Naylin Morón, de 28 años, aún lucha por su vida en una clínica en Valledupar tras ser baleada por atracadores en moto el pasado martes 13 de abril, en el barrio Arizona, norte de esta capital.
Compañeros de trabajo de Naylin y otras dos personas, también fueron víctimas de estos delincuentes en los mismos hechos.
Pocas horas después de este incidente otra mujer, Roselly Vanesa Gómez, resultó herida de un balazo en una pierna al quedar en medio de una persecución policial contra ladrones que habían cometido un robo en inmediaciones del barrio Siete de Agosto, en el sur de la capital.
Estos son apenas dos de los más de 570 hurtos denunciados este año en Valledupar, algunos de los cuales han dejado una estela de muertos y lesionados.
La situación de inseguridad llegó a un punto tan crítico que el mismo alcalde, Mello Castro, en un acto de rendición de cuentas hizo un llamado enérgico a la Policía para que mostrara resultados contra la delincuencia.
La comunidad de la capital cesarense denuncia en redes sociales y en llamadas a medios de comunicación, que prácticamente se siente asediada por la delincuencia en todas sus formas, entre estas el microtráfico.
'Hay más zozobra en la calle por un atracador que por un contagio de covid. Por lo menos guardando distancia, lavándose las manos y con mascarilla, uno previene el virus, pero cómo se esquiva una bala cuando tienes cerca a un ladrón', manifestó Fernel Amaya, residente en Valledupar.
'Uno no está seguro ni en las puertas de sus casas', dijo por su parte Nidia Solís, habitante del barrio Kennedy, donde pululan los atracos, incluso en las terrazas de las viviendas.
Pero no solo los hurtos a personas preocupan a los vallenatos, también el robo en establecimientos deja mucha sensación de temor.
Una sala de estética fue asaltada recientemente por cuatro hombres que se desplazaban en dos motos.
Días después un hecho similar ocurrió en una salsamentaria de la avenida Los Militares, en donde se llevaron dinero en efectivo y cuatro celulares.