
“Fui fiel a ella hasta el último día”, relato de hija tras muerte de su madre
En esta nueva entrega de #UnÚltimoAdiós, el reciente formato de EL HERALDO, Gina Salas narra la historia del fallecimiento de su madre.
Mi madre vivía con una parte de su familia acá en Bogotá; un día nos expresó que quería devolverse a la Costa para estar nuevamente en su casa, y así pasó.
El día que se dirigía de vuelta a su casa, se le veía alegre, estaba muy feliz, sin saber que esa sería el último recuerdo, la última vez que estaría con nosotros.
Mi mamá llegó a la costa como lo anhelaba, pero después de unos meses empezó a enfermar. Cuando hablábamos por teléfono le decía que visitara al médico, pero siempre, con ánimo de calmarme, me expresaba que no era para preocuparse.
Luego de eso, pasaron varios meses, seguía en delicado estado de salud; hasta que un día recibí una llamada desafortunada, mi mamá había sido ingresada a una unidad de cuidados Intensivos. ¡Dios, fue tan fuerte para mí! Lloré, lloré, no lo podía creer. De inmediato tomé un vuelo para Barranquilla y a las 5:30 de la mañana estaba en la ciudad.
Me dirigí hasta la clínica en la que estaba internada e ingresé a verla; mi mamá estaba conectada a una máquina. Podía acariciar y en silencio pedía a Dios que le diera mucha vida. Luego pasaron cuatro días hasta que uno de los médicos que la atendía me dijo: “su mamá está muy mal” y en gesto de consuelo me palmeo el hombro.
En ese instante se me destrozó el corazón, veía el final de mi mamá. Salí de la clínica hasta la casa llorando durante todo el camino; no me importaba nada. Llegué y empecé a orar. Observaba sus las cosas de su cuarto.
Ante el duro momento, la empresa me dio vacaciones y puede estar a su lado. Pasados unos días, la trasladaron a piso. Estaba feliz, gracias a Dios mi madre mejoró.
Por mi trabajo tuvo que devolverme a Bogotá. En la despedida mi madre me cogió la mano, me agradeció por haber estado a su lado y me dijo que no estuvo sola, que éramos iguales.
Mi mamá logró salir de la clínica. Dos meses después, el día 17 de diciembre del 2016 me llamaron para decirme: ¡tu mamá murió! Fue de repente, sentí un gran dolor. Es una gran tristeza, que falta tan grande.
No sabía que hacer ese día, hablé con ella a las 3:00 de la tarde y me dijo nuevamente “gracias por todo”. Era mi consejera, mi todo. Y se fue.
Vuela alto madre mía; como lo escribí en su tumba: “Siempre a tu lado”. Fui fiel a ella hasta el último día.