El Heraldo
Algunas tiendas en la ciudad han decidido vender otros tipos de elementos como alternativa de negocio. Josefina Villarreal
Barranquilla

Tenderos, en crisis por caídas en sus ventas

Cerca de 20 establecimientos en Barranquilla estarían considerando el cierre por factores económicos. El 46 % de los tenderos en el país aseguran estar vendiendo menos. 

El incremento en el costo de vida, el alza progresiva de precios de los alimentos que integran la canasta familiar y la inflación anual en Colombia –que, de acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), llegó a 8,53 % en marzo de 2022– ha obligado a los tenderos de Barranquilla y su área metropolitana a optar por alternativas de supervivencia que podrían explicarse con el concepto de “adaptarse para sobrevivir”.

En estos establecimientos comerciales que tienen lugar en todos los barrios de la ciudad, las condiciones del entorno –partiendo del comportamiento actual de la economía nacional– han dado lugar a que pasen de vender solo productos de la canasta familiar, a integrar entre su oferta otro tipo de elementos y servicios. Administradores de estos comercios aseguran que la tendencia responde a una sola causa: el modelo tradicional no está siendo rentable porque sus ganancias ya no alcanzan para solventar sus necesidades.

EL HERALDO realizó un recorrido por sectores de Barranquilla y Soledad, donde tenderos detallaron las causas de las nuevas “mutaciones” que han sufrido sus negocios con el objetivo de generar otras fuentes de ingresos. Entre estas, la disminución en las ventas es uno de los principales detonantes.

“Las ventas han bajado demasiado. En comparación con un par de años atrás, podría asegurar que ahora vendemos casi un 50 % menos”,  dijo Álvaro Porras, un tendero en el barrio El Carmen, en el sur de la ciudad.

El comerciante agregó que, a pesar de que él trate de “acomodar al cliente” a precios justos, las alzas en los alimentos de la canasta familiar han dado lugar a que las personas compren en menor cantidad. “Para tratar de que les rinda un poco más la plata, el cliente opta por comprar menos cosas, o llevar alimentos que reemplacen otros. Por ejemplo, en lugar de comprar carne o queso, compran huevos. A pesar de que este último también tiene un precio elevado, les sale más rentable”.

Luego de evaluar este panorama, Porras dijo haber decidido “innovar” con la venta de otros productos que podrían representar una fuente de ingresos externa a su tienda. “Hace algunos meses iniciamos una venta de chuzos acá en la tienda. Esta funciona de lunes a viernes debido a que hemos notado que vendemos más en esos días porque hay un alto flujo de estudiantes en el sector”.

El hecho de que las tiendas y almacenes de cadena estén “conquistando” espacios en barrios populares es otro de los factores que los tenderos identifican como causa de una reducción en las ventas en productos de la canasta familiar. Desde la tienda en donde desempeña labores José Colina, en el barrio San Antonio, de Soledad, aseguró que estos mercados o supermercados representan “una gran competencia” para los pequeños comercios.

“Las tiendas y almacenes de cadena son comercios con los que es difícil competir porque pueden ofrecer precios más bajos y el cliente está buscando eso. En cuestiones de ventas, sus proveedores les dan precios más económicos por la cantidad de productos que ellos venden. En el caso del tendero, no siempre es así. Una tienda de barrio no se abastece con la misma cantidad que un almacén de cadena”, expresó.

Entre vitrinas surtidas de alimentos y estanterías con artículos básicos de ferretería, el joven detalló el modelo actual de negocio que se está implementando en la tienda donde trabaja. Relató que, pese a que este “hibrido” de tienda–ferretería funcione desde hace varios años, ahora resulta de mayor ayuda para el negocio debido a que permite generar más ingresos a partir de la venta de otros artículos y, así, “no depender exclusivamente de los ingresos de la tienda, sino también de la ferretería”.

Para abastecerse

A pesar de estar innovando y agregando más ofertas de productos en el negocio, Colina enfatizó en que el hecho de abastecerse cada semana, ajustándose a nuevos precios –que incrementan progresivamente– resulta ser “toda una odisea”. “Anteriormente, la mercancía rotaba el capital porque el precio era relativamente estable. Ya no es así. Ahora, cada semana, la mercancía cuesta un poco más y toca reinvertir las ganancias del capital pasado en los precios nuevos. La ganancia termina siendo mínima”.

Respecto a eso, el joven aseguró que, al momento de surtir el negocio, suelen encontrar precios elevados en las frutas, verduras, tubérculos, carnes rojas, entre otros alimentos. Esto responde a las estadisticas del DANE referente al incremento en el precio de algunos alimentos durante los últimos 12 meses. Entre estos, destacan la papa (110 %), la carne de res (35 %), el pollo (25 %) y las frutas frescas (0,06 %).

Sobrevive el más fuerte

Sergio Donado, poseedor de una tienda en Soledad, expresó que esta crisis se ajusta a la situación económica de escala internacional, que repercute en la mayoría de tenderos del departamento y el país. En ese sentido, indicó que solo aquellos que cuentan con una economía más estable logran mantenerse en el sector,

“Con esta tendencia a la baja en las ventas, hay que innovar y mantenerse el comercio de lo que más se venda. Hay que tener en cuenta que no todos los tenderos cuentan con un capital sólido para incursionar en otras alternativas que generen ingresos, concluyó.

Enemigo del comercio

Además de los factores económicos que están dando lugar a cierres de establecimientos comerciales tradicionales, como tiendas, tenderos de Barranquilla y su área metropolitana reportaron que los robos y extorsiones son otros de los detonantes de clausuras definitivas. 

En el barrio El Santuario, ubicado en la localidad Metropolitana de la ciudad, un tendero relató el panorama de este flagelo en el sector. “La extorsión hace que los tenderos vivamos con miedo. Hace poco, a una colega del barrio le hicieron un atentado en su tienda porque no había podido cancelar las cuotas que le exigían. Por eso, algunos mejor deciden cerrar su negocio”, relató. 

De acuerdo con miembros de Undeco, durante las últimas dos semanas se han estado reportando al menos un nuevo caso por día de extorsión a tenderos de Barranquilla.

Panorama de “crisis” en tiendas a escala nacional

La crisis económica que reportan los tenderos de Barraquilla y su área metropolitana, de acuerdo con Orlando Jiménez, vicepresidente en el Atlántico de la Unión Nacional de Comerciantes (Undeco), ha dado lugar a que cerca de 20 tiendas estén al borde del cierre.

El directivo aseguró que son cuatro los factores que “están poniendo en riesgo la permanencia y supervivencia de las tiendas de barrio”, siendo estos el incremento en los impuestos, atracos y extorsiones, la llegada “indiscriminada” de los almacenes de cadena a los barrios de estratos 1, 2 y 3 y, por último, el alza en los precios de la canasta familiar.

Sobre este último punto, Jiménez hizo un llamado a la Superintendencia de Industria y Comercio a determinar la causa de los precios elevados en la canasta familiar que, en algunos alimentos, está superando el 100 %.

Lo mencionado da lugar a que en este tipo de comercios se haya registrado una reducción en las ventas a escala nacional, sobre la perspectiva 2021 – 2022. Esto fue determinado por un estudio de Fenaltiendas, en el cual el 46 % de los 704 tenderos encuestados aseguraron estar vendiendo menos.

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