todos los ciudadanos a cuidar cada uno de esos vestigios arqueológicos que se encuentran en el territorio, que no sea visto como algo que se puede comercializar. Son valiosos porque son parte de nuestra historia”, sentencia.

Debate
Ante la llegada de los restos arqueológicos a Malambo, el departamento de Bolívar en cabeza de su gobernador, Dumek Tubay, expresó el descontento. Lo anterior porque consideran pertinente los hallazgos se conserven en Magangué, sitio donde fueron encontrados.
El Icahn por su parte respondió que evaluó y aprobó la propuesta del espacio y expidió el registro y tenencia de material arqueológico al Museo de Malambo, “que podría ser modificado una vez se defina el espacio definitivo que albergará tan importante colección”.

El MUMA
Por más de 18 años estuvieron rodando varias piezas arqueológicas halladas en Malambo por diferentes sitios, lo que hizo que muchas de ellas se deterioraran o acabaran completamente. “Hace cuatro años y medio decidimos buscar un sitio donde esos hallazgos pudieran reposar. Logramos que el consejo municipal decretara la creación del Museo de Malambo y nos dimos a la tarea de buscar un sitio. Se nos ofreció este espacio, que no es el más adecuado, pero decidimos estar aquí”, explica el director del Muma, señalando además la relación directa que tienen con las universidades para un crecimiento apoyado en expertos.
“Aquí nunca se le ha dado esa importancia a lo que tiene que ver con el estudio arqueológico, siendo Malambo un territorio rico. Fuimos avanzando y obteniendo el reconocimiento del Icahn, del Sistema Museológico Colombiano, incluidos en la red de museos”, cuenta Serrano.
En el Taller Construyendo País desarrollado en octubre dela año pasado se solicitó la construcción de “un museo con todas las de la ley”. “Se comprometió y llamó a todas las partes, Alcaldía, Gobernación y MinCultura. La idea es hacer un nodo cultural donde esté la biblioteca, la casa de la cultura y el museo”, finaliza Serrano, comunicador social de profesión.