Precios de alimentos, “por las nubes” de cara a la temporada decembrina
Mayoristas piden estabilización de precios. Expertos explican que estabilización con la inflación actual sería contraproducente. Comunidad habla sobre los impactos.
La inflación en Colombia parece no tener un techo. A corte del mes de septiembre, el país registra una cifra histórica ubicándose en el 11,44 %. Barranquilla no es ajena a esta tendencia y –según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane)– se consolida como la sexta ciudad más costosa del país con una inflación de 13,16 %. Es decir, se encuentra por encima de la cifra nacional.
Este comportamiento impactará de manera sustancial en los precios de alimentos de la canasta familiar para la temporada de fin de año, lo que genera preocupación en comerciantes y consumidores.
De acuerdo con Juan Manuel Alvarado, gerente de Ciudad, el incremento en las tarifas de energía y los alimentos siguen impactando a Barranquilla, que en el 2021 cerró con una inflación por el orden de 5,8 %.
El analista económico Joseph Daccareth explicó que el alza en los alimentos en la capital del Atlántico se debe a dos factores. El primero de ellos es que los productos del campo dependen de los insumos agrícolas que en su gran mayoría son importados. Inclusive Monómeros importa muchas materias primas para sacar los abonos, explicó Daccareth en diálogo con EL HERALDO.
En ese orden de ideas, con el alza de la divisa aumentan los precios, que a su vez hacen que aumenten los productos agrícolas. “No solo subieron, sino que seguirán haciéndolo en la medida en que no se resuelvan los temas de los altos costos de transporte y se controle la tasa de cambio”.
Para el experto, otro de los factores que influye en la variación de los precios de alimentos y su vertiginoso aumento son las tasas de interés.
“Mientras no se frene el aumento de la tasas de interés del Banco de la República (IBR) se seguirán presentando valores elevados”, aseveró.
Añadió, además, que sería un error proponer un control o estabilización de precios. “A mí me parece que eso sería un error garrafal, que estén pidiendo estabilización con un aumento de energía, del gas y una tasa de cambio depreciada con un 20 %”.
Y lo segundo son los alimentos procesados, que también dependen del aumento del dólar debido a que muchos de los materiales con que envasan o empacan estos productos son importados.
A su turno, el presidente del Comité Intergremial Atlántico, Efraín Cepeda Tarud, explicó que la inflación se mantiene en una constante alza por factores internos y externos, algunos controlables y otros no.
Explicó que en la costa Caribe pesan mucho los incrementos en las tarifas de energía y en eso el Gobierno nacional, a través de la Creg y con recursos estatales, tiene herramientas para actuar con el fin de reducirlas.
“La inflación, las previsiones de recesión mundial y en Colombia, la devaluación del peso frente al dólar, entre otros factores, deben llevar al Gobierno nacional y los congresistas a considerar que no es el momento de una reforma tributaria de la magnitud que se está planteando”, explicó.
El líder gremial también expuso que dicha reforma “generará mayores presiones inflacionarias, con lo que el remedio puede ser peor que la enfermedad, y como una de las consecuencias aún mayores incrementos en los precios de los alimentos”.
Cristian Zuluaga, mayorista de Granabastos, explicó que el precio del bulto de papa a comienzo de 2022 estaba alrededor de 45.000 pesos, pero para este último trimestre se presentó un incremento de más de 50 %, encontrando ahora que el bulto está entre 80 mil y 90 mil pesos.
“Los precios comenzaron a subir cuando abrieron la frontera, pues los del vecino país llegaban a comprar directamente al campesinado en Tunja”, sostuvo Zuluaga.
Para Darinel Peinado, uno de los factores del aumento de precios en alimentos es la presente temporda invernal, que ha encarecido muchos productos de la canasta familiar. “Hay veces que los prodcuctos no llegan a la Central de Abastos, porque no los pueden sacar de los diferentes territorios”, precisó.
Adela Undelhaussen, compradora en el Mercado Público de Barranquilla, aseguró que anteriormente ella salía con $100.000 a hacer sus compras, pero en este momento todo ha aumentado y ha tenido que destinar más dinero para poder efectuar las compras.
Miguel Becerra, comprador del mercado dice que le ha tocado ir eliminando ciertas cantidades en la compra de alimentos, pues con lo que antes hacía todo una compra hoy ya no le alcanza. “Todo ha aumentado, antes compraba una paca de arroz en $40.000 y ahora está a $49.000. Ya no alcanza el dinero. Debemos reducir para comprar de todo un poquito”.
Ricardo Torres Toloza, propietario de una tienda y un restaurante en el barrio El Prado de Barranquilla, dijo que el aumento en los precios de los alimentos ha impactado de manera considerable en su negocio, pues con la elevada tarifa de energía se incrementan los costos de los alimentos y productos que vende en su local. Torres Toloza precisó que hay productos que tienen un incremento hasta del 100 % en menos de dos meses, como por ejemplo el aceite, las carnes, el queso, los huevos, entre otros”, expresó. Ricardo también dijo que sumado a eso, lo tiene al borde de la quiebra el alto costo de los servicios públicos como el gas, agua y energía.
“Estamos casi en la quiebra. La luz es un servicio que se ha disparado, está incontrolable. No tenemos auxilio de nada”, añadió. El comerciante dijo que tres meses atrás en promedio vendía alrededor de 120 almuerzos, pero en este momento “apurados” se venden 50 almuerzos. “Nos ha bajado la venta en más del 70 %. No hay plata, la gente no tiene plata para comprar”. Añadió que un almuerzo corriente lo vendía en 8.000, ahora lo está vendiendo en 10.000 pesos.
“La gente ya no tiene dinero, por eso se bajan las ventas”, dijo el comerciante.
