El Heraldo
Fachada de una de las viviendas que ha sufrido intervenciones en la zona patrimonial. Está ubicada en la carrera 60 con calle 68. César Bolívar
Barranquilla

Patrimonio: un embrollo que acumula más de 100 procesos

Algunas casas de sectores urbanos declarados patrimoniales están siendo sometidos a intervenciones sin previa autorización. Varios deben pagar millonarias multas por presuntas faltas. 

Un recorrido que conjuga la arquitectura, la historia y el urbanismo hace parte de la morfología que distingue a los barrios El Prado, Bellavista y una parte de Alto Prado.

Conservar el patrimonio enmarcado en 99 manzanas que comprenden a este sector se ha convertido en un embrollo entre autoridades y residentes por las intervenciones que los propietarios de las viviendas realizan sin previa autorización.

En Barranquilla, la Secretaría de Control Urbano y Espacio Público acumula más de 100 procesos policivos “por comportamientos que afectan la integridad urbanística en inmuebles declarados de conservación y que son de interés cultural, histórico, urbanístico, paisajístico y arquitectónico”.

A los datos, el jefe de la cartera, Henry Cacéres, agrega que en su mayoría los casos obedecen a la falta de licencia o a la alteración de la misma. “En los inmuebles patrimoniales la licencia es más dispendiosa obtenerla, por eso cuando la reciben muchas veces van en contra de los que allí se les autoriza”.

Cacéres explica que la Secretaría de Control Urbano y Espacio Público cuenta con cuatro Inspecciones de Policía para tramitar este tipo de actuaciones.

A través de Wasapea a EL HERALDO, residentes de esta zona patrimonial, reportaron siete predios que estaban sometidos a varios tipos de modificaciones que alterarían su condición de Bien de Interés Cultural, una declaratoria que en el 2005 el Ministerio de Cultura le otorgó a El Prado.

En cada uno de los predios se hicieron cambios de cubierta, construcciones en fachadas y zonas interiores; en todos los casos sin la autorización requerida por la Secretaría de Espacio Público y la Oficina de Patrimonio de la Secretaría de Cultura.

En una de las viviendas, ubicada en la carrera 60 con calle 64, realizaron un cambio sobre la parte lateral, intentando convertir el garage en una oficina. Su propietaria, quien habita la casa desde los años 1970, dijo que los cambios se hicieron intentando sacarle provecho a un espacio que no estaba en uso.

En su relato, manifestó la molestia que tienen muchos dueños de casas en el sector patrimonial, por no poder hacer ningún tipo de cambio sobre su propiedad.

“Vivimos y pagamos por las casas, pero no podemos hacer nada en ellas, nos toca vivir con la humedad y el comején”.

Estos factores, sumados al deterioro, son los que replicaron en cuatro de las viviendas a las que este medio pudo tener acceso.

En otra vivienda ubicada en la carrera 60 con calle 66 se realizó un cambio de cubierta, reporte que confirmó la Secretaría de Cultura. “Se evidenció un cambio de tejas de cemento por tejas ondulada de asbesto cemento”, indicó la entidad.

En su defensa, Sol García,  una de las habitantes de la casa, dijo que era necesario cambiar el techo, porque presentaba “muy malas condiciones”.

Unas cuadras más hacia el norte, en la carrera 60 con calle 68, se reportaron cambios en la parte interior. En esta vivienda BIC el encargado de la obra manifestó que la casa estaba en malas condiciones y que debía intervenirse. También dejó en evidencia los documentos que hizo el dueño ante la Secretaría de Cultura. Sin embargo, el informe de la Oficina de Patrimonio señala que al inmueble se le otorgó concepto favorable para realizar intervenciones mínimas, pero que se pudo evidenciar una posible extralimitación que no fue otorgada. 

La misma consideración la hizo esta Secretaría para el inmueble ubicado en la carrera 60 con 68, en donde funciona un restaurante.

“Se observan obras no contempladas en el permiso otorgado (...). Los implicados, al parecer, realizaron obras internas y externas”.

Y aunque es evidente la transformación que sufrió el inmueble que se puede comparar con Google Maps (ver foto). La propietaria del lugar Yuli Benavides dijo que fueron solo algunos detalles.

“Lo que se hizo en ladrillo es revestimiento que se puede quitar, el techo se dejó igual. Cuando llegamos las ventanas y algunas rejas estaban totalmente deterioradas”.

Además de los dueños de estos inmuebles, otros habitantes señalaron que el abandono de algunas casas en el sector patrimonial es una estrategia “para que las desvalijen” y así poder solicitar una intervención integral del inmueble.

“Aquí es difícil vender una casa, porque nadie está dispuesto a comprar para no poder reestructurar.  Es condenarse a vivir en los años setenta”, señaló Franklin Méndez.

Los procesos. Todos los inmuebles antes mencionados enfrentan procesos por presuntas faltas contra el patrimonio cultural de la Nación e infracciones urbanísticas.

En dos casos, la inspectora finalizó el proceso declarando la infracción, e impuso en primera instancia multas por valor de $ 165.600.000 y en otra por $ 158.998.272. En ambos casos, el infractor apeló la decisión y el proceso se trasladó a la Secretaría Jurídica.

¿Están condenados a  vivir en el pasado?. Los grandes jardines y las casas de estilo neoclásico, republicano y mudéjar, evocan a la Barranquilla de los años 70. “Eso no significa que estén condenados a vivir en esa época”, indicó el director de patrimonio del Ministerio de Cultura, Alberto Escovar.

Según el funcionario, lo único que se pide es que se sigan las reglas de juego estipuladas en el Plan Especial de Manejo y Protección (Pemp), en el que además se pactan los beneficios que tienen los propietarios de los inmuebles.

“No es posible asegurar que no pueden hacer nada, la gente que vive en estas casas no se iluminan con antorchas y no se baña con alberca; seguro que su casa tiene energía eléctrica, internet y otras facilidades que ofrece el siglo XXI, cosas que seguramente en su casa que se pensó y se construyó el siglo XVII o XVIII, no habían”.

La categoría de Bien de Interés Cultural permite que las viviendas entren a una categoría que las hace más sofisticadas y exclusivas dentro del patrimonio de la Nación. “No es lo mismo tener una casa en cualquier barrio en Barranquilla, que tener una casa en el sector de histórico de esta ciudad, por eso se deben conservar”, dijo Escovar.

El funcionario del Ministerio de Cultura insistió en que las casas pueden sufrir alteraciones y modificaciones, siempre y cuando se haga una previa solicitud, la cual deberá ser valorada por un experto en temas patrimoniales. “Quizás él detalla con un poco más de cuidado que en cualquier otra casa, pero es un proceso que finalmente ocurre en cualquier predio sea o no patrimonial, siempre hay que pedir permisos”.

El Ministerio indicó que la única limitación que tienen es que no las pueden demoler y tampoco podrán construir pisos encima.

“Al final lo único que están haciendo es respetando los usos del POT de Barranquilla”.

Pese a estos argumentos, algunos habitantes cuestionan las restricciones que tienen con sus casas.

Exterior de una de las viviendas que realizó construcciones en su parte lateral, al parecer sin permiso. Hansel Vásquez.
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