La Fundación Programas de Prevención y Nutrición, Porvenir, en el ‘ojo del huracán’ por el video en que entregaba de forma indigna la alimentación escolar en un colegio de Aguachica, aceptó su error, pero se defendió al indicar que estaba realizando una labor 'pedagógica' con los estudiantes.
Entre tanto, la Alcaldía realiza acciones para dar por terminado el contrato suscrito en febrero pasado con esta empresa por $537 millones para el suministro de raciones alimentarias en ocho colegios.
'Ellos aceptaron su error, pero se defienden; esperamos que de común acuerdo se dé por terminado este contrato, nos toca buscar los mecanismos jurídicos para encargar a otro operador de tal manera que no se interrumpa el servicio a los estudiantes', sostuvo el alcalde de Aguachica, Henry Alí Montes.
La ministra de Educación, Gina Parody, señaló que 'le dijimos al alcalde que tenía que iniciar las acciones judiciales para terminar ese contrato'. Sostuvo que le preguntaron al operador qué estaba haciendo y dijo que se trataba de una labor pedagógica.
Ya antes, tras conocerse el escándalo, la Fundación le había indicado al secretario de Educación de Aguachica, Rodolfo Rincón, que los alimentos que entregó en las palmas de las manos de los estudiantes era sobrante y que ya los niños habían consumido su ración correspondiente. En cuanto al mismo plato y vaso que se pasaron indicó que era un acto de simulación.
De acuerdo con la cláusula novena del convenio de cooperación 001 de 2016, el contratista debe responder con una póliza con la que avaló sus obligaciones a través de una compañía de seguros, en la que establece el pago del 10% del valor total del contrato, amparando además multas, la cláusula penal pecuniaria y sanciones que se impongan.
Además por una cuantía igual al 5% del valor del contrato para garantizar el pago de salarios, prestaciones sociales e indemnizaciones laborales del personal empleado por el contratista para la ejecución del mismo.
Al no cumplir con el convenio, la Fundación Porvenir también vulneró las obligaciones a que se comprometió en la cláusula cuarta, en cuanto a respetar y salvaguardar los derechos fundamentales de los niños y niñas, consagrados en el artículo 44 de la Constitución Política, en la Convención Internacional de los Derechos del Niño, en el Código de Infancia y Adolescencia y demás normas pertinentes; además la de brindar la atención a niños y niñas, durante la ejecución del contrato.
Por delitos que vulneran la salud, la integridad personal y la vida de los niños de la Institución Educativa Sagrado Corazón de Jesús, en Aguachica, Cesar, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar instauró una denuncia penal contra el operador que suministra la alimentación escolar en dicho establecimiento.
La denuncia se interpuso ante la Fiscalía General de la Nación, teniendo en cuenta los videos que circularon en las últimas horas.
El ICBF reitera además que estos hechos afectan gravemente el patrimonio público que financia la operación del programa, pudiendo de paso constituir, delitos contra la administración desviando posiblemente los recursos destinados para la alimentación de los estudiantes.
En otros municipios
De acuerdo con el registro de Cámara de Comercio de Valledupar la Fundación Programas de Prevención y Nutrición fue inscrita el 19 de febrero de 2000 como una entidad sin ánimo de lucro, teniendo como representante legal a Diana Margarita Trujillo, y como miembros de junta directiva a Jorge Iván Zuleta, Denis María Cantillo, y Argemiro Luis Calderón en la revisoría fiscal, con un patrimonio de $201 millones, con domicilio en Valledupar. En el Cesar, este operador también contrató en los municipios de Chimichagua en 2013 por $279 millones, y en Tamalameque en 2013 y 2015 por $126 millones y $136 millones la alimentación escolar; en el municipio de San Diego en 2012 había contratado por $86 millones la alimentación para adultos mayores.
El alcalde de Aguachica, Henry Montes, calificó como 'indignante' el hecho de que a los niños les sirvan porciones de comidas en las palmas de las manos, a pesar de que el operador argumente de que se trataba de sobrantes.